El ciclo radial Herencia Viajera, emitido por Radio Actualidad, volvió a abrir su mapa de destinos y esta vez puso rumbo al Caribe. Cartagena de Indias, Santa Marta y Panamá fueron los lugares elegidos para una entrega repleta de color, historia y aventura. “Vamos a seguir en América, pero vamos a ir a Colombia. Puntualmente a dos lugarcitos de Colombia que me parecen hermosos y dignos de ser conocidos”, anticipó Romina Domínguez, responsable de la columna viajera.
El Caribe colombiano: historia, color y calor
Cartagena y Santa Marta no sólo ofrecen playas paradisíacas. Son ciudades donde se respira historia, cultura, aromas y sabores únicos. “Son esos lugares que no solo te invitan a visitarlos, sino a sentirlos”, afirmó Domínguez, y agregó: “Cartagena, los que han ido, dicen que te recibe con calor… y con color”.
Fundada en 1533, Cartagena de Indias fue una de las principales ciudades del Imperio Español en América. “Tiene un casco histórico fascinante, regado por murallas que servían para defenderse de los ataques. Por eso muchos la llaman la heroica”, detalló. La ciudad fue, además, la primera del país en independizarse de la Corona Española, en 1811. Hoy, sus murallas siguen en pie y ofrecen, entre otras cosas, una postal inolvidable del atardecer caribeño.
Entre los imperdibles están el Castillo de San Felipe, el barrio de Getsemaní —con sus mercados coloridos y vibrantes— y las Islas del Rosario, a las que se accede fácilmente en embarcaciones. “Y si uno quiere simplemente contemplar, se puede subir a esas murallas que tanto resistieron, y mirar uno de los atardeceres más lindos de América”, remarcó Romina.
Santa Marta, la más antigua de Colombia
El recorrido de Herencia Viajera también llevó a Santa Marta, fundada en 1525 y cuna de Simón Bolívar. “Es un poco más serena que Cartagena, pero también está llena de historia”, explicó la viajera. Allí se encuentra la Quinta de San Pedro Alejandrino, lugar donde murió Bolívar, y muy cerca, uno de los grandes tesoros naturales del país: la Sierra Nevada de Santa Marta.
“Dicen que es la montaña costera más alta del planeta”, señaló Romina, y añadió que se trata de un lugar ancestral, habitado históricamente por pueblos originarios. Otra joya es el Parque Tayrona, “con playas vírgenes y naturaleza desbordante”, una mezcla entre mar, selva y montaña que convierte a esta región en un destino soñado.
Ciudad Perdida y aventura
Para los más aventureros, Romina dejó una recomendación especial: la Ciudad Perdida. “No siempre se puede hacer, porque requiere preparación. Son entre cuatro y seis días de trekking”, advirtió. Se trata de un sitio arqueológico rodeado de selva y montañas, descubierto en 1972, aunque los pueblos indígenas locales lo conocían y veneraban desde mucho antes. “Es una experiencia exótica y profunda, para quienes disfrutan del desafío físico y espiritual”, dijo.
Panamá y la magia del “stopover”
A la experiencia caribeña se sumó Panamá, un destino que muchos viajeros eligen por conveniencia aérea. “Muchos vuelan a Panamá y de allí van a Cartagena o Santa Marta. Es más directo y cómodo que vía Bogotá”, explicó Romina. Pero hay más: Copa Airlines ofrece la posibilidad de un stopover de hasta siete días sin cargo adicional, ideal para conocer la ciudad.
“Yo tuve la oportunidad de estar dos o tres días y es una ciudad que sorprende”, compartió. El Canal de Panamá, “una de las obras de ingeniería más impactantes del mundo”, es un punto obligado. También lo es el Casco Antiguo, con su encanto colonial, y el contraste con los rascacielos modernos y centros comerciales de primer nivel. “Todas las avenidas hasta el canal estaban llenas de banderas, como diciendo ‘esto es nuestro’”, recordó, en relación con la reafirmación de la soberanía panameña sobre el canal.
Comer, beber y vivir el Caribe
¿Y qué se come en el Caribe colombiano? Romina fue clara: “Arepas, picante, arroz, plátano… mucho sabor tropical. En Santa Marta se puede visitar Minca, un pueblito famoso por su café y por los avistajes de aves”.
“Como todo, hay que conocer la lógica del lugar, sus horarios, su cultura. Pero Cartagena hoy es mucho más segura. Colombia ya no es lo que fue en épocas de los cárteles”, reflexionó la columnista, haciendo hincapié en la transformación de estos destinos en sitios cada vez más aptos para el turismo.
Viajar no siempre implica tomar un avión. A veces, como propone este ciclo radial, se puede viajar con la imaginación, con los relatos y con el deseo. “Por ahí vos que estás del otro lado soñás con ir, o quizás nunca puedas hacerlo por H o por B. Pero desde la radio, a nuestra manera, te permitimos volar”, concluyó Romina.