«Dolidos, angustiados, con miedo. Nos han quitado la seguridad, la paz… y la gente que nos roba pasa al lado nuestro y se nos ríe. Estamos en tierra de nadie. Nos robaron otra vez, la quinta en poco tiempo. La policía vino, pero tuvimos que salir a la calle a hacer cosas que uno no quiere hacer, como decirles ‘o hacen algo ustedes o lo hago yo’…», lamentó el contratista rural Leandro Botte ante el llamado de ACTUALIDAD.
El hecho fue a plena luz del día, se cree que entre las 9 y las 15 horas. Botte había dejado en el lugar -una quinta en Ruta 188 y Chassaing Sur- su utilitario, sin llave, y al regresar constató el faltante de un cajón con varias herramientas, un maletín con documentación personal, tarjetas de crédito y débito, una chequera completa a su nombre y la suma de 30 mil pesos.
Horas después, a través de parte de prensa que lleva la firma de la Sub Comisaria Dora Alicia Martínez, Jefa de la Estación Policía Comunal de General Villegas, la policía comunicó que «a través de la investigación policial y el aporte del centro de monitoreo municipal se pudo esclarecer el caso y recuperar los elementos sustraídos».
«No, no, no fue así. Se encontraron algunas cosas, pero no todas como dice la policía. Me faltan muchas cosas, muchas. Encontraron mi chequera pero me faltan varios cheques, 8 o 9, que me habían pagado mis clientes. Yo les decía (a los policías), pregúntenle a los ladrones qué los hicieron, pero no pasa nada. Ya está, ya está… son cheques que no les sirven para nada, porque ya están denunciados como robados. Me pierdo el día yendo al banco, a la comisaría, denunciando que una cosa y que la otra», los desmintió Botte.
Para el damnificado, «acá en Villegas está la ley del más guapo. Si sos tranquilo y respetuoso como somos nosotros, no pasa nada. Yo me cansé de la gente que me roba, me cansé de la policía… le dije a mi señora: o consigo las cosas, o se prende fuego Villegas y voy preso yo. No puede ser que me roben cinco veces, que me dejen en la calle, estoy cansado. soy un laburante, no soy un malandra o un asesino, no tengo que ir a buscar a una persona y pegarle. ¿Qué quieren? ¿Qué vaya preso yo?», dijo a punto de quebrarse.
Otro de los puntos del relato oficial con el que no coincide Botte tiene que ver con la edad de los ladrones. Para la policía fueron dos menores de edad, que como marca la ley solo fueron notificados de la formación de una causa en su contra. «No, no son menores. No tengo sus edades, pero no son menores. Y hay testigos», argumentó.
Los ladrones, sea cual fuere su edad, fueron puestos en libertad y están a disposición del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil Nº2, del Departamento Judicial de Trenque Lauquen.
«Ya me robaron cinco veces, tengo los nombres de los ladrones, 17 videos donde aparecen los chicos que robaron, y no pasó nada. Me dicen desde la Fiscalía que no hay pruebas. ¿Me están cargando? si tengo todos los videos donde se ve todo, los nombres de sus padres, donde está el carrito… y me dicen que no hay pruebas. ¿Me están tomando por tonto?», se preguntó, al terminar la entrevista con este medio.
El enojo con la policía va más allá
Liliana Mandrini, la esposa de Botte, escribió a este medio poniendo aviso de los robos que vienen sufriendo y marcando sus diferencias con el modo que la policía y la justicia se ocupan del tema. Textual, su testimonio:
«Nuevamente los amigos de lo ajeno y enemigos del trabajo digno, ingresaron en el predio que alquilamos para guardar maquinaria agrícola y abrieron el auto robándose un maletín con tarjetas de crédito, chequeras, cheques de terceros, dinero, herramientas. Además rociaron el auto con combustible. ¿Habrán querido quemarlo? No sabemos. Hubo que hacer mucho lío. Salir a medios y redes para lograr q la policía se mueva rápido».
«Qué pasa con la policía no lo sabemos. Hace unos meses sufrimos otro robo muy importante. Aportamos videos, datos filiatorios de los ladrones, pero no pasó nada. Hace poco no enteramos que en Fiscalía no se enteró nadie de las pruebas entregadas, por lo tanto nunca hubo allanamientos, nada. Perdimos todas las herramientas».
«El 30 de enero nos secuestraron una camioneta porque unos niños, corriendo picadas, la chocaron en pleno centro. Pasaban los días y no me la entregaban porque faltaban pasos a cumplimentar. Pasados quince días llamé a la Fiscalía de Trenque Lauquen y me enteré que la orden de entrega estaba para el día después del accidente. O sea que estuvo detenida 15 días porque nadie miró los papeles o los mail que reciben. ¿Qué hacen en la comisaría?»
«Anoche los detuvieron. Hay varios cheques que han desaparecido. A las tarjetas las quemaron y a las herramientas las dejaron escondidas en el predio. Pero mi marido tuvo que amenazar con hacer justicia por mano propia para lograr que se haga algo».
«Pero con el robo de julio (varios millones en herramientas) no hicieron nada. Aportamos 17 videos. Más los nombres de los chicos, de los padres y la dirección y no hicieron nada. A Fiscalía no le llevaron nada».
«Mi marido tuvo que mirar las cámaras y explicarles a los policías donde buscar porque como se los veía salir con las manos vacías decían que no habían robado. Llevaban las cosas en los bolsillos. Las cosas grandes las dejaron escondidas debajo de las maquinarias y mi marido tuvo que ir y buscar por sus propios medios».
«Tuvo que amenazar con una revuelta para que se apuraran a allanar».
«Aparte, no son menores».