Un reciente informe alertó sobre un posible declive en la cosecha de la oleaginosa. Por primera vez, las condiciones climáticas regionales neutralizan la influencia positiva de El Niño.
Las altas temperaturas, que alcanzaron máximas de 38°C, y la ausencia de lluvias podrían traducirse en un fuerte declive en la cosecha de soja, reflejó la la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El fenómeno climático El Niño, que históricamente tuvo una influencia positiva en la región, ahora se ve contrarrestado por las condiciones desfavorables.
En ese sentido, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR advirtió que, si no hay un cambio significativo en las próximas dos semanas, la situación crítica que afecta actualmente a los suelos de mala calidad se extenderá a los suelos buenos.
En solo siete días, el área con condiciones de cultivo de muy buenas a excelentes disminuyó del 90% al 65%, mientras que el 10% de los lotes presenta condiciones regulares o malas.
Asimismo, la incertidumbre climática genera preocupación entre los productores y resalta la vulnerabilidad de la agricultura frente a fenómenos meteorológicos extremos, en una campaña que comenzó con lluvias, pero las altas temperaturas tuvieron un impacto significativo en la soja de primera durante su fase más sensible.
El 60% de la soja se encuentra en las etapas R4 y R5, en pleno llenado de granos, mientras que el resto está en la etapa R3, desarrollando vainas. La ausencia de lluvias y las condiciones climáticas adversas provocaron estrés y pérdida de rendimiento, especialmente en suelos de baja calidad. El panorama de una cosecha exitosa se desvanece rápidamente en la región núcleo, afirmaron desde BCR.
En este contexto, la preocupación en el sector se agrava ante el pronóstico de altas temperaturas y la ausencia de lluvias importantes en el horizonte. Expertos sostienen que esta combinación de factores climáticos está generando nerviosismo entre los agricultores, ya que la fase crítica de desarrollo de la soja se ve comprometida.
Además, se suma la presión económica, con márgenes ajustados debido a costos de producción elevados y precios inferiores a los del año pasado.
En tanto, la crítica situación climática no solo impacta en la soja de primera, sino que también afecta de manera preocupante a los cultivos de maíz tardío y soja de segunda en la región núcleo. La sincronización floral en el maíz y las pérdidas de plantas en la soja generan inquietud, ya que las condiciones climáticas desfavorables amenazan con afectar el rendimiento de estos cultivos.
Por último, con temperaturas máximas que oscilan entre 35°C y 37°C, acompañadas de altas tasas de radiación, las reservas de agua en el suelo experimentaron una disminución significativa en comparación con la semana anterior.