«Todo cambia, los sentimientos permanecen” / Por Laura Saisan (*)

… «La memoria humana es un artista caprichoso que embellece y magnifica los momentos del pasado. Los recuerdos felices tienden a mejorar con el tiempo. No obstante, los lugares cambian, las personas evolucionan y las circunstancias se transforman…»

El sábado 12 de octubre, además de ser una fecha importante para todos, para la Promoción 1.974 del Instituto María Inmaculada, fue un día especial: nos reunió el colegio para celebrar nuestras Bodas de Oro.

Éramos, allá hace cincuenta años, treinta y dos juveniles adolescentes, que salíamos al mundo con nuestro título de Bachiller con Orientación Pedagógica a transitar una etapa de la vida. Pero a este grupo cuatro estrellas nos observaban desde el cielo, y esa noche brillaron con más luz, esas estrellas tenían los nombres de: Mirta, María Teresa, Adriana Mabel, Estela Lea, que las sentimos muy juntas a nosotras.

Fue una noche espectacular, los sentimientos a flor de piel, las emociones corrieron por nuestras mejillas en formas de lágrimas, agradeciendo a la vida por estar.

Las profesoras que nos acompañaron: Ana María Nihany, María Elena García, Ana María Lamas, María Emilia Pico, Ofelia Betanzo, Noemí Monti de Formica, nos miraban amorosamente, pensando en esas “alumnas bullangeras de la adolescencia”, que, en realidad, hoy seguimos siendo tan desorganizadas y parlanchinas, creo que, como antes y lo seremos por siempre, cada vez que nos convocamos a una reunión.

El “colegio de hermanas” (así lo llamábamos), hoy reconocido como IMI, nos abrió sus puertas con una excelente bienvenida, impecablemente engalanando, con muchas flores, una Capilla delicadamente ornamentada, sus paredes y su “olor a escuela” nos llenó el alma. La Comisión de Exalumnas esmerándose en cada detalle y con una amplia sonrisa y afectuosos abrazos, no nos dejaron solas ni un instante, Directivos de los tres niveles de la Institución: ¡nos hicieron sentir “reinas por una noche”!

Luego, organizado también por la Comisión de Exalumnas, nos brindaron una cena en un club céntrico. Todo a la perfección y atendidas con todos los homenajes.

Noche mágica, noche de apretados abrazos, de saber que, aunque los “caminos de la vida no son los que imaginamos” (dijera Vicentico), fueron esos caminos los que trajeron de nuevo al lMI, siempre convocando y dándonos una identidad única: la solidez de habernos formado con excelencia y calidad académica.

Y como les expresé a mis compañeras de la Promoción 1974 … «Cada una fue una chispa de luz en el mundo, cada una brillando con sus propias cualidades y talentos, Al reencontrarnos formamos un universo que nunca se extinguirá»…

PROMOCIÓN 1974-BODAS DE ORO.

(*) Laura Mónica Saisan es villeguense, profesora de Enseñanza Primaria y Especialista en Investigaciones Educativas.

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