Años atrás, se solían vender por una cuestión de seguridad. Hoy, el objetivo es hacerse de dinero rápidamente para poder pagar tarjetas, no endeudarse o afrontar algún gasto imprevisto.
Como consecuencia de la crisis económica, por la que a varias familias les cuesta llegar a fin de mes y afrontar sus gastos diarios, el pago de las tarjetas de crédito o de los servicios, muchas optan por la venta de los dólares que tenían ahorrados.
Pero algunas personas que acudían a las divisas que mantenían en cajas de ahorro o de seguridad en los bancos, o “debajo del colchón” -como suele señalarse cuando se cuenta con los billetes físicos guardados en los hogares, ya agotaron estos recursos para poder afrontar las subas de precios, el incremento exponencial tarifas en servicios o pagar las cuotas de un crédito.
Se trata de aquellas alhajas de oro o que tengan incrustadas piedras preciosas que, por su valor, son vendidas para poder pagar gastos diarios. En su mayoría, pertenecen a generaciones anteriores, que se iban manteniendo en las familias por una tradición. Pulseras, cadenitas, anillos, alianzas, relojes, y muchos objetos más, de plata o de oro se solían regalar en ocasiones especiales, como los 15 años, casamientos o bautismos, como un bien que nunca perdería su valor como podría ocurrir con el dinero.
Jacqueine Queipo del local El Tasador, ubicado en Pueyrredón y Corrientes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aseguró que en los últimos años, aumentó la cantidad de personas que acuden a las casas de joyas o compra de oro.
El boom tras la pandemia
La tasadora comentó que fue «como un boom» luego de la pandemia. Se trató de una suerte de desapego de estos objetos de familiares que los guardaban en sus hogares y eran hallados a raíz de los fallecimientos que se iban produciendo por el covid. Pero también por la incertidumbre que daba «la sensación de que hoy estás y mañana, no sabés».
“La gente se encontró con joyas que iban quedando de su familia y empezaron a venderlas, probablemente para desocupar las casas. Pero hoy la verdad es que las ventas que realizan se deben un 100% a la crisis económica. Se deshacen de estos objetos por necesidad. Eso es lo que nos dicen cuando llegan al local”, comentó Queipo.
Según precisó, hoy el gramo de oro cotiza a alrededor de $80.000 el gramo, por lo que el vendedor puede hacerse de dinero rápidamente para afrontar alguna deuda.
En ese sentido, graficó que “la gente nos trae de todo: alhajas, monedas de oro, relojes. Están agotando hasta el último recurso. Tenemos casos de personas que nos cuentan que están adeudados con estos créditos prendarios bajo la modalidad UVA, cuyas cuotas superan a sus salarios, y buscan vender lo que tienen para no perder esa propiedad que adquirieron”, indicó.
Sentimientos encontrados
El fenómeno se produce no sólo en Ciudad de Buenos Aires, sino también en el interior del país. “Lamentablemente hoy es una realidad. Llegan con las ´joyas de la abuela´, de la mamá o las que les regalaron a los 15 años”, expresó recientemente Jorgelina Gutiérrez, propietaria del local “Jorgelina Joyas” a Radio Universidad Córdoba.
“Algo está ocurriendo desde febrero es que fue muchísimo el incremento de consultas y de clientas que se acercaron aquí directamente a venderlas porque necesitaban pagar tarjetas o comprar cosas a sus hijos”, afirmó la joyera, que precisó que muchos clientes muestran sentimientos encontrados cuando se desprenden de esos objetos que, además de valor monetario, también lo tienen en lo sentimental.
Según explicó, en su local solo compra joyas de oro para fundirlas. “No recibimos piedras porque es algo que no se está vendiendo” en el mercado, aclaró.
Invertir en oro
En Mendoza, en tanto, el tasador Francisco Naranjo de Leiva Joyas expresó: «Al margen del momento económico, mucha gente se inclina por resguardarse en oro porque al ser un metal precioso no se devalúa. Uno puede tenerlo guardado en casa o en el banco, y va incrementando su valor cada año. Por ejemplo, en los años 90, el precio del gramo era 5 mil pesos o dólares, y hoy, cotiza a más de 80 mil pesos”.
Por otro lado, ante la incertidumbre sobre cuál es el mejor método para ahorrar con el interés de los plazos fijos en baja y la paralización de la cotización del dólar, hay quienes deciden hacerlo en oro. «Se está usando mucho que quien tiene un reloj, cadena o pulsera sin usar de oro, decide cambiarlo por un lingote de hasta 50 gramos que le da una pequeña ganancia aunque permanezca en un cajón», precisó Naranjo.