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domingo, octubre 13, 2024

Sócrates, el cazador de historias / Hoy, Kelly Bogliolo

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Rebautizado en su madurez como Sócrates, Daniel Provazza hace gala de su impronta en un reportaje imperdible. No es ni será el filósofo griego, mucho menos el excelso volante de la selección brasileña de fútbol. Este, nuestro Sócrates, sale a cazar historias.

Esta vez la elegida es Kelly Bogliolo, una mujer que ha marcado un legado en educación y arte; y que se abrió como nunca a una entrevista por demás de emotiva.

¿Hay mucha gente que conoce de verdad a Kelly Bogliolo?

No sé, los más grandes seguro que sí. A veces suelo decir: ‘ese chico fue alumno mío’; y me corrigen diciendo que medio Villegas fue alumno mío. Que se yo. De la gente joven no conozco a nadie, pero tampoco me conocen a mí.

¿Corre sangre italiana por sus venas?

Sí. Por el lado de los abuelos paternos. Y sangre española si hablamos de mis abuelos maternos.

¿Cómo ves esa sangre?

Muy quieta. Yo le decía a mi tía que tenía castañuelas en la sangre porque cocinaba, bordaba y tejía bien. Yo no hago nada de eso. Cocino como puedo.

Madre, profesora, artista plástica, directora de Cultura ¿Cuántas mujeres hay en usted? 

Oh, no sé. Las que están quedando, porque ya son muchos años. Todo mezclado se podría decir.

¿Y cuál es la frontera que separa a una de otra?

A mí me gusta escribir y pintar. Yo pintaba frente a esta ventana, que siempre tiene la luz fija, porque en otros lados el sol se va moviendo. Acá no, me da la luz. Pero ahora no tengo tiempo.

Dejé de pintar, hice el último cuadro que reflejaba a un boyero. Lo regalé al Hogar de Ancianos. Hay cuadros míos por todos lados.

¿Suena cursi decir que uno ama a alguien? 

No, para nada.

¿A quién ama?

Uff… a mi familia y a mi esposo, principalmente, con el que llevo 66 años casados.

¿Qué significó el amor en su vida?

Yo no soy muy demostrativa, pero creo que en el trato o la atención a mi esposo e hijos se tiene que haber notado.

¿Recuerda el primer día que empezó a dar clases?

Sí. Empecé porque la señora «Pepa» Formica, Adela Compagnucci y el doctor Ochoa me dijeron si quería dar clases. Hacía poco tiempo que había terminado Magisterio. Mi título es Maestra Normal Nacional, que era lo que se entregaba en ese entonces, en el Colegio de Hermanas.

Mi papá me decía que si me vinieron a buscar era por algo, pero me tuve que poner a estudiar, porque una cosa es haberlo aprendido para mí y otra es transmitirlo a los alumnos. Me puse en serio a preparar el programa que me dieron y ver cómo lo podía transmitir.

Estábamos en la Escuela N° 3, de prestados. El Colegio Nacional no tenía domicilio propio. No había ni vereda, predominaba la tierra. Me acuerdo que con Blanca Pérez o «Chocha» Monti íbamos caminando y tuvimos que comprar unas botas de goma, porque cuando llovía era imposible; y llevábamos los zapatos en una bolsita. Entonces nos cambiábamos para entrar a clase. No íbamos de zapatillas en esa época. Ahora eso ha cambiado en las docentes.

Había alumnos que casi tenían mi edad. Empecé dando Educación Cívica en primero, segundo y tercero; y Matemáticas en segundo. Cómo no había escuela para varones, ya que el Colegio de Hermanas sólo admitía mujeres, los que querían hacer un bachillerato tenían que mandar a sus hijos afuera. O ir a la Escuela Industrial.

Después, entre todos, se compraron las herramientas necesarias. Primer año funcionó en lo que era la vinería, con un salón enorme. O sea que tenías que hablar bien alto para que te escuchara el que estaba último, con el ruido de la calle. Después empezaron la construcción del colegio y quedó hermoso.

¿Cómo ve la educación en los tiempos actuales?

Muy mal, porque no hay exigencia para los alumnos. Se ha aflojado todo. Todo comienza con los padres, no exigen. El nene quiere algo y hay que dárselo porque se va a traumatizar. No… mi padre era muy severo y yo no tengo ningún trauma. Igual que mi hermano. Lo único que debíamos hacer era estudiar. ¡Estudiar!

Me acuerdo que mi padre me decía que si no estudiaba tenía que ir a cuidar chanchos. Entonces yo me preguntaba de dónde eran esos chanchos. Ni él ni mi tío tenían chanchos. Pero me gustaba estudiar, no era solamente porque me decían eso.

Lenguaje inclusivo: ¿se puede obligar a que los alumnos cambien la letra desde las instituciones? 

¡Es lo más ridículo que nos ha pasado! ¿Cómo vas a transformar un idioma que tiene siglos? ¿Y que tiene todas las reglas ortográficas? Si el castellano tiene el neutro, ¿por qué vamos a hablar así? Eso es ridículo. Fijate que no prendió en la gente. Lo siguen diciendo muy pocos.

¿Es una mujer apasionada?

No sé. Pienso que sí, porque para las cosas que me gustan soy muy insistidora.

Si alguien se equivoca desde la pasión, ¿es válido?

Ay… eso sí que no sé. Eso es de psicología y yo no lo tengo claro.

Una foto es sacada por un ojo hecho en Taiwán y un cuadro es realizado por un ojo divino. ¿Qué opinión tiene usted?

Tiene razón.

¿Qué opinión tiene del arte?

Ha cambiado mucho. Hoy te muestran una posición del cuadro y ves colores. Me parece horrible y no soportaría ver un cuadro de esos en mi casa. ¿Verlo todo el día? No, dejá.

¿Cuál es su color preferido?

El verde.

Kelly Bogliolo
Kelly Bogliolo

¿Qué opinión tiene del feminismo?

Se ha exagerado como muchas cosas. Si no revolean la ropa interior, salen a la calle pintarrajeadas o con un tambor, parece que no vale para las mujeres. Eso no es feminismo. El feminismo es defender los derechos que tiene la mujer, pero con el respeto a ellas mismas. No eso que vemos en las calles. Desde ya que yo soy muy antigua.

¿Qué representa la religión en su vida?

Muy importante. En los momentos difíciles, para la gente que no tiene una religión, es difícil. No sé cómo los enfrenta.

¿Amar a Dios significa amar a todos los hombres?

Y así se dice. Querer a los demás como hermanos.

¿Jesús de Nazaret logró romper la Ley del Talión?

Me parece que sí. Porque ojo por ojo y diente por diente no significa ayudar a otro. Hay situaciones, como la guerra contra Ucrania o la invasión de Hamás a Israel. Ahí hay que defender y frenar, entonces terminás haciendo lo mismo que el otro. Pero bueno… es muy difícil eso.

¿Qué aprendió de la alegría?

Es muy valioso para uno mismo y para todos los que están alrededor de uno.

¿Y del sufrimiento?

Es feo. Pero bueno, a veces te toca.

¿Cuál es la palabra más hermosa del diccionario?

Uff… es difícil elegir una. Me quedo con amistad.

¿Y la más peligrosa?

Indiferencia.

¿Cuál es la pregunta que más se ha hecho en su vida?

¿Cómo hemos llegado a esta situación en Argentina? Esa pregunta. Me refiero a la situación que vivimos. Un país que tiene un montón de riqueza, la cual debíamos haber guardado y exportado. Pero estamos sumergidos en la pobreza, de gente que no tiene capacidades y ha abandonado la educación. Y sin educación, no se puede llegar a ningún lado. Hay que despertar en los chicos ganas de aprender, de ver, de preguntar. Yo los veo como indiferentes a los chicos. Están atados al teléfono, que es muy útil porque te comunicás o buscas cosas, pero estar pendientes todo el tiempo, no lo comparto.

¿Cuál es su mensaje?

Que se pongan un poco en serio a trabajar y lean, por favor. Ya sea revistas, diarios, libros o cualquier cosa. Leyendo se aprende tanto…

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