A los 69 años, falleció en Chacabuco Jorge Alberto Castillo, «Liche» para todos, un ícono del boxeo amateur de Villegas. Su salud, deteriorada por una larga enfermedad, finalmente lo venció.
Recordado por sus memorables combates en la década del 70, «Liche» cautivaba multitudes. Sus peleas, llenas de pasión y adrenalina, se desarrollaron en diversos escenarios del oeste bonaerense: el Club Recreativo, el Cine Mireya, el Club Eclipse, el Parque de diversiones, el Circo Capicúa, entre otros.
Sus épicas batallas contra Ricardo «Mandiga» Almeyra, marcadas por golpes certeros y una entrega total, a pesar de las heridas y la sangre, se convirtieron en leyenda. Bajaban del ring abrazados, ovacionados por el público.
En sus inicios, «Liche» desplegaba una técnica evasiva, al estilo de Nicolino Locche. Sin embargo, luego adaptó su estrategia, transformándose en un peleador incansable, una máquina de lanzar golpes. Como él mismo declaró: «Cuando volví del servicio militar, bien alimentado, tenía otra potencia, mis puños fueron mucho más picantes».
Sus enfrentamientos con Andrés Villaba, hermano del Polaco y amigo de «Liche», fueron muy parejos, con resultados discutidos. Con su honestidad característica, «Liche» reconocía: «Los tres jurados me vieron perdedor».
Su filosofía de vida, plasmada en la frase «mientras haya hambre va a haber un boxeador detrás, nunca en gente de alta sociedad», refleja su origen humilde y su pasión por el deporte.
A pesar de trabajar en una empresa de transportes, siempre que regresaba a Chacabuco, hacía una parada obligada en Villegas para reunirse con sus amigos en el Bar del Polaco.
«Liche» Castillo, un boxeador inolvidable, deja un legado de entrega, coraje y pasión. Su recuerdo perdurará en cada golpe, en cada victoria, en cada abrazo bajo el ring.
En el próximo festival de boxeo, el 14 de febrero en el SUM Municipal, seguramente será recordado con cariño y admiración.
Su nombre se une a la lista de boxeadores villeguenses con narices chatas que dejaron una huella imborrable en la historia del boxeo local.
Román Alustiza