El esperado concierto de Shakira en Buenos Aires, como parte de su gira «Las Mujeres Ya No Lloran», no solo marcó un hito en la escena musical argentina, sino que también se convirtió en una aventura colectiva para fans de General Villegas que cruzaron la provincia para vivir un sueño.
Entre ellos, Carolina Fenocchio, Cecilia Bazán y Florencia Ábrego, tres amigas que convirtieron la espera de años en una experiencia llena de adrenalina y felicidad.
Para ellas, como para otros, ver a Shakira en vivo era una deuda pendiente. «Hace seis años no pudimos ir, así que dijimos: la próxima ahí estaremos», relató Florencia, quien junto a Carolina coordinó desde madrugadas virtuales para comprar entradas —una hazaña que incluyó filas digitales y minutos de vértigo— hasta organizar estadía y viaje en micro.
Ceclia, quien inicialmente no planeaba asistir, se sumó tras el imprevisto de otra amiga: «Fue la mejor decisión», confesó, destacando la emoción de explorar Buenos Aires con poca experiencia pero mucho entusiasmo.
Entre el calor y la euforia: así se vivió el día
El viernes 7 de marzo, el Campo Argentino de Polo se tiñó de energía femenina. Las villeguenses llegaron horas antes, enfrentando filas interminables bajo un sol abrasador. «Nos dolían las piernas, pero valió cada minuto», recordó Florencia. La organización, sin embargo, mitigó las dificultades: puestos de comida inclusivos (con opciones sin TACC), ambulancias visibles y botellas de agua rellenables gratis, fueron detalles que aliviaron la espera.
A las 21:05, tras el cálido apertura de Natalie Pérez, Shakira irrumpió con su carisma arrollador. «Una energía que te atraviesa», describió Cecilia, quien junto a sus amigas logró ubicarse en la segunda fila, cerca de las vallas. Las pantallas gigantes, la escenografía futurista y un sonido impecable convirtieron el recital en un viaje sensorial. «Gritamos, lloramos y cantamos hasta quedarnos sin voz», compartió Carolina, emocionada por escuchar temas como «Estoy aquí» en vivo.
Un éxito con sello villeguense
La gira no solo confirmó el poder de Shakira como artista —con coreografías precisas y un despliegue técnico aplaudido—, sino también la pasión de un público que viajó desde rincones como General Villegas. «Seguramente fue un éxito el sábado también», anticipó Carolina, refiriéndose al segundo show añadido por la demanda. Para ellas, el concierto fue más que música: un símbolo de complicidad y superación. «Volvimos felices, con historias para contar toda la vida», resumió Florencia.
Así, entre risas, canciones y el eco de una noche inolvidable, las villeguenses demostraron que, a veces, los sueños sí se cumplen, aunque requieran horas de fila, botellas de agua y un corazón dispuesto a latir al ritmo de «Waka Waka».
Un sueño cumplido
Con el corazón aún latiendo fuerte, Gabriela Machuca comparte la emoción de haber asistido al concierto de Shakira, un sueño que perseguía desde sus años de adolescencia. «Gracias a la vida y a Dios, tuve la oportunidad de conseguir una de las últimas entradas para este maravilloso espectáculo. ¡Es una super mujer!», exclama con entusiasmo.
La conexión de Gaby con la artista colombiana comenzó hace más de una década: «Desde los 17 o 18 años, me cantaba todos sus temas. En esa época, sus canciones eran furor, y ella se estaba haciendo famosa. Siempre las coreábamos con mis hermanas y hasta pretendíamos bailar como ella, aunque es imposible. ¡Shakira es un mujerón con todas las letras!», confiesa entre risas.
El concierto, en este caso celebrado el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, coincidió con un detalle especial: «Fue justo el cumpleaños de ‘Florcita’, lo que lo hizo aún más hermoso. Fue una experiencia inolvidable», relata. Sin embargo, el camino no fue fácil: viajó desde temprano con su amiga Paula, quien no es fanática de Shakira pero no dudó en acompañarla. «Le tiré la idea y dijo: ‘Sí, vamos, de una’. ¡Gracias, Pau, por eso!», agradece.
La jornada fue agotadora: tras llegar exhaustas, pasaron 6 horas y media en cola para ingresar al campo del concierto, y luego 6 horas más esperando dentro. «Nos dolía todo el cuerpo de tanto estar paradas. ¡Era un mundo de gente!», recuerda. Pero todo cambió cuando Shakira apareció: «Lo más feo de la experiencia se desvaneció cuando ella subió al escenario. Tenía el corazón en la garganta. ¡Estaba viendo en persona a la artista que escuché siempre en la radio y vi en la TV! Aunque estábamos lejos, por las pantallas se veía divina».
Gaby destaca no solo la música, sino el mensaje de Shakira: «Es una mujer que ha pasado por mucho y, en pocas palabras, te da una charla motivacional. Sus canciones reflejan su vida, y eso te hace sentir bien».
Al finalizar, la emoción persiste: «Fue el mejor show de mi vida. Ojalá pueda repetirlo. ¡Hasta me conformaría con tocarle el dedo del pie!», bromea. «Fue hermoso, inolvidable. Shakira lo es todo. Un sueño cumplido, sin duda».
El recital de Shakira en el Campo Argentino de Polo no solo reunió a miles de admiradores, sino que también se convirtió en el escenario de historias de dedicación y emoción. Entre ellas, la de Florencia Ferreyra y Betiana Morán.
«La escuchamos desde muy chicas, y era un sueño que había que hacer realidad», explicó Florencia, quien viajó desde Villegas y otras dos amigas (‘Vale’ y ‘Jime’) lo hicieron desde San Luis para encontrarse en Capital. A pesar de las entradas VIP, la jornada fue intensa: llegaron a las 5 de la tarde y permanecieron en el lugar hasta pasada la medianoche. «Estuvimos casi siete horas de pie, pero valió la pena cada segundo. El show es increíble, muy zarpado. Volveríamos a pagar por verlo», afirmó, riendo al reconocer el «dolor de pies» como un pequeño precio ante la energía de la artista.
No todas las dificultades fueron físicas. Betiana, otra fan, criticó las condiciones del lugar: «El campo de polo tenía mucha agua, fue terrible». Sin embargo, su entusiasmo no decayó: «Fue lo máximo al recital de Shakira. Amo a esta mujer. Fue espectacular, una experiencia única».
Ambas coincidieron en que Shakira superó cualquier expectativa. «Ella es increíble, un huracán en el escenario», resumió Florencia, mientras Betiana añadió: «Es maravilloso cómo logra conectar». Tras el concierto, el regreso a la rutina no empañó el ánimo. «Volvemos a Villegas con el corazón lleno», cerraron para ACTUALIDAD.