El director del nivel secundario del Colegio María Inmaculada (IMI) de General Villegas viajó a Roma, Italia, para presenciar el histórico acto de canonización de la primera santa argentina.
Fernando Pastor, oriundo de 9 de Julio pero con vida hace tiempo en General Villegas, fue uno de los privilegiados en asistir a la Basílica de San Pedro del Vaticano, donde el papa Francisco canonizó a Mamá Antula, la primera santa argentina.
La ceremonia se realizó el domingo y pudieron contemplarla un total de 300 peregrinos devotos de Mamá Antula que viajaron desde Argentina, sumado a otras 2.000 personas que recibieron entradas.
La semana anterior a la ceremonia hubo una charla sobre la vida y las obras de Mamá Antula; y el sábado, día previo al de la canonización, una audiencia del contingente con el Papa, dentro del Vaticano.
«Éramos 150 personas y nos quiso saludar a todos con esa calidez que lo caracteriza. Por eso después de sus testimonios pudimos acercarnos en fila a saludarlo. Fue un momento emotivo e inolvidable. Uno quisiera decirle tantas cosas, pero no alcanza el tiempo. Es un placer y una alegría que me dio Dios y la vida», expresó Fernando en diálogo con ACTUALIDAD, desde Roma.
El mismo sábado se llevó a cabo una vigilia de oración. Esto es una misa previa a la canonización del domingo 11 de febrero. Dicha celebración se realizó en la «Iglesia Jesús», en la que vivió y se encuentran los restos de San Ignacio de Loyola, quien fundó la congregación de los Jesuitas.
Y llegó el domingo, día en que se canonizó a la primera santa argentina en la historia. Luego de semejante privilegio, Fernando dijo que «fue un momento muy emotivo y solemne. Uno cuando lo vive de adentro entiende que todo tiene un sentido y un valor. Esto ayuda a conectar con lo que nos está pasando y elevar el espíritu».
Él se encontraba al lado izquierdo del altar principal, donde se situó el Papa Francisco. Del otro lado del Vaticano se ubicó la comitiva oficial, con el presidente Javier Milei y sus acompañantes. «Se sintió como un instante de hermandad entre argentinos. No importó la ideología política ni de dónde llegabas; el buen deseo por nuestro querido país trascendió eso».
Por otra parte, destacó que es una bendición para la comunidad villeguense tener una escuela que sea parte de la familia de Mamá Antula, porque no hay muchos colegios a lo largo del país y esta es la primera santa, tan cercana a nuestra ciudad.
Fue la segunda vez para Fernando en Roma por motivos religiosos, tras una visita por la Jornada Mundial de la Juventud, en el año 2000. Luego pudo volver varias veces por cuestiones personales, como el estudio del idioma italiano. «Recomiendo visitar este lugar, porque a cada paso te encontrás con un museo histórico», manifestó.
Pese al lujo y nobleza del lugar al momento de la oración, reconoció que llevó a todos dentro de sus plegarias, tanto familiares como seres queridos; y toda la comunidad villeguense. «Fue un momento en el que me conecté con mi historia y los vínculos. Los tuve a todos presentes», expresó.
María Antonia de Paz y Figueroa (Mamá Antula) mantuvo las prácticas jesuitas en la Argentina colonial tras la expulsión de esa orden religiosa. Se convirtió una referencia espiritual en la Argentina colonial del siglo XVIII, una era en la que las mujeres ocupaban un lejísimo segundo plano, y algunos la consideran la primera feminista del país.
«Mamá Antula fue muy importante para nuestra historia, porque estuvo en el nacimiento de la Patria. Con su trabajo y ejemplo, transformó al país que estaba naciendo y lo llenó de valores. Una mujer fuerte y convencida de anunciar las obras de Dios por todos lados, que revalidó aún más el género», opinó Fernando.
Después de tantos años, se produjo la canonización. «Cuando la iglesia santifica a alguien lo pone como modelo y ejemplo. Si este ser humano fue como nosotros, significa que también podemos. La santidad debe ser algo cotidiano y no extraordinario», expresó.
En un contexto difícil que atraviesa el país, este hecho histórico motivó a Fernando. «Hay que hacer lo mejor por el prójimo y empezar a cerrar grietas. Tenemos que salir adelante porque tenemos grandes ejemplos de vida, un talento muy importante y todos los recursos posibles. Sólo falta decidirnos».
Fernando Pastor en el Vaticano, entre Javier Milei (presidente de la República Argentina) y el Papa Francisco.