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viernes, diciembre 13, 2024

Por despidos en el Correo hay dudas por las elecciones del año que viene

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El recorte de 5.000 trabajadores impediría, hoy por hoy, realizar el operativo electoral. En las elecciones del año pasado, se repartieron 108.111 urnas en más de 17.000 locales para que 35.405.013 personas pudieran votar.

Hay conmoción en Tribunales y, en especial, en el Juzgado Federal número 1, el Juzgado Electoral, encargado de la supervisión y organización de los comicios en todo el país. La razón es que los 5.000 despidos y retiros voluntarios en el Correo Argentino impedirían -hoy por hoy- organizar el voto de los ciudadanos. “Esto es un derrumbe, hecho por gente que no piensa, que no planifica nada”, dicen en las oficinas que dan a la calle Tucumán de la Ciudad de Buenos Aires, en el Palacio de Justicia, donde funciona el Juzgado que hoy preside María Romilda Servini.

Sucede que el Correo es el corazón de todo el operativo electoral. Por ejemplo, se utilizan 16.000 vehículos del Correo, mulas y hasta lanchas para llevar las urnas y todo el material, incluyendo las planillas y las boletas de cada partido. El Correo mueve los padrones, los manuales de capacitación y hasta los biombos de cartón que se usaron en 2023. Pero, además, es el Correo el que reúne los primeros resultados a través de telegramas y esas planillas se juntan en centros regionales y luego en Capital Federal.

Por lo que dicen en Tribunales, entre los despidos y retiros, están los empleados que vienen realizando el trabajo técnico y gran parte del personal que conocen cómo se hacen los traslados y la operatoria de los dos días previos y el día mismo de una elección nacional, publicó el diario Página/12.

El Correo juega el papel central en las elecciones desde 1983. Estas son algunas de las funciones:

* Distribuye las urnas y todos los materiales que se usan en los comicios. Es una cuestión clave, que requiere rutas muy precisas entre unas escuelas y otras. Por ejemplo, el Gran Buenos Aires es un mundo en el que no se puede errar el camino en la secuencia de escuelas a las que hay que llevar todo. Pero, además, hay que llevar urnas a los lugares más remotos del país.

* Junto con las urnas, se traslada el padrón de votantes de cada mesa, las boletas de cada uno de los partidos, las planillas donde se volcará el recuento y todo el material que se utilizará el día de la elección.

* El Correo retira las urnas, con los votos y las planillas adentro, desde todos los puntos de la Argentina.

* Gestiona los votos por correo, incluyendo los del extranjero.

* Está encargado del recuento provisional de votos, la noche misma de las elecciones. Las autoridades de mesa, junto a los fiscales, completan el telegrama, que se envía a centros regionales y luego a los centros nacionales del Correo. Los memoriosos recuerdan que todo se operaba en el Correo Central, el actual Centro Cultural Kirchner. Aunque se contrata una empresa para hacer el procesamiento, todo está bajo la órbita del Correo.

* La noche de las elecciones concentra la información y los sistemas de difusión de los resultados. Hoy en día los movileros informan desde una central del Correo, antes lo hacían desde el palacio del Correo Central.

Los números son colosales. Hay casi 110.000 urnas en 17.000 escuelas, algunas de las cuales están en localidades a las que sólo se accede en mulas.

“Los datos que tenemos -dicen en Tribunales- es que se fueron una buena parte de los que garantizaban los operativos electorales. En estas condiciones, la jueza Servini no podrá organizar los comicios. Alguna vez ya se intentó, en algún distrito, realizar los comicios con una empresa privada. No se pudo, no dio garantías. Hay que imaginarse que una elección de todo el país, es imposible. Nadie está previendo esto. Es muy irresponsable”.

De acuerdo a algunos rumores, el Correo amagó con frenar los retiros voluntarios porque los especialistas electorales que no fueron despedidos se sumaron a los retiros, dada la inestabilidad y la incertidumbre por el futuro del Correo. Pero tampoco esa medida se concretó. De manera que ya hay unos 5.000 echados o que se fueron y se menciona que el total será de 7.000 de un total de 16.000 empleados. O sea que quedarán 9.000, destacó el diario Página/12.

Algunas de las movidas más siniestras en esta oleada fueron reveladas por los medios de comunicación. La mayoría de los despidos se hace por un correo electrónico en el que simplemente se le señala al trabajador que la empresa prescindirá de sus servicios a fin de mes. Un cartero de Rosario, al leerlo, sufrió un paro cardíaco. También se difundieron las lágrimas de Rogelio Hubo, el último empleado de la estafeta de Gualjaina, en Chubut. El trabajador, que llevaba 25 años en el Departamento de Cushamen, se fue en bicicleta entre los aplausos y llantos de los vecinos de la localidad. Lo mismo sucedió con otro trabajador de Corcovado, Javier Villoldo. Ambos cerraron el local y entregaron la llave a la autoridad municipal, dado que la sucursal cierra en forma definitiva. Y los ejemplos se multiplican.

Como en muchas otras áreas, el gobierno de Javier Milei sólo está concentrado en reducir, conseguir déficit cero, despedir, sin planificación ni estudio de ningún tipo. No hay criterio alguno. Este tipo de políticas derivó esta semana en la falta de gas y en que no hay firma para realizar compras de repuestos imprescindibles para los trenes. Pero la feroz ofensiva contra los trabajadores del Correo evidencia la imprevisión en algo que será gravísimo el año que viene: está en juego la realización de las elecciones de manera eficiente y transparente. Como se vienen haciendo desde 1983.

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