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sábado, diciembre 14, 2024
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Grupo María Elena es economía circular con producción de granos, cerdos, electricidad y bioabono para cultivos

Grupo María Elena está conformado por cuatro empresas argentinas, integradas por un modelo de economía circular y dedicadas a la producción agropecuaria, que comparten la misión de generar productos de alta calidad, de manera eficiente y responsable con el entorno social y medio ambiental.

Ellas son María Elena S.A., Auto France S.A, Genética Porcina Danesa S.A. y General Villegas Biogás S.A.

«María Elena funciona como productora de granos en estancia San Marcos, camino a Villa Sauze. Son unas 5.700 hectáreas, todas en un bloque, donde producimos trigo, maíz, soja y girasol. Tenemos unas 300 hectáreas de alfalfa y unas 2.000 madres, aunque no todas en San Marcos sino también en otro campo en San Luis, en el que producimos los terneros», explicó el Ingeniero Daniel Pompas en diálogo con ACTUALIDAD.

«Hacemos el ciclo completo en ganadería. Producimos los terneros en San Luis y los traemos a San Marcos, donde terminamos, hacemos la recría y el engorde», especificó.

Comentó que el Grupo hace la siembra y fumigación de las 5.700 hectáreas; y que, además, «tenemos una planta de alimentos y otra de silos, con capacidad para guardar unas 3.100 toneladas. Producimos unas 7.000 toneladas de alimentos para poder abastecer a la granja de cerdos que también tenemos en San Marcos, lo que corresponde a Genética Porcina Danesa. La granja tiene alrededor de 500 madres».

«Lo que nosotros vendemos es genética de cerdos, que es traída desde Dinamarca. Y tenemos otro núcleo genético en Saladillo, replicando otras 500 madres», agregó.

Por otro lado, «tenemos una planta de Biogás -continuó-. Lo que hacemos, a partir del efluente del cerdo, mezclándolo con silo de maíz, es producir metano, que pasa a través de un motor y genera energía. Esa energía se entrega a CAMMESA y ésta, a su vez, a General Villegas, abasteciendo a un tercio por ciento de la población hogareña de la ciudad».

Además, el biodigestor «produce un desperdicio que se llama digestato, que se separa en un sólido y un líquido; y se utiliza como bioabono en la tierra. Es una economía circular y vuelve a la tierra. De esa manera fertilizamos los lotes».

Pompas destacó que cuando llegó a la empresa «éramos alrededor de 17 personas trabajando. Hoy somos 110 (120 contando los contratistas que tenemos fijos). Hay gente viviendo en el campo y mucha radicada en General Villegas. Contamos con un colectivo propio que traslada gente todos los días a la estancia, con distintas paradas; una persona más contratada para traslado, una combi que se ocupa de distintas diligencias para quienes viven en la estancia y que también lleva a los hijos de esas personas al colegio, en Elordi. Y tres camiones propios con los que hacemos la logística».

Daniel Pompas.

Es mucha logística en una especie de mini pueblo productivo…

Sí. Y todos los días es un desafío, te encontrás con algo nuevo. El camino mismo lo es, más aún luego de las últimas lluvias. La gente tiene que llegar, porque la producción de cerdos necesita de personas que estén todos los días en contacto, los animales tienen que comer todos los días, el biodigestor también necesita que la gente llegue todos los días. El gran desafío es ese, la logística de todo. Y, obviamente, no dejar de sembrar, de fertilizar… Si bien somos diferentes empresas, si un eslabón de la cadena se rompe o es débil, el resto va a estar complicado.

¿Cuál es el secreto para que todo siga funcionando en un Grupo que comenzó con 17 empleados y hoy tiene más de 100?

Todo esto comenzó en un año de sequía. No nos gustó cómo nos fue. Dijimos: tenemos que repartir el riesgo en otro lugar también. Se nos ocurrió la granja de cerdos, pero nos gusta ir por más. No sólo pensamos en eso con el fin de vender carne, sino que le ponemos la genética. Después nos encontramos con que era muy difícil y lo sigue siendo. Pero cuando hacíamos sólo producción de carne y de granos, tratábamos de buscarle la vuelta con alguna otra cosa, siempre, para tratar de sacar algo más. Con la granja de cerdos nos hizo un clic, porque dijimos: tenemos un efluente, ¿qué vamos a hacer con esto para poder ganar algo más?. Y se nos ocurrió el biodigestor, tema del que tampoco sabíamos mucho. Pero lo hicimos. A raíz de eso conseguimos energía y tenemos algo para devolver al suelo como bioabono. Si me preguntás si hay un secreto, creo que es trabajar, no bajar los brazos, esfuerzo; me parece que va por ahí.

¿Personas de qué lugares trabajan en Grupo María Elena?

Obviamente hay mucha gente de Villegas, pero también de Córdoba, Trenque Lauquen, Necochea, aunque la gran mayoría de esta ciudad. Y la realidad es que todos los que trabajamos ahí (Pompas es de Capital), hoy vivimos en General Villegas, por lo cual queremos que toda la comunidad mejore, como villeguenses que ya nos consideramos.

En particular, te dedicás a la parte de agricultura. ¿Cuál es tu función?

Hoy soy gerente de producción. Agricultura produce alrededor de 25 mil a 30 mil toneladas de granos todos los años. Mi función específica es tratar de que la rueda no se pare. Trato de ayudar en todo lo necesario para que eso no pase, ya sea en la planta de silo como en la de alimento, en biodigestor, en agricultura y ganadería. Y preparo los informes para el directorio (la administración central está en Capital).

El campo atraviesa todos los extremos respecto al clima, permanentemente hay un capital que se invierte que está en riesgo. ¿Cuál es la situación hoy en agricultura?

La campaña que cerramos fue muy difícil, la sequía nos pegó, después una helada temprana que afectó a todos los cultivos de gruesa, con napas muy abajo. Esta campaña arrancó igual, con pronóstico de año llovedor pero no llovía; y lo que es fina mucha gente no sembró, porque no tenían agua en perfil. Nosotros hicimos muy poco, unas 500 hectáreas; y la realidad es que no nos fue bien. En estas últimas semanas se abrió el grifo, ya estamos con el perfil cargado, con las napas que han subido casi un metro de donde estaban (hoy deben estar cerca de los 2,20 metros), con todo sembrado, esperando tener una buena campaña y que no se presente ninguna eventualidad.

En un contexto como el actual, ¿se están haciendo replanteos respecto a cómo encarar el 2024?

Hoy no. Ya tenemos todo sembrado. Quizás más adelante, cuando uno produzca y tenga el grano, veremos qué hacer. También tenemos que pagar cuentas, por lo cual calculo que la estrategia será vender para después pagar, veremos qué es lo que nos queda y lo que pasa de acá en adelante.

¿Qué pasos se siguen con la producción de María Elena?

Hoy con las dos granjas de cerdos (San Marcos abastece la de Villegas y otra en Saladillo) nos comemos unas 6.000 toneladas de maíz. Y con el biodigestor unas 20.000 toneladas de silo (alrededor de 500 hectáreas). El maíz lo comemos todo con la granja, con el biodigestor y con los novillos. Por otro lado, para producir el alimento de los cerdos necesitamos harina de soja, con lo cual vendemos parte de la soja para comprar la harina. Hoy, de la producción primaria que tenemos, el 60 por ciento nos lo comemos nosotros. La idea era esa cuando arrancamos con todo esto, agregarle valor a todo lo que produzcamos. Creo que lo logramos. Hoy estamos tratando de afianzarnos en todo, tener confianza en estos nuevos negocios que tenemos y generar años de antigüedad en cada uno de ellos.

¿Te sorprende el crecimiento que se logró en poco tiempo?

Crecer como lo hicimos nosotros en seis años es impresionante, no lo he visto. Hoy uno se para en el campo y tiene una visión completamente diferente. La cabeza es otra.

¿Qué le dirías al vecino común, que tal vez no dimensiona lo que pasa en María Elena?

El campo es una industria a cielo abierto; cada vez más. Deberíamos pensarlo de esa manera. Con buenos y malos años, con el problema del clima, pero con muchos profesionales y personas trabajando en cada una de estas empresas, que son Pymes; y dan trabajo a un montón de personas.

¿Qué es Grupo María Elena para vos?

Hoy es parte de mi casa. Son diez años en Villegas y la realidad es que uno se siente parte del proyecto entero, porque lo vio crecer, los problemas que fueron surgiendo y se fueron resolviendo. Siempre trabajando con mucho profesionalismo y creciendo cada vez más. Gracias a la empresa, mi familia está acá y estamos viviendo en la ciudad. Ya somos villeguenses.