Genética Porcina Danesa (GPDan) forma parte del Grupo María Elena, que funciona en estancia San Marcos, del cual Actualidad ya escribió en los últimos días.
Se trata de un equipo que coordina producción, comercio, logística y marketing, con el apoyo en Recursos Humanos, administración y finanzas.
GPDan estableció criaderos de primer nivel, regidos por altos estándares de producción. Y cuenta con dos granjas reproductoras: San Marcos, en Villegas (granja núcleo) y Las Piaras, en Saladillo (granja multiplicadora).
Son pioneros en el uso de alimentos libres de antibióticos. Realizan más de mil de partos por mes y por ello, los productores logran llegar a los 4.500 kilos por madre, lo que los ubica primeros en el ranking de reproducción.
Llevan a cabo un plan de actualización genética y profundización en conocimiento, para que sus cerdos sean los mas destacados.
El objetivo es seguir creciendo; y para eso están llevando a cabo un plan para que los productores logren, cada vez, mejores resultados de mercado.
Más de 70 clientes que confían en GPDan, que se empeña en ser la empresa de genética de cerdos más eficaz y eficiente del país.
Para conocer más aún de Genética Porcina Danesa, ACTUALIDAD dialogó con Lucas Balbi, gerente general de GPDan; Lucas Oyhanart, gerente de producción; Paula Carcedo, gerente de Granja San Marcos; y Noelia Ammendolea, subgerente.
Perfiles
Lucas Balbi, gerente general de Genética Porcina Danesa: «Soy Ingeniero en Producción Agropecuaria, tengo 44 años y trabajo en el sector hace unos 15 años, en diferentes áreas. Hace 5 años que estoy en la empresa y, a medida que fue creciendo, fui tomando otras responsabilidades. Hoy soy responsable del negocio de GPDan, vivo en San Antonio de Areco, vengo a Villegas, voy a Saladillo y también estoy en la parte comercial. Viajando bastante».
Lucas Oyhanart, gerente de producción de GPDan: «Soy de Saladillo, veterinario. Tengo 9 años de experiencia en el sector porcinos. Inicialmente, después de recibirme, mi primer trabajo fue en una granja cerca de Saladillo, por casi seis años. Llevo tres años en GPDan, que tiene dos granjas, una en la ciudad de la que soy oriundo, donde trabajé primero; y otra en General Villegas, en la estancia San Marcos, donde estoy ahora».
Paula Carcedo, gerente de Granja San Marcos: «Soy de Córdoba, de La Cumbre; y vivo en Villegas hace un año. Soy Ingeniera Agrónoma, trabajé en producción en distintos lugares del país, como Córdoba y Salta, como ahora, pero en la parte comercial. Esta es la primera vez que estoy en una granja de producción genética».
Noelia Ammendolea, subgerente de Granja San Marcos: «Soy Ingeniera Zootecnista. Desde que me recibí trabajo en el sector. He estado en la parte de gestión, trabajé muchos años en la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, hice un paso por España, donde trabajé en investigación en cerdos, hice una maestría. Volví, soy de Buenos Aires, me vine a Villegas y estoy desde abril trabajando en la empresa. Por primera vez en producción».
Mujeres en producción
Paula comentó que «la empresa es bastante abierta» en un mundo que podría pensarse más para los hombres. «En porcinos, que es un rubro más chico que el bovino, cada vez hay más mujeres, aunque hay muchos varones. Yo estoy contenta».
Noelia coincidió en que GPDan «es muy abierta en cuanto al género. Hay muchas mujeres trabajando, a diferencia de lo que es el sector en general, porque vamos a un congreso y si hay diez mujeres, es un montón».
GPDan puertas adentro
«Genética Porcina Danesa representa a DanBred en Argentina, Uruguay y Paraguay. DanBred es una marca de genética de cerdos de origen danés. Su núcleo genético está en Dinamarca y tiene diferentes multiplicadores a nivel global. Uno de ellos es GPDan. Cuenta con dos granjas, la núcleo que está en San Marcos, donde están todas las razas y todas las líneas genéticas, las maternas y las terminales, con las que se arma el programa genético. Y en Saladillo tenemos una granja multiplicadora, donde hacemos cruzamientos híbridos y producimos animales F1, que es la línea comercial. La hembra se vende a los productores y éstos producen capones que van a frigorífico. Llevándolo a bovinos, sería como la hembra careta», detalló Lucas Oyhanart.
Comentó que son 20 las personas que trabajan en San Marcos y 15 en Las Piaras, más todo el equipo técnico. «Esto en la parte de producción. En lo comercial, hay un equipo técnico de profesionales que interaccionan entre las granjas de producción y los clientes, que son más de 70. Son los que producen capones y nosotros les proveemos las madres. Básicamente, ese es el funcionamiento de GPDan».
Paula agregó que la granja se divide por sectores. «Está la parte de reproducción, donde se insemina a las madres; la de maternidad, donde van a parir; la recría, donde se recrían los lechones; y el engorde, donde se terminan de engordar. En cada sector hay un equipo de trabajo que, a la vez, interactúa entre todos. Hay muchos procesos en cada sector, que hay que ir haciendo bien», explicó.
También «está la parte de machos y laboratorio, porque se vende semen a los productores, además de las hembras, para que ellos puedan cruzar y producir capones. Entonces, tenemos un centro de 50 machos y el laboratorio donde se procesa el semen, que se entrega tres veces por semana», añadió.
Asesoramiento
Lucas Balbi explicó que en GPDan «somos 50 personas en total, de las cuales 11 somos profesionales y en el equipo comercial 5. La madre que nosotros vendemos al productor, nuestro foco, es generar la genética que va a usar el productor porcino, es una hembra hiperprolífica. Como dato, tiene 20 nacidos totales en cada parto y eso para el productor es un desafío que hay que acompañar técnicamente, con una forma de trabajo que nosotros tratamos de llevar, que es la que tienen en Dinamarca, uno de los países líderes en producción porcina en el mundo, mucho más grande que Argentina. Y tratamos de trasladar -a partir de capacitaciones, visitas y manuales de procedimientos-, cómo hacer las tareas en la granja para poder manejar nuestra genética».
De manera general y muy sintética, Balbi sostuvo que «los procesos son muy estrictos. De por sí, diría que es una tarea muy rutinaria en la que tenemos que cumplir los procesos que hay que cumplir, en el día que hay que hacerlo y hasta en el mismo horario, para alimentar e inseminar. Cuidar animales tiene como desafío profesional que hay que estar los 365 días cuidándolos. En la granja hay 560 cerdas y además otros 6.000 animales, que son los hijos de todas estas cerdas, a los cuales muchas veces hay que tratar individualmente».
A su vez, remarcó que «las instalaciones donde se crían los cerdos son muy diferentes a las que puede pensar la gente. Nosotros para entrar a trabajar nos tenemos que bañar, para no ingresar ningún virus ni bacteria dentro de la granja y así preservar el estatus sanitario que tiene. Nos cambiamos y recién ahí entramos. Tenemos mucho cuidado con la bioseguridad. Los cerdos viven bajo techo, con ambiente controlado. Tanto en invierno como en verano, tratamos de darles las condiciones que necesitan. Es un diseño danés hecho en Argentina, lo que lo hace divertido y desafiante, porque no es lo que estamos acostumbrados a ver. Esta granja es única en el país».
Alimentación
Los animales se alimentan con lo que se produce en San Marcos. «La planta está muy cerquita. Hacemos los pedidos y los entregan todas las semanas», comentó Paula.
Lucas Oyhanart detalló que «la alimentación está compuesta por doce dietas distintas, todas las semanas, que damos en diferentes etapas de crecimiento del animal. Entonces, requiere de todo un proceso complejo».
«Sumado a eso, trabajamos bajo normas de bienestar animal y de uso racional de antibiótico, que es diferencial a cómo se producen cerdos en el país. Además de preocupados por la producción y la rentabilidad del negocio, también por la sustentabilidad y la salud. Lo que nosotros hacemos en la granja, queremos que impacte en la salud humana», agregó.
El desafío
«El gran desafío que tenemos como productores de genética, además del conocimiento técnico para hacerlo, es cómo hacemos para que las cosas sucedan en el tiempo, la forma y con la energía humana necesaria. Muchos aspectos que van con la presión del día a día. Cuidar animales requiere un estrés extra. No te podés quedar sin agua un día, no vale no ir el 25 de diciembre, por ejemplo. Y todos tenemos familias. El desafío es mantener un grupo motivado, para poder llevarlo a cabo. Lo técnico se aprende, aunque no en un día. El desafío es que las cosas sucedan, de la forma que queremos que sucedan», manifestó Balbi.
«Sin dudas tenemos que seguir creciendo en cantidad de clientes; y nuestro objetivo también es ir hacia clientes más grandes. Estamos seguros del producto que estamos vendiendo. No necesariamente queremos crecer en madres o producción, porque tenemos capacidad para abastecer el mercado. Queremos consolidarnos. Al principio era ser creíbles, hoy ya ese proceso lo estamos pasando bien y ahora tenemos que generar confianza para ir atrás de los grandes», añadió.
El contexto
El gerente general, al referirse al contexto económico actual, reconoció que «al tener una granja altamente tecnológica, necesitamos muchos insumos de afuera; y eso en el último año no fue lo más sencillo de traer. Se nos complicó mucho poder traer algunos repuestos y sacar divisas; en ese sentido estábamos un poco complicados».
Comentó, por otro lado, que «la producción porcina viene aumentando en los últimos diez años; y más fuerte en los últimos cinco. Hay un proceso de concentración que se viene dando, aunque va para un lado de mayor planificación y concentración de animales y de recursos».