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En su edición 66, viajamos telefónicamente hacia suelo catalán, donde vive la villeguense Carolina Marchelli. Con su simpleza y humildad, la mujer de 35 años nos atiende del otro lado del charco para hablar de su experiencia en el extranjero.
Radicada por un tiempo en Italia, ahora goza de su vida en Barcelona. Debió pasar momentos complicados, pero los atravesó con mucha fortaleza mental y familiar. La villeguense que triunfó en suelo donde brillaron tanto Maradona como Messi.
Primeros pasos
Carolina hizo sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de General Villegas. Egresó en 2005, aún sin ideas tan claras de su futuro.
Siguió su camino con las carreras de Psicología y Diseño de Moda, en la Universidad de Buenos Aires. Hasta que conoció el rubro del Diseño Gráfico, se recibió y lo eligió para siempre.
Luego de obtener el título, el panorama presentaba muchas incertidumbres y pocas certezas. Carolina se quedó en Buenos Aires por trabajo, hasta la llegada de la pandemia de Covid-19.
El salto al viejo continente
Una de sus primas, con la cual mantiene un buen trato, le propuso realizar la ciudadanía europea. Para Carolina sonó lejano en un principio, ya que nunca había pisado Europa, aunque mantenía las ganas de vacacionar.
Sin embargo, una serie de complicaciones con respecto a la situación económica en Argentina la hicieron cambiar de parecer y tomó la decisión de empezar los trámites de la ciudadanía en Italia.
«Si bien al comienzo iba a ser un viaje fugaz, luego se transformó en una realidad. Aquí fue fundamental el apoyo de mi familia. Sin ellos, hoy no estaría en Europa. Desde el primer momento me han ayudado a mantenerme. Fue lo más valioso», contó Carolina.
En principio, el destino iba a ser Torino. Pero un colapso en la demanda de la ciudadanía terminó inclinando la balanza por Nápoles, al sur italiano. Nápoles posee más de un millón de habitantes, siendo la tercera ciudad más grande de Italia. El centro histórico ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad por sus monumentos.
Nápoles es cuna de la cultura italiana, incluyendo la literatura, el teatro, la música y la cocina. Uno de los manjares más queridos y típicos del planeta, la pizza, nació en Nápoles.
«Nápoles es un caos. Es parecido a Buenos Aires. Una ciudad abrumadora y desorganizada», dijo Carolina con respecto al sitio donde otro argentino, Diego Maradona, es venerado. Tuvo varios trabajos; entre ellos en un registro civil y en una pizzería.
Aterrizó en septiembre de 2021, con la particularidad de que viajó sola debido a las restricciones por la pandemia. «Todavía estaba muy difícil. Presentamos los papeles en un momento caótico», explicó. Se mantuvo en tierra napolitana durante siete meses.
Una oportunidad única en suelo catalán
En Italia pudo conocer a muchas personas y entabló relaciones cercanas con amigas. Una de ellas, al poco tiempo de conocerla, se mudó a Barcelona, España. Allí surgió la invitación hacia Carolina, que no desistió a la propuesta y siguió su camino en el territorio donde supo brillar Lionel Messi.
Barcelona es una ciudad llena de originales opciones de ocio que animan a visitarla una y otra vez. Es un foco de nuevas tendencias en el mundo de la cultura, la moda y la gastronomía.
Combina la creatividad de sus artistas y diseñadores con el respeto y cuidado por los locales tradicionales de siempre, transformándola en una de las ciudades más visitadas del mundo. «Es un sitio muy distinto a Nápoles. Me encontré con una ciudad más ordenada», expresó.
Al poco tiempo de su llegada a Barcelona, Carolina empezó a trabajar en una compañía hotelera privada, de índole multinacional, llamada «Grupo Hotusa». «Es un lindo trabajo. Estoy bien y cómoda. Pero siempre aspiro a más, así que veré. Mi próximo objetivo es un trabajo remoto», comentó.
En cuanto al aspecto paradisíaco, Carolina se mostró contenta y satisfecha con Barcelona. Mientras que un factor clave con el que se encontró fue el idioma, debido a que la gran mayoría de la población utiliza el catalán como su lengua principal.
Proceso de adaptación
Es difícil dar el primer salto y salir de la zona de confort, pero más complejo aún es comenzar su vida en una cultura totalmente diferente y alejada de sus seres queridos. El inicio de Carolina fue complicado, sobre todo desde lo personal.
El peor momento posible fue su despido del trabajo a los pocos días de su llegada a Barcelona. Hizo un esfuerzo importante por mantenerse en Europa, pero no descartó la posibilidad de volver a Argentina si las cosas no mejoraban. La situación mejoró tres semanas después, cuando obtuvo un nuevo empleo.
Volvió a ser fundamental el sustento de la familia. «Los extraño mucho. Pero el acceso a la tecnología me permitió encontrar en ellos la fuerza para mantenerme y apoyarme en los momentos difíciles», manifestó.
Carolina mantuvo vivas diversas costumbres y tradiciones argentinas, a pesar de la distancia. Entre ellas se destaca el mate, el asado, la pizza, la milanesa y empanadas. «Con la gastronomía me llevo bastante bien. Eso es donde más se nota. Europa me ha cambiado la vida», subrayó.
Además de las ciudades donde se radicó, Carolina visitó diferentes sitios turísticos de Europa. Entre ellos se destacan Lisboa e Ibiza, aunque su sueño máximo es conocer París, capital francesa. También mencionó su idea de volver a Argentina a fin de año, donde aprovechará para recorrer Uruguay.
Planes para el futuro
Carolina viajó y conoció muchos lugares, así como también vivió muchas aventuras tanto en Italia como en España. Pero, ¿cuál es la idea de la villeguense en el futuro?
En el corto plazo desea mantenerse estable en Barcelona, ya que fue allí donde encontró mucha comodidad y bienestar. «Mi novio tiene un buen trabajo y yo estoy feliz. Mi objetivo es estar acá», lanzó.
De todas formas, reveló que cualquier cosa puede suceder en la marcha y no descarta un cambio de planes. Por el momento, Barcelona es su lugar en el mundo. En algunos años, quién sabe.
También desestimó el plan de regresar a Argentina, aunque sea en el corto plazo. «Por lo pronto, no lo veo como una opción. Igual todo puede pasar en el camino. El mundo es chico», indicó.
La paradoja de Maradona y Messi
En la parte social fue donde sintió el rigor barcelonés. Carolina contó que fue discriminada por ser latinoamericana en varias oportunidades. «A veces me lo tomo en tono de gracia y en otras me molesta. Pero me tuve que acostumbrar. Son las reglas del juego, porque soy visitante», sostuvo.
En este sentido, marcó una línea diferencial entre suelo catalán y Nápoles: «En Italia me trataron como una ídola por ser argentina como Maradona. Fue muy querido allá. Donde sea, alguien lleva a Maradona consigo. Es increíble. Para ellos es un Dios. Diego nos abrió muchas puertas».
Para colmo, Carolina se mudó a Barcelona y no fue la excepción su amor por Lionel Messi. Pese a que los catalanes son peculiares y locales, Carolina dijo: «Se pusieron muy contentos cuando ganó el Mundial. No es lo mismo que el cariño de los napolitanos por Maradona. Pero me recalcan mucho su fanatismo por Messi», opinó.
Conclusión
«Fue una gran decisión. Estoy orgullosa de mí por haberme animado. No soy una persona aventurera, pero las cosas me salieron bien», dijo la villeguense con respecto al camino recorrido hasta el momento, al cual le quedan muchos capítulos por escribir.
No es para cualquiera tomar una decisión tan rotunda como cambiar de aires y apostar a un nuevo comienzo en otras tierras. Los que optan por emigrar, deben hacer un esfuerzo muy grande en pos de buscar una estabilidad.
Carolina debió lidiar con mucha incertidumbre y soportó los aluviones que le puso la vida por delante. Hoy disfruta de vivir en una de las tierras más proclamadas del planeta. No es fácil alcanzar la felicidad. Pero a veces, uno tiene que resignar muchas cosas por encontrarla. Carolina Marchelli, una luz villeguense en el plano europeo.