En una nueva entrega del ciclo Herencia Viajera, Romina Domínguez nos propone cruzar el charco y redescubrir Uruguay, un país que, pese a su cercanía geográfica, guarda una riqueza cultural y turística que sorprende por su diversidad y calidez. El viaje arranca con una anécdota familiar y se convierte rápidamente en un recorrido afectuoso por paisajes, sabores y costumbres del país hermano.
El destino elegido para esta edición: Uruguay. “Decidimos volver un poquito cerca del terruño”, dijo. Y es que, como señaló con humor, muchos argentinos consideran a Uruguay una provincia más. Esa cercanía geográfica y cultural lo convierte en una opción ideal para escapadas breves pero significativas.
El punto de partida fue Colonia del Sacramento, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995. Con calles adoquinadas, faroles, autos antiguos y una gastronomía destacada, Colonia se presenta como un destino perfecto para una escapada de dos días. “Uno puede cruzar en Buquebus o Colonia Express desde Buenos Aires, incluso con el auto. También está la opción de ir por Gualeguaychú, que tiene sus encantos”, explicó Romina.
Además del atractivo histórico y visual, la ciudad ofrece artesanías únicas, como las de Manos del Uruguay, una cooperativa que produce prendas y objetos hechos a mano por mujeres locales. “Colonia tiene un aire colonial colorido, como una Cartagena más rioplatense”, comparó.
Montevideo: mezcla de historia y ciudad moderna
Desde Colonia, el viaje continúa hacia Montevideo, capital del país. Si bien Romina advirtió que su centro histórico no está tan cuidado como el de Colonia, destacó su costanera moderna, las playas extensas y su gastronomía. “Es una ciudad vibrante, con buena infraestructura, buenos lugares para ir de compras y atardeceres hermosos sobre el río”, dijo.
En Montevideo, las playas de río –aunque a veces se confundan con mar– invitan a largas caminatas y momentos de tranquilidad. También mencionó que muchos productos que no se consiguen en Argentina pueden encontrarse allí, con beneficios fiscales para turistas extranjeros.

Punta del Este: lujo, playas y sorpresa
El recorrido prosiguió por la joya del turismo uruguayo: Punta del Este. Romina confesó que tenía ciertos prejuicios sobre el lugar, pero que la experiencia la sorprendió gratamente. “Fui fuera de temporada y me encantó. No me gustan los lugares atestados de gente, pero encontré un lugar ordenado, prolijo, con casas minimalistas entre las dunas y playas de arena fina para caminar descalzo”.
Para quienes buscan vida nocturna, gastronomía y movimiento, Punta del Este ofrece todo. Pero también es amable con los que desean amaneceres tranquilos y paseos silenciosos por la playa.
José Ignacio: un refugio de paz
A apenas 40 kilómetros de Punta del Este, se encuentra José Ignacio, un pequeño pueblo pesquero que se volvió famoso por su tranquilidad y exclusividad. “Calles de arena, poca luz de noche, seguridad, estrellas y el sonido del mar. El faro, la playa La Huella, las casas entre médanos… todo invita al descanso y al asombro”, relató.
Romina recomendó este destino para quienes deseen vivir otra experiencia, lejos del bullicio. “Uno puede alojarse ahí o ir y volver en el día desde Punta del Este sin problema”.

Un país pequeño que se recorre fácil
Uruguay se presenta como una opción ideal para quienes cuentan con pocos días pero muchas ganas. “Se puede hacer en auto o incluso en moto. Es un país chico, y hay destinos rurales como Minas o Salto, con mucho para ofrecer”, comentó Romina. También destacó los viñedos uruguayos, donde se cultiva la cepa Tannat, de origen francés, que se adapta perfectamente al clima y suelo local.
No todo es verano
Antes de cerrar, Romina enfatizó que Uruguay no es sólo para el verano. “Hay temporadas intermedias ideales, con buen clima y sin tanto turismo. Para los que buscamos un poco más de paz, eso es ideal”, aseguró.
Así, entre historias personales, consejos prácticos y entusiasmo genuino, Herencia Viajera nos regaló un paseo entrañable por Uruguay, tan cerca y tan lleno de maravillas. Un viaje que puede hacerse en pocos días, pero que deja recuerdos para siempre.