La canción de Gustavo y Gerónimo González, padre a hijo, se viralizó de forma rápida y llegó al corazón de todos.
En el corazón de Cañada Seca, el sentido de pertenencia se manifiesta en cada rincón, en cada saludo y en cada gesto cotidiano. El vínculo profundo que une a los habitantes se traduce en una calidez humana que es palpable y contagiosa.
La solidaridad, otro pilar de este sentido de pertenencia, se manifiesta en la disposición de los vecinos para ayudar a quienes lo necesitan. La calidez humana de la localidad también se refleja en la diversidad de sus habitantes. Esta mezcla de culturas y perspectivas enriquece el entorno, fomentando un ambiente de respeto y aceptación.
El sentido de pertenencia que caracteriza a este pueblo no es solo una cuestión de geografía o historia; es una construcción constante que se nutre de las relaciones humanas, de la empatía y de la celebración de lo cotidiano.
En este sentido, cada forma de expresar los sentimientos por el lugar que uno ama resulta bienvenida y emotiva. Es por ello que Actualidad se contactó con Gustavo y Gerónimo González, padre e hijo, quienes hicieron una canción muy especial sobre el pueblo.
La Esquina del Negro
Titulada bajo «la Esquina del Negro», Gustavo y Gerónimo le pusieron letra, música y voz en familia. «Estuvimos trabajando en esta cuestión varios días», dijeron.
La letra de la canción es del padre, Gustavo, en tanto que la música y voz es obra de Gerónimo, apelando para ello a la Inteligencia Artificial. «Estamos sorprendidos con todo lo que pasó. Estamos en tiempos modernos y así suceden las cosas. Se viralizan, en este caso para bien. Estamos muy contento», agregaron.
Todo surgió un día en el que Gerónimo navegaba por YouTube y encontró un video que lo motivó a hacerle una canción al abuelo. Cuando su padre llegó de trabajar, le mostró lo que había hecho, con ayuda de la IA.
Ante el visto bueno del padre, comenzaron a hacer otros temas, pero con letras creadas por Gustavo, tal es el caso de «La Esquina del Negro».
La programación, según la familia, no fue compleja. «Son unos pequeños comandos que se le agregan a la letra para mejorar la música. Se adquieren palabras arriba de cada estrofa y estribillo. Así, suena mejor. Eso brinda una entonación más prudente», comentaron.
El detrás de la letra
El siguiente paso fue la elección del estilo y género musical. «Todas las canciones que tenemos son bastante parecidas», expresaron. El tema del que hablamos fue escrito pensando en la década del ’80 en Cañada Seca. «Está montada en esos tiempos. Yo viví en el campo hasta los 10 años. Luego, con mi familia, nos fuimos al pueblo. Y ahí, a metros de casa, estaba esa esquina donde todos los días se hacían reuniones para charlar y pasar un rato», explicó Gustavo.
Los personajes que se nombran en la canción vivían en Cañada Seca. «Eran abonados permanentes de esa esquina. Hablamos de ese grupo y otros que pasaban de forma circunstancial. En ese tiempo, el pueblo era de calles de tierra, cuneta y lodo. Así que está pensada sobre esos momentos históricos que quedaron en nuestra retina», comentó Gustavo.
«Los relatos eran banales y lo expresa la canción. Habla de cómo estaba cada uno, con preguntas, chistes y la idea de pasar el rato. Había mucha amistad y calidez social. Ellos llegaban a la mañana y los sorprendía el mediodía. Y a la tarde, estaban otra vez ahí, en verano, en invierno, en todo momento», manifestó..
Padre e hijo contaron de qué forma vivieron el proceso de la composición del tema: «Escuchamos una vez la primera canción. Si bien la IA tira el lineamiento y hace una canción por sí sola, no tiene esa parte sentimental de una canción con letra propia. Por eso es que surgieron nuestras letras».
Es que «La Esquina del Negro» no es la única. Hay otras, que hacen alrededor de 12 temas compuestos por Gustavo y Gerónimo, trabajando en equipo, con vivencias de cuando el padre de la familia era niño y adolescente. «Me quedaron muchas cosas marcadas de esos tiempos. Hay un blues muy lindo también, que le compongo a Verónica, que es mi mujer. Otro tema que habla de la destrucción del planeta. Son cosas que van surgiendo. Ahí vamos, con muchas ganas de seguir creciendo», coincidieron.
Y en este contexto, Gustavo rescató el hecho de compartir tiempo con su hijo. «Los dos somos amantes de la música. En casa todo es con música, siempre. Y además, compartimos los gustos musicales».
El veterinario de profesión, que actualmente vive en Laboulaye con su familia, sostuvo que esta iniciativa «es una manera de acercarse a las nuevas generaciones, de llegarle a los chicos. Entre mi ‘viejo’ y yo no había tantos cambios drásticos respecto a la tecnología, por ejemplo. Hoy los chicos están en una etapa muy distinta, que uno como adulto no alcanza a comprender o a llegar».
«Esto ayuda a estar cerca de ellos y de sus problemáticas como adolescente. Para nosotros es un disfrute, nos reímos y pensamos. Gerónimo en la parte musical, en cuanto a la introducción, dónde van los riffs, los coros… esas cosas las hace él. Y compartimos momentos. Si hace falta, damos marcha atrás y corregimos», agregó.
Gerónimo tiene 14 años. Esto es como un hobby para él por el momento, aunque no descarta que su futuro esté relacionado con la programación. Fue su inclinación hacía la tecnología lo que movió a la familia a otros pagos, con otras posibilidades de estudio. También para Lourdes, de 12 años. Fue el futuro de los niños lo que los movilizó al desafío de mudarse.
¿Se extraña el pueblo?, fue la pregunta. «Sí, por supuesto», respondió Gustavo. Aunque aclaró que aún tiene trabajo en la localidad del distrito de General Villegas. «Soy veterinario de grandes animales, principalmente vacas, así que continuó trabajando allá. Viajo todas las semanas».
Padre e hijo piensan en llegar más allá de la viralización de «La Esquina del Negro», aunque aún no hay nada definido en este sentido. «Acá lo importante es que desde el momento que se viraliza, es porque a la gente le llegó al corazón, se sintió identificada con esos momentos. Es lindo que la gente de Cañada, o los que ya no están en el pueblo, puedan escuchar y disfrutar unos minutos de música. Ya eso es totalmente gratificante, el sentido principal pasa por ahí. Por supuesto hay que disfrutar cada paso, cada logro, cada cosa que se va concretando. Veremos adónde va a parar toda esta historia», reflexionó por último Gustavo.
