Hubo muchas personas, por lo general mujeres, que siguieron la noble profesión de MAESTRA por elección y convicción. Fue desde sus inicios una profesión que se asoció, principalmente, a las mujeres por una cuestión que intuitivamente ellas representan la imagen de la “maternidad”. Y realmente ser MAESTRA implica que se tenga una mirada especial a las alumnos y alumnas, pensando en las posibilidades de cada uno.
Pero SER MAESTRA se completa, en su total dimensión de lo que significa la profesión, es haber transitado alguna parte de la misma, en ESCUELAS RURALES. La Ruralidad implica cada día el desafío de ¡Siempre Adelante!
Es el desafío de viajar a la aventura, «a dedo», de transitar caminos de tierra, con el resabio de camino fangosos después de las lluvias, de salir a visitar campos, haciendo de censistas para conocer cuántos niños en edad de escolarización hay en la zona, es salir a buscar el apoyo de los empleados rurales o propietarios de la zona para formar una Asociación Cooperadora, es hacer de cocinera de la merienda, de auxiliar ordenando y aseando aulas, es hacer y hacer…
Me motiva esta reflexión al llegarme la invitación por el 75 aniversario de la Escuela Primaria Nº27 “Almafuerte” del paraje de Moores, de la cual fui Directora y me siento orgullosa. Y esa escuela, perdida quizá entre el camino “de la aceitera”, entre la Ruta 33 y la 188, llegando sino a ella rodeando la estancia de la familia Courrèges, pasando por lo de Balda, de allí hasta el ramal de ferrocarril (hoy sin uso como tal), doblando hacia la derecha y ahí enfrente de una de las entradas al campo de la familia Baigüera ¡ESTÁ LA ESCUELA 27!
Esta Escuela Primaria Nº27, por la que transitaron maestras de profesión que dejaron su
impronta en varias generaciones de alumnos, lleva un nombre por demás de significativo:
“Almafuerte”. ¿Y por qué significativo? Porque es el seudónimo del poeta Pedro Bonifacio Palacios, aquél poeta que supo ser maestro en Trenque Laquen, en la Plata, en la zona de Chacabuco y Mercedes. Ese maestro, denominado posteriormente “el poeta de los pobres” fue el que impresionó al mismísimo Sarmiento porque, al visitarlo en una de las escuelas, observó que “había construido con sus manos pizarrón, mesas y sillas”. Fue ese maestro que, por su ideología política, fue expulsado en varias oportunidades de su cargo como maestro. Fue ese maestro que expresó “no querer vivir a expensas del Estado” aun cuando tuvo la oportunidad de acceder a una banca de diputado.
Pedro Bonifacio Palacios “Almafuerte”, es el autor de un conocido poema, que la jerga popular tomó para si uno de sus versos, aquel que dice: «No te des por vencido, aún vencido».
Dice Almafuerte en “Piu Avanti –“Siete sonetos medicinales” (1907)
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora…
¡Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
¡Y eso mismo es la escuela rural! ¡No darse por vencido jamás, porque cada día hay un nuevo desafío que sortear, y cuando la maestra rural siente que sus fuerzas flaquean, es la escuela y sus alumnos la que esperan y sigue adelante, porque, así como la Escuela Nº 27, no se dio ¡Por vencida, aún vencida!
¡Felices 75 años y por muchos más!
(*) Prof. LAURA MÓNICA SAISAN, Ex directora EP Nº27