En el día del Enfermero, la profesional de salud, con 40 años de servicio, habló sobre la importancia de tener vocación y pasión por la profesión.
Cada 21 de noviembre se celebra en la República Argentina el Día del Enfermero. La elección de la fecha hace honor a la fundación de la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicos de Enfermería, el primer organismo en el país en nuclear a los colaboradores de esta especialidad, inaugurado en 1935.
A nivel mundial, en cambio, el Día Internacional del Enfermero fue promovido por el Consejo Internacional de Enfermería y se celebra cada 12 de mayo, para conmemorar el nacimiento de Florence Nightingale, considerada fundadora de la enfermería moderna.
La celebración de este día tiene una gran importancia, ya que reconoce y valora el trabajo de los profesionales de la enfermería, quienes desempeñan un rol crucial en el sistema de salud.
Los enfermeros y enfermeras son fundamentales en la atención al paciente, la prevención de enfermedades, y la promoción de la salud, siendo un soporte vital en momentos de crisis sanitaria, como se evidenció durante la pandemia de COVID-19. Este día suele ser una oportunidad para agradecer y resaltar la dedicación, el compromiso y la humanidad que estos profesionales aportan a su labor diaria.
En General Villegas, el intendente municipal brindó un sentido mensaje para todos los enfermeros: «Constituyen un pilar fundamental en el cuidado de nuestros pacientes. Agradezco el compromiso, responsabilidad, vocación y empatía con que desarrollan su tarea, fundamental en nuestro sistema hospitalario y Centros de Salud en los pueblos del partido. ¡Feliz día!».
La voz de la experiencia
En representación de todos los que desempeñan esta profesión, Viviana Sacco, con una trayectoria de 40 años, habló con ACTUALIDAD: «Es algo que se lleva en los genes. Pasé por muchas especialidades. Estuve en cirugía general, diálisis, traumatología, ginecología, terapia intermedia, guardia hospitalaria, atención domiciliaria, sala de internación, docencia médica y oncología. Amo la salud pública».
Viviana explicó qué es la enfermería: «Creo que es un poco de todo. Pero la definimos como el arte de cuidar al paciente vulnerable, que atraviesa dolencia. Es la prevención y promoción de la salud, la rehabilitación, docencia e investigación. Hay tantas cosas que, cuando uno entra y ve las posibilidades, ¿Cómo no apasionarse? Entonces, ver surgir a nuevas generaciones de enfermeros nos llena de orgullo, alegría y gratificación».
En este contexto, reveló que le quedan tres años hasta jubilarse en el ámbito municipal y aún no sabe que le deparará el destino, aunque aseguró que será referido a su actual profesión: «El que es enfermero, muere enfermero. Hasta el último día, lo seguiré siendo. Lo hago con amor, sino no ejercería. A uno le tiene que gustar. De lo contrario, parece una condena. A mí no me pasó. Es fundamental para hacer las cosas bien, con amor y cariño».
Sus comienzos
Viviana nació y se crió en Caballito, Capital Federal. Casada y con un hijo de tres años, se mudó a Santa Regina por decisión de su ex esposo, para emprender una nueva etapa como médico.
Allí comenzó a trabajar en el año 2.000. Formó parte del Centro de Salud, siendo «enfermera del pueblo», lugar donde se mantuvo por once años. «Hacía un poco de todo. Fue una experiencia maravillosa y me encantó. Ahí pasamos de todo, tanto cosas hermosas como dolorosas. Pero siempre de la mejor manera posible. Tengo un recuerdo muy grande de Santa Regina», dijo.
Mucho más que un trabajo
En diciembre se cumplirán 40 años desde que Viviana se recibió como enfermera. En este contexto, explicó sus inicios: «Siempre digo que la enfermería me encontró a mí. Yo no la busqué. De hecho, quería seguir otra carrera universitaria. En la facultad había un examen de ingreso restringido, del cual quedé afuera. Entonces busqué una carrera relacionada con la de Medicina. Empecé con Enfermería, hasta volver el año próximo a la facultad para intentar con Medicina».
Pero cuando empezó a estudiar, Viviana se apasionó y pensó en terminar la carrera de Enfermería, hasta que se recibió. Empezó a ejercer en el Hospital Fernández, un instituto modelo. Finalmente, ingresó en la facultad de Medicina, pero en el segundo año de estudio, tomó la drástica decisión de dejarla para dedicarse de lleno a la Enfermería.
«Fui contra la opinión de mis padres, amigos y médicos. Yo decía que la enfermería era lo mío, por lo que tomé la decisión convencida. Ellos pensaban que estaba para más. Yo sabía que iba a ser enfermera. Era feliz cuidando a los pacientes. Así, descubrí mi pasión verdadera. No hay nada más lindo que trabajar de lo que a uno le gusta», contó.
En este tiempo, hubo algunos años donde hizo una pausa en el ejercicio para cuidar a sus hijos. Sin embargo, cuando volvió a hacerlo mostró la misma pasión que en sus inicios. «Siempre me gustó aprender y también enseñar, porque además hice docencia. Transmitir conocimientos, es maravilloso», agregó la profesional.
El momento actual
Después de tantos años y servicios en los que estuvo, actualmente se desarrolla en el área de Oncología del Hospital municipal. «Me encontró en una etapa donde hacía docencia. Esta parte se iba a inaugurar en 2019 y me llamaron. Entonces, me capacité en el Instituto Nacional del Cáncer. Es una especialidad que me movilizó mucho», sostuvo.
En este sentido, explicó los motivos que le interesaron para ingresar a este sector: «Vi la necesidad que tienen estos pacientes, que necesitan un acompañamiento especial. No dudé en estar acá, donde acompañamos a nuestros pacientes en esta etapa de tratamiento. Necesitan contención, tanto ellos como sus familias. Hay que apoyarlos y entender sus angustias y miedos. Estar en este rol es muy importante».
El reconocimiento genuino
La especialista reconoció y agradeció la valoración de la comunidad por su trabajo: «El que ha pasado por una situación límite, de enfermedad o vulnerabilidad, lo reconoce. La gente nos valora. El trabajo sacrificado y arriesgado se ha visto en pandemia. Nuestra profesión tiene mucho para destacar. Se debe reconocer. La enfermería da muchas horas de trabajo. Se entrega cuerpo, cabeza y corazón. Y hay un desgaste importante. El apoyo se siente de parte de la gente».
Viviana comentó, en este sentido, que la falta de reconocimiento a la tarea realizada se enmarca en el ámbito estatal y gubernamental: «Creo que en estos sectores no se reconoce ni se remunera de acuerdo a nuestro rol, con respecto a lo que hacemos en Enfermería. De todas formas, considero que todas las profesiones se deben retribuir como corresponde».