El intendente Gilberto Alegre reflexionó sobre el escenario local y nacional, los desafíos del municipio y la necesidad de fortalecer la cultura del trabajo y el esfuerzo en General Villegas. Lo hizo tras un fin de semana largo cargado de actividades, entre ellas los festejos por los 125 años de Cañada Seca.
“Después de cuatro días, hay que tomar impulso para empezar la semana”, expresó Alegre con tono distendido. “Fue un fin de semana muy intenso, con peñas, aniversarios, cenas, y muchas actividades que son saludables, que la gente disfruta”, agregó. Uno de los eventos más significativos fue el aniversario de Cañada Seca, donde Alegre volvió a compartir un mensaje que viene reiterando en sus discursos: la importancia de rescatar los valores de los pioneros que forjaron el distrito.
“Tenemos una oportunidad refundacional”
Alegre habló de una coyuntura especial que, según él, podría abrir una etapa de reactivación del interior del país. “Estamos ante una nueva oportunidad histórica. Por un lado, puede haber beneficios para el campo con las políticas macroeconómicas del Gobierno. Por otro, la situación internacional, con una guerra en Europa que parece inminente, está generando temor. Todo eso hace que muchos busquen refugio en otros lugares”, analizó.
Desde esa perspectiva, el intendente llamó a reflexionar sobre el potencial de la región. “Así como los pioneros supieron desarrollar este territorio, hoy podríamos iniciar un nuevo ciclo. Pero para eso, el municipio tiene que estar preparado para actuar como polea transmisora de las demandas que tenemos”, afirmó.
Críticas a la concentración de recursos
Uno de los ejes de la entrevista fue la distribución de fondos nacionales y provinciales. Alegre criticó la histórica política de “rastrillo” que, según él, ha regido en la Argentina: “Se llevaban los recursos que se producían en esta zona y no volvían. Y eso sigue vigente. ¿Cómo puede ser que no tengamos cloacas, agua o gas en todo el distrito?”.
En ese marco, remarcó que el municipio muchas veces asume responsabilidades que no le corresponden, como ocurre con el servicio alimentario educativo. “Los chicos son de Villegas. El municipio no puede mirar para otro lado”, enfatizó, y sostuvo que históricamente los municipios fueron pensados para brindar alumbrado, barrido y limpieza, pero que las transformaciones sociales, económicas y políticas modificaron esas funciones.
Alegre hizo un recorrido histórico para explicar cómo se fue ampliando el rol de los gobiernos locales, especialmente desde la incorporación del constitucionalismo social en la Constitución de 1949. “Eso reconoció derechos que van más allá de los servicios básicos. En Villegas, por ejemplo, la salud pasó a ser responsabilidad del municipio durante el gobierno de Ledesma. Antes dependía de la Provincia”, recordó.
“El municipio hoy apoya a escuelas privadas como el Instituto María Inmaculada o el San Juan Nepomuceno, que en algunas localidades son la única oferta educativa. Si cerraran, entraríamos en crisis”, advirtió.
También mencionó el impacto del deterioro del sistema de salud privado en la demanda del hospital municipal: “Cuando la salud clínica entra en crisis, el hospital sufre las consecuencias, y los recursos no alcanzan. Hay que hacer malabares para dar respuesta”.
El intendente abordó otra cuestión sensible: la percepción de la ciudadanía sobre los impuestos. “Muchos padres creen que los recursos vienen del aire y se quejan cuando les cobramos. Pero sin impuestos no hay forma de sostener nada. Es tremendo el desafío de la administración cotidiana”, expresó, y se sinceró: “Yo lo hago porque me gusta. Si no, me hubiera quedado en mi casa. Una vez que uno asume este compromiso, tiene que hacerlo con responsabilidad”.
El drama de la coparticipación y los fondos que no llegan
Alegre volvió a criticar la inequidad en el reparto de la coparticipación. “La Constitución dice que no se puede modificar sin el voto unánime de las provincias, algo imposible. La provincia de Buenos Aires aporta más del 40% al PBI y recibe apenas el 21%. Eso viene de la época de Alfonsín, cuando le sacaron recursos para repartirlos entre provincias gobernadas por el peronismo. Cafiero y Duhalde lograron algunas mejoras, pero sigue siendo insuficiente”, argumentó.
También se refirió al Fondo de Seguridad que había sido asignado por ley a la provincia y que el actual Gobierno nacional no está transfiriendo: “Milei lo eliminó, a pesar de que hay una ley vigente. Además, la coparticipación cayó porque cayó el consumo y con eso, la recaudación del IVA”.
Recuperación de fondos y gestión eficiente
El jefe comunal destacó una gestión clave de su equipo: la recuperación de fondos que la Provincia le había dejado de transferir al municipio por problemas burocráticos vinculados a habilitaciones de centros de salud. “Cuando llegamos, nos encontramos con que no se cobraba por las salas de Santa Regina y Banderaló. Hicimos todos los papeles y logramos que nos reconozcan el pago del año anterior. Gracias a eso, hoy recibimos fondos adicionales”, explicó.
“Siempre va a haber inconvenientes, pero trabajamos para mejorar”
En la continuidad de su análisis, el intendente Gilberto Alegre se refirió a los reclamos que surgen en torno al sistema de salud. «Que haya algún inconveniente, siempre va a haber inconvenientes –dijo–. En lo público, en lo privado, en todos lados». Y cuestionó algunas críticas: “¿Quién dice que traigan buenos médicos? ¿Qué sabe lo que es un buen médico? ¿Que puede haber errores? Siempre puede haber errores”.
Según el jefe comunal, hay un compromiso genuino de los profesionales de la salud y la gestión. Sin embargo, planteó que muchas de las críticas tienen una raíz política: “Tratan de embarrar todos los días para desacreditar la gestión. Pero no. Estamos trabajando bien, tratando de ver cómo hacemos para ofrecer cada día un mejor servicio”.
“La crisis de la medicina privada impacta en el hospital”
Alegre señaló que la situación crítica de la medicina privada influye directamente en el sistema público. “Todo el mundo va a atenderse al hospital”, afirmó. Y explicó que eso genera una sobrecarga que complica la atención. Hizo referencia al reclamo de vecinos de los pueblos que no son atendidos en el horario de sus turnos y mencionó un sistema que, a su juicio, no termina de comprender: “Se cita a todos en un mismo horario y se atiende por orden de llegada. ¿No se pueden dar turnos como en todos lados? No lo sé, lo voy a averiguar, pero no lo conozco en profundidad”.
Admitió que las demoras generan molestias: “La gente a veces deja una mañana de trabajo. Y cuando llega, tiene que esperar dos o tres horas, incluso en clínicas privadas”. Y agregó: “Cuando hay un exceso de pretensiones es complicado. Ha pasado que hay un accidente y el médico de guardia tiene que ir al quirófano, y la gente se enoja porque no lo atienden”.
El intendente comparó la situación actual con la de una década atrás. “Tenemos el mismo hospital, pero con más gente y más demanda. A veces la oferta no alcanza. Por eso estamos trabajando para ampliar el hospital, pero no es algo que se hace de un día para otro”.
Accidentes de tránsito y la responsabilidad individual
Consultado sobre la gran cantidad de accidentes de tránsito, Alegre opinó que el problema no radica en los reductores de velocidad, sino en las conductas individuales. “A algunos reductores los hemos retirado. Pero la gente pasa igual a toda velocidad. El problema es la responsabilidad individual: motos sin casco, sin luces, con dos o tres personas; autos que circulan por el centro distraídos o con el celular”.
Sobre las bicisendas, se refirió a un siniestro ocurrido en una esquina, donde una bicicleta que circulaba en contramano –aunque por la bicisenda, que es de doble sentido– fue embestida por un vehículo. “En Capital Federal las bicisendas también son ida y vuelta, pero es otro ritmo”, reflexionó.
Aclaró que no está en discusión cambiar el sistema actual: “La gente se acostumbró a la bicisendas y los autos la respetan. En general se respeta. Por ahí aparece uno que no, pero la norma se cumple”.
Terminal, calles y cloacas: obras necesarias
Alegre recibió mensajes de oyentes con reclamos por el estado de la calle Sarmiento entre Chassaing Sur y Ulla, donde se acumula agua tras cada lluvia. También se mencionó el estado de abandono de la nueva terminal, con imágenes del lugar en condiciones deplorables.
“Con la terminal no estamos trabajando. Pero esta semana ya tengo llamadas con gente para tratar de reflotar el tema. Nos dijeron que no hay problemas legales, que hay que retomar la obra y terminarla. Eso es lo que vamos a pedir”, afirmó.
Además, informó que se encuentra trabajando con el Gobierno para avanzar en obras de cloacas. “Se empezó con una calle, se cambió el colector y ahora se seguirá con varios metros más de cañería. Hay un compromiso del gobierno que nos está dando respuesta a estas demandas”.
Reconoció, sin embargo, que aún hay muchas falencias: “Arreglo de calles de tierra, sí, eso es una falencia clara nuestra. Vamos a tratar de ver cómo lo resolvemos”.
Viajando para gestionar respuestas
En los últimos días, Alegre también estuvo en Buenos Aires y La Plata. En la capital del país se reunió con autoridades del ferrocarril Belgrano Cargas. En la provincia, se ocupó de una obra de desagües mal ejecutada por una empresa privada en la zona de Pichincha, que fue autorizada por Hidráulica sin notificar al municipio.
También mantuvo reuniones con la Secretaría de Obras Públicas de la Provincia por temas vinculados a las cloacas y otras necesidades estructurales. “Algunas cosas se van a resolver paulatinamente, de todas no se va a resolver en un solo día”, concluyó.
Los Laureles
Consultado por las obras realizadas por Hidráulica en la salida hacia Laureles, el intendente fue tajante: “No, no es un tema de preocupación del municipio”, afirmó. Y explicó que originalmente, en la zona de Laureles, se expropió un reservorio para excedentes pluviales. Sin embargo, por fenómenos extraordinarios, ese espacio resultó insuficiente. “El agua rebalsó y General Villegas no podía desagotar la cantidad que tenía. La loma que había en Laureles generaba un remanso y el canal de desagüe estaba cargado”, explicó. Según relató, fue entonces cuando se tomó la decisión –a pedido del ministro de Infraestructura, tras una conversación con Ruckauf desde la Municipalidad– de cortar la loma para permitir que el agua escurriera.
El jefe comunal aclaró que no se trató de un proceso natural. “La gente de la estancia de Laureles inició juicio, lo ganó, y después vinieron los reclamos desde Tejedor”, indicó. El problema, según explicó, se agravó cuando también comenzaron a derivarse hacia allí los líquidos del sistema de cloacas de Villegas, además del excedente pluvial. “La laguna expropiada no estaba preparada para acumular ese tipo de agua”, dijo.
Como solución, se colocó un tubo en la loma, a la altura de la cota de desborde. “Cuando la laguna reciba todo el volumen para el cual fue expropiada, el agua escurrirá por ese tubo. Es una obra que, teóricamente, es normal”, sostuvo Alegre, aunque reconoció que si vuelven las lluvias intensas “seguramente ese tubo lo sacarán”.
Sobre la reacción de productores, dijo que no hubo reclamos formales. “Más allá de alguna charla informal, no. Nosotros estamos en contacto con Hidráulica. Y con algún vecino también hemos charlado, pero generalmente entienden”, señaló.
“Todo se va a arreglar”
Desde Bunge, vecinos consultaron por el avance de la obra en el galpón del ferrocarril. Alegre confirmó que el municipio está en conversaciones con la empresa Belgrano Cargas y que el conflicto por la posesión del predio está siendo abordado. “Se va a arreglar, absolutamente”, remarcó.
Sostuvo que el municipio siempre mantuvo ese espacio activo y útil para la comunidad. “Si lo abandonáramos, Bunge sería un páramo. Las calles las abrió la gente buscando el mejor camino para llegar a la escuela, al banco o la iglesia”, describió. Además, recordó que uno de los galpones fue reutilizado para espectáculos y para guardar maquinaria, y que se construyó una plazoleta con la hélice del portaaviones 25 de Mayo, una cancha de hockey y baños.
Sobre el litigio judicial con Belgrano Cargas, fue enfático: “Hay un comodato firmado por la empresa anterior, renovable automáticamente. Nunca nos notificaron que se había terminado. Hay un abuso enorme de la empresa. Así lo entendieron algunos funcionarios con los que hablamos”.
“No se puede gobernar desentendiéndose de la gente”
En el tramo más político, Alegre fue consultado por las próximas elecciones y las versiones de que el cierre de listas podría adelantarse. Aunque repitió que “falta mucho”, luego admitió entre risas: “Con 10 días sobra”. Reconoció que los nombres de candidatos ya se están pensando, aunque aún no hay definiciones públicas. Y sobre las internas, opinó: “Esto del exceso de democracia tampoco es bueno. Termina siendo anarquía. Un estado de asamblea permanente es imposible”.
Respecto a su visión sobre el presidente Javier Milei, el intendente se mostró crítico, aunque también reconoció algunos aciertos. “En la macroeconomía puede estar acertando, en contener la inflación y el gasto público. Pero en la gestión hacia la gente no es buena. El gobierno nacional se tiene que ocupar también de los que vivimos adentro”, afirmó.
“No puedo aplaudir una cosa porque está bien y callarme ante lo que está mal”
Alegre pidió explicaciones por la falta de obras. “¿Por qué no se arregla la Ruta 33? Se muere la gente. ¿Por qué no se termina el nodo de Chacabuco en la Ruta 7?”, se preguntó. También cuestionó la falta de transferencias de fondos para seguridad en la provincia de Buenos Aires. “Hay leyes y convenios acordados. No se pueden vulnerar así. Yo eso lo critico mucho”, sostuvo.
Dijo que no se puede avalar todo por un solo mérito. “Puedo reconocer que hay temas bien encaminados, pero no por eso hay que aplaudir mientras en otros nos están perjudicando”, subrayó.
“Con los Kirchner no voy a ningún lado”
Finalmente, cuando se le planteó la posibilidad de un acuerdo entre Axel Kicillof y el kirchnerismo, Alegre fue contundente: “Yo lo tengo dicho. Con los Kirchner no voy a ningún lado. Acompaño a Kicillof, porque su política para la provincia coincide con muchas de nuestras preocupaciones. Pero si volvemos al kirchnerismo, buscaremos otro lugar”.
Sobre el panorama electoral, aseguró: “Puede haber cambios, pero si Cristina estuviera convencida de su poder, no hubiera aceptado cambiar la fecha de las elecciones. Aceptó porque estaba perdida”.
