En el corazón del campo, donde el esfuerzo diario da frutos y la tradición se transmite de generación en generación, la gran familia de Pedro Pablo Courreges S.A. se reunió en El Clarinete para celebrar con un asado lo que los une: el trabajo y los valores que forjan su identidad. Pierre Courreges, propietario de la empresa, encabezó este emotivo encuentro, destacando la importancia de la unión y la cultura del trabajo como pilares fundamentales para el crecimiento individual y colectivo.
«Nos juntamos la familia PPC para agradecer la vida misma, alrededor del trabajo. Sabiendo que la familia se compone de un gran grupo de dueños de la empresa y todos los que trabajamos llevando adelante los proyectos que la hacen grande», expresó Courreges. Sus palabras reflejaron el espíritu de una compañía que, más allá de ser una estructura empresarial, es un núcleo humano donde cada integrante es parte fundamental del engranaje que la impulsa.
El encuentro fue una oportunidad para reafirmar el compromiso con los valores heredados de generaciones anteriores. «Para nosotros, el trabajo es nuestra cultura, que se debe transmitir a las nuevas generaciones. Sabiendo que con él nos sentimos íntegros como personas, además del sustento familiar. El trabajo desarrolla nuestro pueblo, nuestro país», sostuvo el empresario, resaltando la responsabilidad de mantener viva esa enseñanza y transmitirla a quienes seguirán sus pasos.
En PPC, el desarrollo personal y profesional es una realidad. Muchos trabajadores iniciaron su camino como aprendices y, con esfuerzo y dedicación, lograron convertirse en especialistas en distintas áreas: tractoristas, mixeros, feedloteros, recorredores y cocineros, entre tantos otros oficios que sostienen el día a día en el campo. «Nos gusta ver crecer a la gente con sus familias y a la empresa que los cobija. Lo importante es sentirnos orgullosos de nosotros mismos y mostrar a nuestros hijos que tenemos un proyecto de familia, siendo ejemplo para ellos», destacó Courreges, subrayando el papel esencial de la compañía en la construcción de futuro para cada trabajador y su entorno.
Este encuentro sirvió también para recordar las enseñanzas de sus antepasados. «Nuestro abuelo, nuestros padres, nos inculcaron esa cultura del trabajo y de dar trabajo, de desafiarnos y buscar crecer», enfatizó, reconociendo que el esfuerzo y la dedicación son el motor que permite superar cualquier adversidad. «Entendemos que las empresas son la gente. Por eso logramos armar un grupo humano que busca hacer crecer a PPC, porque sabemos que así crecemos todos».
En el campo, como en la vida, hay momentos de bonanza y tiempos difíciles. Sin embargo, el espíritu de superación y la inteligencia colectiva han sido clave para salir adelante. «Los buenos disfrutemos y guardemos, que los malos vienen solos», expresó Courreges con sabiduría. Y es precisamente ese amor por el trabajo, la familia y el querido Villegas lo que impulsa a esta gran familia PPC a seguir avanzando con la firme convicción de que el esfuerzo compartido siempre dará frutos.
Así, en una jornada de reencuentro y reflexión, Pedro Pablo Courreges S.A. reafirmó su esencia: una empresa que no solo genera empleo, sino que también forja valores, compromiso y un futuro sustentado en la unidad y el trabajo.