El entrenador, el capitán y el número 10. Eclipse fue campeón anual de Tercera División y, unos días después, pasaron por los micrófonos de OVACIÓN.
No hay mucha discusión cuando se habla del potencial que tienen las categorías infantiles de Eclipse Villegas. Desde las categorías más prematuras hasta la primera división, el gran objetivo de la institución es brindarle oportunidades a los nacidos futbolísticamente en el club, la mayoría de ellos de edades juveniles.
Eso, sin dudas, convierten a la Maquinita en uno de los semilleros de la Liga de General Villegas. Fiel reflejo han sido las consagraciones anuales, tanto en Tercera como en Sexta División. Incluso, más allá de haber caído, se destaca la proyección realizada en Primera, con una clara base y sustento los «pibes del club», que algún día serán más grandes y le darán rédito al proceso.
Pero en el hoy, la Reserva de Eclipse, dirigida por César Páez, obtuvo el título de la categoría, ni más ni menos que frente a Atlético, el rival de toda la vida. Como forma de reconocimiento a un gran año de competencia, OVACIÓN dialogó en el mediodía del jueves con César Páez (DT), Tomás Orlando (capitán) y Santiago Martín (número 10).
Una final soñada
En primer lugar, César «Musu» Páez, entrenador de la Maquinita, habló sobre la expectativa previa al duelo final, versus Atlético: «Se vivieron dos semanas distintas. No es lo mismo jugar contra otro rival. Pero desde el momento en que nos metimos en la final anual, sabíamos que nos enfrentaríamos a un duro rival. Atlético hizo bien las cosas para estar ahí. Iban a ser dos partidos de detalles y teníamos que estar fuertes desde lo mental».
Asimismo, contó de qué forma se juegan este tipo de partidos: «Los clásicos y las finales son así. Son partidos trabados, apretados y sin ningún tipo de ventajas. Así se jugaron durante el año. Se definen por pequeñas cosas. En cuanto al juego, creo que fuimos superiores. Pero lo que decide todo, son los goles y el resultado».
Tomás Orlando, capitán y referente de la categoría, detalló la vivencia desde adentro: «Se sufrió mucho. Pero estuvimos demasiado enchufados desde el primer minuto. Teníamos la confianza de que si jugábamos contra Atlético, íbamos a ser campeones si o si, por todo lo que eso significa. Por más que costara, lo íbamos a sacar adelante».
En este sentido, se vio a Orlando muy acalambrado en los últimos minutos del partido, donde se mostró obligado a abandonar el campo de juego. «Físicamente, estaba impecable. Pero me comieron los nervios. Incluso, hasta ayer se mantuvo el calambre», explicó al respecto.
Ante la decisión sobre si patear o no en la definición, más allá de que no estaba en cancha, Orlando reveló: «Patearía si no me queda otra. No soy de los que levantan la mano. Por eso, dejo a los que saben y se tienen confianza. En el momento en que nos juntamos en la ronda, para definir quienes pateaban, vi la seguridad de los chicos para elegir. Ahí, noté que teníamos muchas chances de campeonar».
Santiago Martín, otro de la fábrica de Berutti y Vieytes, mostró su perspectiva del peso del partido: «Es la final que todos sueñan, pero que no siempre se da. El rival planteó un equipo muy fuerte, pero con la calidad de nuestro plantel lo aseguramos. Desde adentro, en mi caso, los nervios se van cuando entro a la cancha. Me gusta concentrarme en el partido y no darle importancia a las emociones».
El joven, categoría 2007, se refirió al penal que falló en la definición, el cual se fue elevado: «Uno la quiere asegurar, pero me pasé de fuerza. En este tipo de partidos, pasan estas cosas. Santiago Martín, hijo de Marcos, habló sobre el legado familiar de jugar con la casaca de Eclipse: «Es un legado bastante pesado, no es fácil llevarlo». Y Páez bromeó al respecto: «El padre era rústico, no lo digo solo yo, ja».
«Había mucha gente de ambos lados, también neutrales que fueron. Creo que nos alentaron mucho», dijo Orlando. En tanto que se refirió a una de las figuras de la consagración, el arquero Francisco Parodi: «Para las finales, sabíamos que era una garantía. Tiene dos finales del año ganadas».
Las sensaciones posteriores
Orlando, entre otras cosas, habló sobre lo que significó quedarse con el campeonato: «Estoy muy contento. Nos plantemos esto cuando arrancó el año, en el centenario del club. Después de ganar el Apertura, en el Clausura nos desarmamos un poco porque muchos chicos hicieron méritos para jugar en primera, que es a lo que todos apuntan. Pero sabíamos que, para la final del año, íbamos a estar completos. Si estábamos bien, íbamos a ganar seguro».
Páez hizo hincapié en una de las grandes figuras del certamen, presente y futuro de nuestra Liga local, Héctor González: «Tiene 18 años, pero parece que hace mucho tiempo juega en Primera. Este año tuvo una regularidad mayor, que no había tenido antes. Eso, lo afianzó como jugador».
A su vez, resaltó que casi el total de los titulares de la final fueron jugadores habituales durante el año en la categoría, aún teniendo la opción de utilizar futbolistas de primera: «Al único que usamos con rodaje en la máxima división fue Agustín Bazán. Él jugó a principio de año, pero sufrió una lesión y le costó volver. Fue el único. Creo que el mérito que hicieron durante el año los llevó a ser titulares en la definición».
El balance general
Páez hizo un gran análisis de lo que fue el 2024 para la Tercera: «Creo que todos los torneos fueron distintos. No tuvimos un buen Clausura, pero para el Octogonal intentamos armar lo mejor. Los que estuvieron, respondieron dentro la cancha. Lo hicieron de la mejor manera. Lo coronamos de forma especial. Tanto para ellos como para nosotros, es muy lindo. Fue un año distinto. Lo tienen bien ganado, sin dudas».
A su vez, se lamentó por varios partidos en los que no pudo contar con todo el plantel a disposición, ya sea por Juegos Bonaerenses o fecha de Inferiores, que obligó a diezmar el partido con Juventud, en el Octogonal, donde cayeron por penales. «Siempre les inculco que necesitamos de todos los que entrenan, no solo de los 18 jugadores del fin de semana», agregó el histórico arquero de Atlético y Sportivo, entre otros.
No fue un año más en la vida de Santiago Martín, debido a principios del 2024 recibió el debut en Primera División. El joven recordó aquel momento: «Fue algo hermoso. Es el club donde jugó toda mi familia. No todos llegan, por eso es tan lindo». Mientras que hizo hincapié en lo que se viene para su vida: «Por el momento, quiero jugar un año más en Eclipse, ojalá que en primera. Trataré de disfrutarlo porque, más adelante, tengo pensado irme a estudiar».
¿César Páez 2025?
Por último, el entrenador de Eclipse enfatizó en su continuidad en el club, en vistas a la temporada próxima: «Hay predisposición de ambas partes. Todavía no nos hemos sentado a charlar. Lo haremos, después de la cena centenario, para definir algunos detalles. Las ganas están de los dos lados. Por ahora, queda agradecer a las familias de los chicos, la utilería, hinchas y a todos los que hacen posible que esta familia siga creciendo».