Gustavo Aragundi, comisario a cargo del Comando de Prevención Rural (CPR) de General Villegas, habló con ACTUALIDAD luego de que se esclareciera el crimen mafioso cometido entre la ciudad de Rufino, provincia de Santa Fe; y el camino rural conocido como bajada al establecimiento «El Ñandú» en Santa Regina, en nuestro distrito.
El día 4 de diciembre por la madrugada, el hallazgo de una camioneta incinerada en un camino rural de la vecina localidad sorprendió a todos y puso en marcha una investigación para esclarecer lo ocurrido. «Es un hecho macabro que nos alteró por la forma cruel en la que se cometió; y todo con lo que nos encontramos», dijo Aragundi.
Y especificó que la policía encontró «una camioneta totalmente quemada con un cuerpo en su interior, en estado de calcinación, por lo que se puso en conocimiento al Fiscal interviniente de la UFI N° 5 del Departamento Judicial de Trenque Lauquen, Manuel Iglesias».
«En un primer momento se convocó al lugar de los hechos a la Policía Científica. También se pidió la presencia del perito médico. Paralelamente, se tomó conocimiento de la búsqueda de un sujeto en Rufino, a través de la denuncia radicada por su mujer por Averiguación de Paradero, estableciéndose después que el cuerpo calcinado sería el de Diego Pablo Meldicoff, quien era buscado por la policía», agregó.
El comisario a cargo del CPR local sostuvo que «una serie de referencias dilucidaron aún más la causa: las primeras letras de la patente del vehículo, que coincidirían con las de Meldicoff; y la cadena que llevaba la víctima», teniendo en cuenta el estado en el que el cuerpo se encontraba en el interior del vehículo, totalmente calcinado. «Es allí donde surge un documento de relativo interés», sostuvo Aragundi.
«Posteriormente se logró entrevistar a la familia de Meldicoff y, a partir de la prueba testimonial, se terminó corroborando que se trataba de quien la policía de Rufino estaba buscando», añadió; al tiempo que agregó que, además, «la familia nos dio un gran aporte y brindó una pista clara y contundente para saber donde ir a buscar al imputado».
Durante la investigación, «se estableció que el hombre asesinado, de 45 años de edad, se encontraba bajo amenazas e, incluso, era común encontrarlo armado debido a esta situación», continuó.
El comisario a cargo del CPR local manifestó que «el primer imputado fue Miguel Alejandro Gamboa, radicado al igual que la víctima en la ciudad de Rufino (Santa Fe), a 40 kilómetros del lugar del asesinato»; y aportó el dato de que «también se comprobó que el acusado tiene un hermano detenido por las graves amenazas a la familia de la víctima».
«Luego de colectar todas estas pruebas -continuó Aragundi- se informó la participación de un segundo imputado, Daniel Aparicio Varela, con domicilio en la localidad de Rosales (Córdoba), pero que por cuestiones laborales viajaba semanalmente a Cañada Seca».
A esta altura de la investigación, «se convocó a la Dirección de Investigación Criminal (DDI) y el 10 de diciembre se pidieron los allanamientos y la detención de los sujetos, sumándose a los procedimientos la policía de las provincias de Santa Fe y Córdoba», dijo.
Según el comisario, el conflicto previo que habría desencadenado la situación «sería cien por ciento económico. La víctima realizaba transacciones comerciales con los imputados y, según se pudo averiguar, se habría quedado con una suma importante de dinero, lo cual influyó aún más en el crimen».
Por otra parte, manifestó que el hecho primario habría ocurrido en la provincia de Santa Fe, por el propio estado del cuerpo de Meldicoff, los testimonios y las pruebas. Y desde allí lo habrían trasladado en su propia camioneta a nuestra zona, donde quemaron el vehículo y al conductor en su interior, lo que definió como «una maniobra para despistar».
Los imputados se encuentran a disposición de la justicia en la ciudad de Pehuajó. Y es el Fiscal Manuel Iglesias quien deberá resolver su situación. «Es un homicidio muy grave, que puede tener una condena de 25 años a cadena perpetua», manifestó el comisario.
Aragundi se refirió a la reserva que se mantuvo durante la investigación de la causa. «Creo que el hecho ameritaba mantener la prudencia para no entorpecer la tarea investigativa que estábamos haciendo. En líneas generales se trabajó muy bien, por lo que quiero agradecer a todo el personal que participó e intervino, que lo hizo de muy buena manera y bajo una misma línea».