GPS, programa de FM Actualidad que se transmite todos los martes, conecta sentimientos, emociones y memorias, estableciendo una comunicación sincera y profunda con sus protagonistas.
Aunque pueden transcurrir meses, años o incluso décadas fuera de su tierra natal, todos comparten un mismo origen: el noroeste de la provincia de Buenos Aires. Es en esa región donde comenzó a forjarse la historia de cada uno de los ochenta protagonistas de esta aventura.
En esta ocasión, Roberto Ezequiel Latorre, más conocido como «Kelly» por los íntimos, nos habla de su propia experiencia y aventura en suelo español, luego de varias idas y vueltas. 47 años y muchas cosas por narrar, en un diálogo a corazón abierto con Esteban Mutuberría. Porque donde haya un alma villeguense, allí estará GPS.
Primeros pasos
En primer lugar, Latorre disipó todas las dudas en relación a su apodo, el cual hace referencia a un niño de un programa de televisión que, según su madre, era revoltoso e inquieto, llamado Kelly, una denominación que quedó desde pequeño en el villeguense.
Su vida a partir del comienzo del milenio fue de nuevos desafíos y aventuras. En 2000 arrancó su camino en territorio español, pero seis años más tarde regresó a General Villegas para iniciar un emprendimiento propio. Luego de otro ida y vuelta en 2009, se asentó definitivamente en suelo español en 2012. «Se extraña, pero por cuestiones laborales se complica ir», dijo.
Cuando piensa en General Villegas, Kelly recuerda su infancia. «Anduve por todos lados. Pero para mí, la ciudad natal lo fue todo. Estuve mucho tiempo en Buenos Aires, pero volvía todos los fines de semana. Cuando recuerdo eso, me emociono mucho», aseveró.
La difícil opción de emigrar
Un año antes de la crisis económica de El Corralito, Latorre estaba trabajando en Buenos Aires y en pareja con una chica de Entre Ríos, quien se había recibido. Ella le comentó que, una vez con el título en mano, tenía el deseo de recorrer durante un mes todo Europa y luego volver a Argentina.
Hicieron escala por una semana en Tenerife y luego viajaron a Madrid. Al conocer personas españolas, le ofrecieron trabajar en un bar, pero ellos respondieron que eran de Argentina. Sin embargo, luego de replantearse esta oferta, aceptaron y comenzaron la aventura.
Se separó de su pareja anterior y empezó una relación con una chica española, llamada Clara, que es de Valencia y había vacacionado en Tenerife. En 2006, se enamoró y empezó su vida en suelo valenciano con la joven. «Se vive muy bien en todo España, pero en Valencia disfruté mucho», expresó.
Una rica historia, tradiciones únicas, una naturaleza espléndida y temperaturas casi perfectas durante todo el año son sólo una muestra de cómo es la vida en Valencia. Es la tercera ciudad más grande de España y constituye una parte crucial del paisaje español. Esta encantadora ciudad es conocida por su larga historia de próspera agricultura de cítricos, renombrada cerámica y comercio de seda.
Vuelta a casa y una nueva vida
Pero algunos meses después de esta extensa aventura en suelo valenciano, retornaron y se asentaron en General Villegas con una tienda llamada Carpe Diem, que tiene como significado vivir el presente. «La vida es una sola y hay que vivirla», dijo.
En este transcurso, Latorre mantiene los mejores recuerdos de General Villegas: «Ha sido una etapa maravillosa. Se extraña mucho. Cuando veo imágenes o videos, se me llenan los ojos de lágrimas. Hace doce años que no voy. Todos los años tengo ganas de volver, pero siempre se termina complicando».
Su esposa conoció General Villegas y se sorprendió completamente. «Fue algo nuevo para ella. Ha sido una experiencia muy bonita, le gustó mucho la ciudad. Para mí, significaba volver a la tierra que me vio nacer. Volvimos con la expectativa de asentarnos con un emprendimiento propio», señaló.
Instalación definitiva en España
Sin embargo luego de idas y vueltas, se estableció junto a su pareja en suelo español en 2012. Desde entonces, no ha regresado a General Villegas. El lugar elegido para esta nueva vuelta fue Miramar, perteneciente al municipio de Valencia, pegado a la costa. Allí estrenó su academia de pádel llamada como la ciudad, a 500 metros de la playa.
«El clima es muy bueno. En el invierno hace poco frío. Es muy costero. Hay mil habitantes anuales, pero en verano viene mucha gente de Madrid y se llena. Hay muchos edificios y los meses veraniegos son muy turísticos. Es muy parecido a la costa argentina, que en el año hay poca gente, pero en el verano está repleto», manifestó.
Miramar es ese destino que cuenta con todas las virtudes del Mediterráneo. Su llano fértil rodeado de naranjos, el mar, una playa abierta y el verde agrícola convierten este rincón de La Safor en un lugar cálido y brillante para pasarlo en grande con la familia y seres queridos.
La joya de este destino es la playa de Miramar, ideal para disfrutar del mar Mediterráneo, de su arena dorada y de más de un kilómetro de longitud por donde dar agradables paseos mientras se siente la brisa marina. La playa de Miramar cuenta con calidad turística y bandera azul, gracias a la calidad de sus aguas.
Proceso de adaptación
Cuando su madre se enteró que se quedaría a vivir por un tiempo en España, no le gustó demasiado, pero lo apoyó. «Al final, creo que cada uno tiene su decisión. Somos grandes y cada uno tiene su camino. Es el día de hoy que no me arrepiento y lo volvería a hacer si naciese de nuevo. Hasta se me pegó la tonada española», explicó.
Desde la parte cultural, le costó acostumbrarse a las juntadas en Europa, ya que en su mayoría son en bares o boliches, pero él estaba adaptado a reunirse con amigos o familiares en casas propias. «La gente no te lleva mucho a la casa. Eso se extraña mucho. Con el paso del tiempo, me acostumbré. Cuando entran en confianza, es diferente», dijo. A su vez, hizo hincapié en que los argentinos, en España, son vistos en dos partes: el porteño y el del interior.
Basándose en la experiencia propia, el villeguense afirmó que los españoles nunca le hicieron sentir el rigor y austeridad por ser inmigrante. «Llevo muchos años. Viene mucha gente extranjera. Pero nunca tuve ningún tipo de problema en ese sentido», comentó. En tanto que dijo, entre risas, que llevó a suelo español la parte más festiva de él y el asado, que lo mantiene a dónde quiera que vaya.
También aclaró que nunca se llevó mal con la comida española, a la cual se acostumbró rápidamente. En otro punto, sustentó que la cuestión económica diferencia a España de Argentina, ya que en el país europeo «se vive bien con poco», además de la seguridad que marca una línea distintiva entre ambas culturas.
Y expresó que, la situación de Argentina actual, con Javier Milei como presidente, en España se ve como una nueva apuesta. «Le tengo mucha fe al nuevo mandatario. En nuestro país hemos vivido de crisis en crisis. Esto es un proceso muy largo. Pero tengo confianza de que las cosas mejoren. Argentina es uno de los países más ricos del mundo. Están llegando muchos argentinos y uruguayos a Europa», enfatizó.
El pádel, mucho más que un deporte
Si hay algo que mantuvo en este lapso, fue la pasión de jugar al pádel. «Me invitaron a practicarlo por primera vez en 2006, en General Villegas. Desde ese momento, nunca paré. Entré a la cancha y nunca salí. Fue un amor a primera vista. De chico, jugué pero de forma muy distendida. Yo era más del fútbol. Antes no jugaba torneos», contó.
En este sentido, se mostró muy satisfecho con el crecimiento notable que tuvo el deporte, tanto a nivel mundial, nacional y local, destacando la evolución en General Villegas. Con una modalidad en equipo, Kelly se consagró campeón español en competencia con otros elencos nacionales.
«Está a full. Hacen canchas en todos lados. Con el tiempo, lo van a considerar un deporte olímpico. Me enteré que en Villegas están haciendo canchas espectaculares. Por suerte, hay mucho trabajo. Tengo una academia y soy el director. Tengo dos entrenadores y me dedico, tanto a la enseñanza como a la competencia. Estoy muy contento. Hago lo que me gusta. Antes del dinero, pienso en la calidad de vida. Disfruto mucho», agregó.
Planes para el futuro
Con dos hijos, uno de 17 y otro de 12, junto a su pareja han comprado una casa en la playa. Por lo tanto, en el corto plazo, la planificación realizada es jubilarse y hacer temporadas en España y Argentina, seis meses en cada país. «Quisiera disfrutar los veranos de ambas tierras, para no agarrar el invierno», respondió.
De todas formas, agregó: «Es la idea que tenemos a futuro, pero todo puede cambiar en la marcha. La vida se va complicando y uno nunca sabe qué pasará. Si se puede dar, lo haremos encantados. El invierno no me gusta para nada. El verano es vida y me puede. De todos modos, a cada uno le puede gustar una estación».
Conclusión del recorrido
Kelly Latorre decidió cruzar el océano con la mirada puesta en nuevos horizontes, buscando felicidad y desafíos en tierras españolas. Este paso, lleno de valentía, no es solo una aventura geográfica, sino un viaje interior de autodescubrimiento y resistencia. Lejos de su hogar, sabe enfrentarse a cada obstáculo con fortaleza, adaptándose a nuevas realidades mientras mantiene vivo el vínculo con sus raíces.
Aunque la distancia lo separa de su tierra natal, esa sensación de pertenencia a General Villegas nunca se desvaneció. Cada rincón de su infancia, cada tarde interminable jugando al fútbol bajo el sol que no importaba, se grabaron en su memoria como los recuerdos más entrañables. Las historias compartidas con familia y amigos siempre están presentes, impulsándolo a seguir adelante, aún en momentos difíciles.
Hoy, Kelly es un español más, pero su corazón sigue latiendo al ritmo de su pueblo, siempre soñando con regresar a ese lugar donde empezó todo. Es consciente de la distancia que lo separa de su tierra, pero también sabe que, algún día, ese sueño de volver será una realidad. Y mientras tanto, sigue viviendo su aventura, con la esperanza intacta de que el regreso será, sin duda, el capítulo más esperado de su vida.