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El protagonista número 73 es linqueño, pero definido como villeguense desde pequeño. Hablamos de Matías Vázquez, camionero por pasión; y quien se encuentra radicado hace algunos meses en el viejo continente.
Desde Valencia, España, Matías nos recibe para contar su historia, sus inicios, su decisión y su vida a tantos kilómetros de sus tierras. 39 años, gran parte de su vida en General Villegas, y un sueño que se transformó en realidad.
Primeros pasos
Matías nació en Lincoln, pero desde muy pequeño vivió en General Villegas. Él se siente un villeguense más, ya que se crío y formó en estas tierras. No es descendiente de una familia de camioneros, pero eligió el rubro por pasión y estuvo siempre convencido.
Su profesión en los camiones comenzó en un chasis de una distribuidora repartiendo gaseosas por Piedritas, Emilio Vicente Bunge y Coronel Charlone. Hubo una pieza clave para la capacitación, que fue Ricardo Cortaberría, quien le dio una mano importante en su formación. Luego hizo el carnet y se independizó en este sentido.
Formó parte de una empresa villeguense y se desenvolvió cada vez más. En 2010 se mudó a Río Grande, Tierra del Fuego, con un trabajo asegurado. «No sé si me acostumbré tanto a vivir en la isla. Es distinto estar en una zona tan austral. Ser camionero tiene sus cosas. Uno está poco tiempo en casa y lejos de su familia. Te tiene que gustar», explicó Matías.
Matías llegó a Río Grande por medio de una empresa importante a nivel nacional, con la que hizo viajes de larga distancia por el país. Cuando cambió de empresa, en 2018, realizó viajes por Argentina e, incluso, por el exterior.
Pasiones que cruzan el charco
La propuesta no fue de un día para el otro, sino que tuvo su tiempo. La primera oferta de emigración fue rechazada por el villeguense, algunos años antes de su decisión actual. La segunda posibilidad fue la vencida y Matías partió rumbo a España. El motivo principal fue la situación económica compleja de Argentina.
Con los papeles listos y mucho coraje tomó la decisión, junto a su esposa, quien se quedó en Argentina. También fue importante que varios compañeros hayan optado por lo mismo. En septiembre de 2023 aterrizó por primera vez en suelo español.
El primer destino fue el municipio de Soria, donde se instaló algunos meses y aprovechó para hacer los canjes de la licencia. Comenzó a trabajar al poco tiempo de llegar al país. Se acostumbró rápidamente por ser una zona repleta de argentinos.
Su profesión lo llevó a recorrer varios países de Europa, pero el que más lo sorprendió fue Países Bajos, por la gran infraestructura que tiene. En estos momentos, Matías viaja en un camión volvo fh 500 y transporta alimentos perecederos. «Se gana más. Desde que vine, las cosas no han aumentado y son claras. Alcanza para vivir», dijo sobre lo economía.
Proceso de adaptación
Si bien estuvo fuera de la casa mucho tiempo, la despedida fue muy complicada. «Tener a mis papás y hermanos a tanta distancia es complicado», comentó. Se encuentra bien personal y laboralmente, pero todavía en un proceso de climatización al lugar.
«Me está yendo bien. Muchos piensan que estar en Europa es lindo. Pero no todo es color de rosa. Estar lejos de la familia es complejo. Y peor si pienso que Argentina la está pasando mal. Vine buscando el bienestar de la familia», expresó. De todas formas, se mantiene en contacto permanente con sus seres queridos.
Matías comentó que las costumbres son parecidas entre Argentina y España, así como también el idioma. La gastronomía es un poco distinta en cuanto a la carne, ya que se dedican mucho más al pescado. En España predomina la seguridad y estabilidad económica, según el villeguense.
Matías reconoció que en España relacionan a Argentina con la situación económica, sin lograr comprender de qué manera retrocedió en este sentido con el paso de los años. «Muchos no entienden por qué el país está como está, sobre todo por la riqueza en la zona rural», agregó. El español es más frío que el argentino y lo hacen saber con sus acciones.
Nunca le pasó de querer volver a nuestro país en este corto lapso, por lo menos de manera definitiva. Sin embargo, tuvo por momentos algunos bajones que lo hicieron titubear. «Fui a Argentina en marzo, entonces no se hizo tan largo el reencuentro. Sé que hay gente que no resiste y es normal. Todavía la llevo. Tampoco es fácil. Pero vale la pena», dijo.
La costumbre más marcada que se llevó a España es el mate, ya que se consigue yerba de una manera tan accesible como en Argentina. Mientras que extraña el asado, porque la carne no es la misma. «Todo lo que se busca en nuestro país, está. Solo que a un precio más elevado», sostuvo.
Planes para el futuro
En septiembre realizará la renovación del documento que le propinó España recién llegado. Y luego, tiene pensado hacer la reagrupación familiar para llevar a su pareja e hijos a Europa. De esta forma, es muy probable que su familia viaje definitivamente a España antes de fin de año. «Estoy muy contento, al igual que ellos», señaló Matías.
La idea para el futuro es mantenerse en España, aunque aclaró que la decisión es día a día. «Queremos quedarnos aquí para estabilizarnos. No es tan lindo cambiar todo el tiempo de país. En todos lados hay que trabajar. Instalarse lleva su tiempo», añadió.
Por el momento piensa en establecerse en tierras españolas, aunque sin tener en claro en qué ciudad. Hasta ahora, en Valencia. Sin embargo, no descartó volver en algún momento a Argentina, pero «eso se verá con el paso de los años».
Conclusión
Una historia para reflexionar que nos invita a perseguir los sueños. Así como hizo Matías, que fue detrás de su pasión, dejando de lado los miedos, tomando coraje y buscando la felicidad de los suyos.
No fue ni es sencillo. Su familia, las costumbres y tradiciones cotidianas son algo complejo de abandonar de un día para el otro. Pero Matías resignó muchas cosas por el bienestar económico, aprovechando el tren que pasó en su vida. La luz se iluminó y el sol salió, del otro lado del Atlántico. Allí flamea la bandera villeguense. Allí brilla Matías Vázquez.