La Licenciada en Psicología hizo referencia a la fecha, que fue celebrada el 1° de marzo; y dejó su perspectiva sobre esta tendencia.
Andrea del Giorgio es integrante del Equipo de Prevención Sociocomunitario del Suicidio en Adolescencias, correspondiente a la Subsecretaría de Políticas Familiares del Ministerio de Capital Humano.
Su tarea consiste en la concentración de adolescentes desde una perspectiva de derechos, para fortalecer su protagonismo y la participación. El objetivo es capacitar a los sectores claves y las comunidades en general, para atender a los jóvenes y escuchar sus necesidades.
Andrea tuvo visitas y charlas de capacitación en General Villegas hace un tiempo. ACTUALIDAD se contactó con ella para tratar la autolesión, tras el día conmemorativo el 1° de marzo, donde se pretendió visibilizar qué hay detrás de los golpes, quemaduras, cortes o rasguños que se practica una persona a sí misma.
«Cuando hablamos de autolesión nos referimos a una conducta no suicida. Consiste en causarse daños físicos, asociadso a la disminución de ansiedades, sufrimientos y malestares. Es muy importante concientizar, difundir y conocer este problema», explicó Del Giorgio.
Paralelamente, detalló que este comportamiento suele darse en adolescentes, pero también se refleja en niños y adultos. «Es fundamental descifrar de qué se tratan esas escrituras en el cuerpo. Es algo que se está dando a leer y un escape», indicó.
Por otra parte, contó que en muchos casos la ejecución de la autolesión produce alivio en la persona y se trata de una demostración de sufrimiento, la cual tiene causas que muchas veces no se reflejan en el sujeto.
«Los adolescentes deben entender que en esa etapa se transitan muchas olas de sufrimiento, porque es normal, pero pueden encontrar distintas estrategias para una salida a ese dolor, que no sea el corte. Es fundamental que no juzguemos al sujeto cuando nos acercamos, ya que eso le agrega una mochila», expresó.
Para aquellas personas que perciben la autolesión en otro individuo/a, Andrea recomendó el acercamiento y acompañamiento en la transición del dolor, para demostrar el apoyo en un contexto de soledad y alejamiento, así como también buscar y establecer puentes de conexión para la confianza del sujeto.
«Debemos demostrar presencia en la situación, sabiendo en previo que no es una conducta antecesora al suicidio. Todo lo que parece sin solución debe ser tratado y hablado, para que desaparezcan esos fantasmas de oscuridad. Las marcas de la persona en el cuerpo esconden un mensaje», afirmó.
Asimismo, aseguró que los cambios de dolores mentales por los físicos son temporales y demostrativos hacia el entorno. «Es como cualquier droga, porque calma solo un rato. Hay un montón de herramientas para ofrecer a la persona que se encuentra en esta situación para desarmar, no solamente el dolor, sino ese mecanismo», manifestó.
Por último, se refirió a las cicatrices y su significado para el lesionado: «Estas marcas pueden servir, en un futuro, como un recuerdo a una etapa difícil de la vida, una vez superado ese instante de sufrimiento y angustia».
Andrea del Giorgio, licenciada en Psicología.
