Este viernes por la tarde se realizó el acto de imposición del nombre de Haydée del Valle al CIIE (Centro de Capacitación, Información e Investigación Educativa) de General Villegas.
El nombre, que fue elegido mediante la votación de distintas propuestas en un concurso abierto a las comunidades educativas que se llamó «Buscando nuestra identidad, un nombre para el CIIE», fue aprobado a través de la Resolución N° 2892/2023 de la Provincia, el pasado 31 de Julio.
Horas antes conversamos con la directora del CIIE, Gabriela Molina, quien dio detalles del acto protocolar que tuvo lugar frente a la sede y en la que acompañaron las banderas de los institutos terciarios, nivel de Adultos y CENS.
Además, contaron con la presencia del hijo de Haydée, Ricardo Delfino junto a familia y amigos; autoridades educativas y público en general.
«Con la imposición cerramos el proceso del nombre, pero el trabajo del CIIE es continua. Seguimos con mesa de acompañamiento, talleres y concursos hasta diciembre», expuso.
Asimismo, la directora destacó que con motivo de la búsqueda de un nombre que identifique al centro, «se acercaron mucho los docentes jubilados que nos daban sus testimonios. Así pudimos armar y reconstruir la historia del CIIE y eso emociona mucho.»
El lugar donde funciona el CIEE, sobre calle Moreno, casi lindando con la municipalidad, fue donde funcionó durante muchos años el Registro Civil, más tarde el Concejo Deliberante y la Comisión de Fiestas Públicas.
Quién fue Haydée Del Valle
Nació en General Villegas Villegas el 28 de abril de 1933, donde realizó sus estudios primarios y secundarios. Se recibió de maestra en el año 1951 y el 24 de febrero de 1961 se casó con Juan Carlos Delfino, de cuyo matrimonio nació Ricardo.
La docente se desempeñó en distintos establecimientos educativos: en la Escuela Primaria N° 2 y en la Escuela Primaria N° 13 de Piedritas y se destacó por ser una reconocida profesional de la educación.
Haydée formó parte integrante del primer equipo docente del CIE en 1968 donde ofició como coordinadora. Según consigna en los fundamentos de la propuesta, la maestra fue un recurso humano de excepcional calidad, de buen trato con sus pares y seminarista con óptima formación pedagógica, reflexiva, serena, absolutamente reservada, justa en sus juicios, conciliadora y buena consejera.
Dedicada a su familia y su trabajo, le dio a la institución la impronta necesaria para desarrollar las bases de una capacitación permanente comprometida, que fue creciendo según las necesidades de cada docente, con el fin de mejorar la calidad educativa sobre las bases de la investigación y el perfeccionamiento.