Francisco Pérez es correntino, pero desde hace mucho tiempo vive en nuestra zona. Trabaja como encargado en el establecimiento rural «La Marta», a unos 20 kilómetros de Santa Eleodora; y en diálogo con ACTUALIDAD reclamó por el estado de los caminos.
«Tengo dos hijos, uno en el primario y otro en jardín. Y llevo chicos de un campo vecino que también van a la escuela de Santa Eleodora», comentó Francisco al comenzar la charla.
Y agregó que «cada vez que llueve se llenan los caminos de agua. Este domingo llovieron 12 milímetros y se llenó de agua, pero por más que lluevan 5 milímetros pasa lo mismo, porque no le hacen un mantenimiento».
«Prácticamente no se trabaja -fue más allá Francisco-. La máquina pasó una sola vez en lo que va del año. Una parte la hizo bien y tapó algunos pozos, aunque no todos. Y durante el año pasado pasó sólo tres veces y quedan pozos que se van profundizando».
Según el trabajador rural, «por las reuniones que tenemos en la escuela, todos los chicos que van del campo tienen el mismo problema. Yo hago cuatro viajes en el día, por lo que paso mucho por esos caminos. El vehículo es medianamente alto, pero el año pasado tuve que cambiar tres veces la amortiguación».
Francisco pide una respuesta. «Que alguien haga algo, por lo menos mandar una máquina. Si nos dieran el gasoil, tenemos herramientas y por ahí yo mismo puedo hacer algo», expresó en este sentido.
Al mismo tiempo, comentó que «intenté comunicarme con el delegado del pueblo, pero las veces que fui no estaba y no dispongo de mucho tiempo para ir a ver si lo encuentro».
Francisco es de Goya, Corrientes, pero vive en la zona rural de Santa Eleodora desde hace tres años y medio. «Mis hijos nacieron acá, porque hace ocho años que trabajo con la misma firma», dijo; y agregó que él también se crió en nuestra zona, prácticamente, «porque mi viejo trabajó en un campo de Tres Algarrobos».
Por último, insistió en la necesidad de un trabajo de mantenimiento en el camino vecinal. «Los chicos se pierden días de clases por la lluvia y se atrasan. Cuando yo iba a la escuela lo hacía a caballo, pero creo que a esta altura mis hijos no tienen por qué ir a caballo como yo».