El verano suele ser esperado por los niños y jóvenes con gran entusiasmo por las vacaciones, el tiempo libre, las salidas y los juegos al aire libre.
Los días de alta temperatura y humedad (ola de calor) pueden transformarse en un gran riesgo para la salud, por lo que debemos informarnos, estar atentos y tomar las medidas necesarias de prevención.
«Los consultorios están llenos de chicos»
«Empezamos esta época y más allá de la ola de calor que se espera esta semana y de los consejos que uno pueda dar, hay que apelar al sentido común de la gente. A veces se subestiman cosas, o se piensa que antes no nos pasaba nada si íbamos al sol sin protector, o si no respetábamos los horarios. Pero los consultorios están llenos de chicos con cuadros de insolación, que tienen otitis porque están mucho tiempo abajo del agua, quemaduras solares, conjuntivitis… Es variadísimo lo que uno ve en esta época. Y las diarreas, que son otro capítulo», le dijo a ACTUALIDAD la médica pediatra Carolina Rada.

Los cuidados a tener en cuenta
«Lo principal es respetar los horarios», sostuvo la profesional. Y agregó: «Los cambios climáticos nos llevan a este momento en el que realmente hay que tener mucho respeto al sol, que nos da vida, pero que también nos hace mal si nosotros abusamos de eso. Entonces, hay que respetar los horarios. De las 11 de la mañana en adelante no es un horario para estar con la cabeza al rayo del sol, ni los chicos ni los adultos; y hay que esperar hasta las cuatro de la tarde como mínimo».
La recomendación siguiente es «tomar mucho líquido. A veces los chicos se olvidan. Tenemos que ofrecerles la botellita. Se pierde muchísimo líquido estando expuesto al sol. No es como estar adentro de la casa, sentado en un sillón o en una mesa, jugando o descansando. Entonces, siempre hay que tener en cuenta esto».
Al mismo tiempo, pidió ser cuidadosos respecto al líquido que consumen si, por ejemplo, están de vacaciones en la playa, el río o cualquier pileta a la que vayan. «Siempre hay que tener cuidado de llevar agua, para que sea segura. La verdad es que uno no sabe qué agua es la que están usando para hacer el jugo que te ofrecen, por ejemplo. Y el hielo, que parece una pavada, pero a lo mejor no lo preparan con agua segura. Parecen cosas mínimas, pero esto después termina desencadenando en un niño con diarrea, que se puede deshidratar y se contagia todo el grupo familiar. Siempre digo que hay que apelar al sentido común. Todo lo que ingiera en su cuerpo el niño, ya sea líquido o comida, tiene que ser de lugares seguros, estar controlado».
Protección solar
A la hora de exponerse al sol «hay que usar protector solar. La gente está un poco más concientizada comparado con otras épocas y pregunta todo el tiempo por el tema del protector solar. Son productos caros pero duran. También hay que tener cuidado cuando uno los compra, que sean buenos y que no estén vencidos, porque si el chico queda expuesto al sol puede tener quemaduras», dijo la profesional.
En este sentido, remarcó que: «es importante que los papás sepan que cuando al chico se quemó la espalda, se le peló la piel, ya llegamos tarde. El sol ya hizo una lesión. Tenemos que evitar eso, no es una pavada que el chico llegue con toda la espaldita pelada o que se le haga una ampolla. Hay que llegar antes».
¿Cómo usar el protector? Renovarlo cada vez que el niño sale del agua. Y si no lo hace, teniendo en cuenta la transpiración del cuerpo y demás, «hay que renovarlo cada dos horas», recomendó Rada.
En el lugar en el que pasen la tarde (playa, río, pileta), «siempre hay que tratar de estar abajo de alguna sombra, o usar sombrillas, porque las lesiones las vemos hoy y tienen consecuencias el día de mañana», sostuvo; al tiempo que también mencionó el uso de gorros para que el sol no les de en la cabeza. «Lo mismo para el adulto mayor».
La médica pediatra reconoció que «las indicaciones parecen exageradas, pero realmente son las correctas. Intentemos hacer lo mejor posible para cuidar a los más pequeños».
La higiene: «Lavarse bien las manos es fundamental»
Por otro lado, Rada se refirió a la importancia de la higiene para evitar consecuencias en la salud. «Cuando van al baño tienen que lavarse bien las manos, cuando van a comer algo también. Esto es muy importante, porque en esta época empieza un brote de diarrea, como hay en varios lugares turísticos actualmente, y se contagia a toda la familia. Entonces, todo lo que hemos aprendido a lo largo de todos estos años, es que lavarse bien las manos es fundamental. Algo tan simple como usar agua y jabón, solucionan un montón de cosas. Hay que estar atentos nada más, ser un poquito más cuidadosos».
En otro aspecto, ante la consulta por varios casos de niños con sarpullido, la médica pediatra sostuvo que «los niños siempre suelen tener manifestaciones en la piel a lo largo de todo el año, pero desde la primavera en adelante, que tienen las superficies más expuestas, se ven mucho más las infecciones. Además, se contagian más porque están más expuestos. Los niños no tienen problema y rozan las manos, los cuerpos, hay lesiones que por ahí están sudadas, y ellos se tocan igual. Entonces uno ve que se contagian más en esta época, más que nada por la exposición».
«No es que hay un brote de algo específico», aclaró. De todos modos, en este sentido recomendó que «cada uno lleve su toallita y use su propio traje de baño. Si van a la colonia, intentar darse una ducha al regresar, para quedar limpios del agua y proteger la piel. Nosotros tenemos en la piel unos lípidos como grasas, que es normal y nos mantiene la piel protegida. El hecho de meternos al agua va barriendo todo eso, y después nos bañamos con agua y jabón y terminamos de barrer con todo. Entonces la piel se deshidrata, pide a gritos una crema hidratante, protección. Tenemos que tener en cuenta eso también y no subestimarlo, porque si les pica, se rascan y terminan haciendo pequeñas escoraciones, se lastiman, se infectan. El cuidado de todo lo que está expuesto en el verano es fundamental».
La alimentación
El consumo de alimentos frescos y livianos es otro punto a tener en cuenta. «Tenemos que tratar de no comer lo que comemos en invierno. Evitar las salsas, los tucos. Hay que tratar de comer comidas un poco más frescas y más sencillas, de no tanta elaboración, porque el cuerpo las metaboliza más fácil. Siempre es mucho mejor comer más liviano, tomar más líquido, comer frutas, verduras, eso hace que funcionemos mejor en esta época», manifestó la profesional.
Por el lado de las bebidas, expresó que «se aconsejan las que sean ricas en minerales, como son las sales de rehidratación oral, o Gatorade, y hay otras nuevas que también vienen en envases cerrados, envasados y que aportan muchos minerales. Es algo que también nos puede ayudar».
Cuándo acudir al médico
«En general, cuando los papás consultan ya saben lo que está pasando. Piensen que en ese momento el cuerpito del niño está tratando de recuperarse y a veces necesita la recomendación médica, los ojos de un profesional, que lo vean, lo toquen, vean si está bien, si está deshidratado o no, porque el nene la pasa mal», sostuvo Rada ante la demora que suele darse, a pesar de determinados síntomas, para la consulta médica.
«La prevención es lo más importante», añadió. «Si vos hiciste todo bien y el nene se siente mal, te dice que tiene dolor de cabeza, si ves los ojitos como con conjuntivitis que también son bastante comunes, si se tocan las orejitas (incluso los más chiquitos) como que están con dolor, o presentan algún tipo de lesión en la piel, hay que consultar. Esto es muy importante en el caso de diarreas o vómitos, porque esos cuadros rápidamente llevan al chico a la deshidratación. Siempre es mejor atenderlos al principio del cuadro, que cuando ya no dan más», explicó.
La médica pediatra recomendó «estar atentos como papás y siempre darle la atención médica a un niño, porque la mayoría de las veces puede ser algo que es pasajero, que se soluciona probablemente con algunos consejos y en casa, sin ningún otro tipo de intervención; y a veces no, aunque por suerte son las menos. Entonces necesitan internarse para hidratarlos o tomar algún tipo de sal de rehidratación oral».