Alberto Larrañaga, coordinador de la Comisión de Aguas de CARBAP y presidente del Consejo Honorario Asesor del Plan Maestro del Río Salado, alertó sobre la paralización de un tramo fundamental de las obras en la cuenca del Salado, proyecto vital para gran parte de la provincia de Buenos Aires.
El reclamo tomó fuerza en las últimas horas y se ha convertido en uno de los temas de mayor repercusión en medios regionales y provinciales.
En diálogo con ACTUALIDAD, Larrañaga explicó que el sector rural lleva más de dos décadas involucrado en el seguimiento de estas obras, que buscan mitigar el impacto de inundaciones en zonas productivas. A pesar de los avances logrados –principalmente en el dragado del cauce principal del río Salado, que ya se encuentra en un 70% de ejecución–, preocupa la detención de un tramo de apenas 30 kilómetros que impide la continuidad del plan integral.
“El impacto de paralizar 30 kilómetros es enorme. Es como construir un edificio de 20 pisos y detenerse en el quinto: se perjudica toda la estructura”, graficó. Ese tramo inconcluso se encuentra cerca de Roque Pérez y genera un verdadero “cuello de botella”, afectando tanto a las obras principales como a las complementarias, que son esenciales para alcanzar zonas más alejadas como General Villegas o Bolívar.
Obras complementarias: las más importantes y menos costosas
Larrañaga destacó la importancia de las obras complementarias –como las canalizaciones a través del Canal Mercante, República de Italia o los arroyos Saladillo-Basimanca–, señalando que no sólo son más relevantes para resolver los problemas locales de anegamientos, sino también las menos costosas en comparación con el dragado del cauce principal. “Se pueden hacer con maquinaria terrestre. No requieren dragado, pero sí decisión política para seguir adelante”, afirmó.
También remarcó que hay proyectos planificados en el noroeste bonaerense, como los canales denominados CNO 3 y CNO 5, pensados para beneficiar regiones como la de General Villegas. “Estos canales no presentan grandes dificultades técnicas y son viables desde el punto de vista económico”, aclaró.

El caso Bragado y el rol de la laguna municipal
Otro punto conflictivo señalado por Larrañaga es la situación en Bragado, donde las obras también están frenadas por la controversia que generó un proyecto de reservorio en la laguna municipal. Ante el reclamo de sectores locales, se contrató a una consultora multidisciplinaria que está evaluando las capacidades hidráulicas del lugar. Se espera que sus conclusiones estén listas para fines de julio.
Financiamiento disponible, pero falta voluntad
Respecto al financiamiento, Larrañaga recordó que la obra cuenta con fondos del Fondo Hídrico Nacional, que se nutre de una pequeña alícuota en la carga de combustibles y se retroalimenta con el tiempo. “Si hoy hubiera que pagar toda la obra, no alcanzaría. Pero como es un fondo dinámico, los recursos estarán disponibles si hay voluntad política”, remarcó. También sostuvo que podrían explorarse alternativas como financiamiento del Banco Mundial u otros organismos multilaterales de crédito.
Una obra de alcance federal
Finalmente, Larrañaga subrayó el carácter federal de esta obra, más allá de que se ejecute en territorio bonaerense. “Esto no es solo una obra de la provincia. Es un proyecto estratégico a nivel nacional que necesita decisión conjunta entre Nación y Provincia”, concluyó.
El campo vuelve a levantar la voz, no por intereses sectoriales, sino por una necesidad estructural que lleva años de postergación y que hoy, con obras detenidas y efectos directos sobre miles de hectáreas productivas, exige respuestas urgentes.