Emilio V. Bunge tendrá su primera noche de carnaval el próximo sábado 18 de enero. En este marco, se presentará una vez más VandaKopa2, de Lorena Arozarena, quien desafía el refrán de que «Nadie es profeta en su tierra», para demostrar que sí se puede ser profeta en la tierra que a uno lo vio nacer. Al menos, ese es su caso.
En diálogo con ACTUALIDAD se la definió como la dueña de la historia, ya que desde hace muchos años lidera la comparsa que para este 2025 se presentará con un total del 226 integrantes. Aunque ella sostuvo no sentirse así. «Es mucha gente acompañando atrás de todo esto. Sé que soy la cabeza de toda esta locura, pero hay muchas personas que me siguen y están ahí trabajando a full», dijo.
Lorena reconoció que en un principio «estábamos un poco asustados» frente a esta edición del carnaval bungense, ya que se comenzó a trabajar en la organización un poco más tarde de lo habitual. «Pero ahora estamos más positivos», aseguró.
Según comentó, la participación en la apertura de El Gordo de Villegas «atrasó nuestra producción. Entonces, al principio estuvimos un poco desesperados. Dijimos: ‘nos faltan dos semanas, nos falta comprar insumos…’. Nos faltaba hacer muchas cosas. Hoy estamos un poco más tranquilos, trabajando a full, pegando, soldando. Hay gente por todos lados. Uno trabaja hasta último momento, porque siempre hay un detalle».
Lo que nadie ve
Reunirse y convivir todo el tiempo previo al carnaval es parte de la historia, dándole una adrenalina especial a esos momentos que se viven antes de desfilar por las calles de Bunge.
«No es hacer sólo los trajes y nada más. También hay que aprenderse la coreografía, que es un montón; y sacar los ritmos», expresó Lorena.
Una preparación que tiene su exigencia, sin olvidar que eso incluye a 226 integrantes. «Alguna noche son más, y otra son menos, porque hay chicas que por ahí no bailan las dos noches, pero somos un montón con innumerables cantidad de cosas que pasan en el medio», sostuvo.
Integrantes que representan no sólo a Bunge, sino también a Piedritas, Banderaló, Coronel Charlone, General Villegas, Buchardo. Desde distintos lugares de nuestro Partido y distritos vecinos llegan al pueblo para ser parte de los ensayos, necesarios para que el público pueda apreciar un buen espectáculo.
«Me encanta que venga gente de otro lado, que se conozcan, que haya gente nueva. Yo conocí tanta gente a partir de la comparsa, personas que de otra manera quizás no hubiera conocido. En la comparsa se forman amistades», expresó Lorena.
Desde cada uno de esos lugares la gente debe viajar, para los ensayos previos y, por supuesto, para el carnaval. «Hay que organizar combis, autos, es toda una movida desde lo económico, obviamente, y desde el compañerismo. Hay un montón de cosas que no se ven y que suceden en el armado de todo esto», dijo.
El vestuario
Respecto al vestuario para esta edición del carnaval, comentó que prefiere «siempre trabajar con una temática. Me ayuda a alinearme y me gusta contarle algo al público que, a lo mejor, ni lo ve. Siempre publico en las redes sociales sobre los personajes y la temática».
Y adelantó: «este año hacemos seres imaginarios, aunque algunas personas me han dicho que son reales. Hablamos de dragones, hadas, sirenas, unicornios, duendes y elfos. Algunos personajes se repiten. Cada uno tiene una historia y pronto van a ir apareciendo en Instagram».
Bungense con historia de carnaval
Con años de trayectoria participando en el carnaval de Bunge, Lorena recordó que en sus comienzos lo hizo con murga. «Los chicos de Colifatos vinieron a dar un taller y empecé a trabajar con ellos, ayudándolos. Al año siguiente lo hice sola, pero como murga. Después sentí que no era lo mío, que me gustaba algo más, otra cosa. Me junté con los chicos, con el legendario Yemil Guerra e hicimos una comparsa que se llamaba Fantasía. La hice unos años, y después llegó VandaKopa2», contó.
Pero en un momento necesitó un descanso que en realidad no fue tal, porque finalmente decidió formar otra agrupación, con menor cantidad de gente. «Lo hice con las chicas de la escuela de danzas, haciendo ‘coreos’ más difíciles, y pensé: no, me encanta la multitud, aunque me vuelva loca», manifestó. Entonces, fue sólo un año de «Meraki», para volver a VandaKopa2 al siguiente.
Según dijo, no lleva la cuenta de los años que se han ido sumando a lo largo del tiempo. «Nunca llevo las fechas de nada», expresó, pero manifestó: «tengo un hijo de 24 años y yo hice VandaKopa2 embarazada, así que debo tener más de 25 años de carnavales».
El reconocimiento
Lorena se siente reconocida en Emilio V. Bunge, su pueblo. «Pero esto no hubiese sido posible sin toda la gente que me está ayudando, porque es imposible de hacerlo solo. Acá hay mucha gente trabajando», destacó.
Chicas y chicos de todas las edades participan de la comparsa, desde los 14 años de edad, porque «es un ambiente donde las conversaciones son de adultos. Hay algunos nenes chiquitos, pero son por ejemplo mis sobrinos, el sobrino del jefe de la batucada ,o alguien muy puntual, sino son todos de catorce años para arriba. Esta es una historia compartida por todos los que están adentro de la comparsa», sostuvo.
Destacó, además, que la fiesta popular también se hace con el público. «Está bueno sentirnos todos incluidos, porque el carnaval lo hacemos todos, los que vamos por la calle y la gente que está sentada mirando. Es placentero notar que sienten lo que uno está sintiendo cuando baila. Se vuelve algo generalizado, no es solamente por lo que pasa en la calle. El que baila, el que toca, el que lleva el estandarte y el que está sentado. El solo hecho de sonreír, de aplaudir, ya hace que la energía suba, que todo sea distinto».