Quizá muchos piensen que es sólo un edificio, hasta incluso un edificio frío, solitario, o lleno de paz.
Para mí es mi casa. Esa casa que me recibió hace ya muchos años y me hizo parte de una gran familia, la familia más antigua de la historia.
Mi casa cumplió 100 años, ese pequeño lugar creado con tanto amor que nos fue entregado a todos los banderolenses el 19 de abril de 1925.
Recibí el regalo de la Fe desde muy chica, pero ya en Banderaló no había Párroco. Es difícil poder crecer en la Fe cuando solo se reduce a un encuentro semanal de una hora con la Misa, o con la catequesis cuando sos chico.
Cuando jugás al fútbol o cuando te preparás para correr una maratón te entrenás, y para crecer en la Fe también hay que entrenarse, hay que rezar, participar de la Misa y de los sacramentos y ayudar a que más personas se acerquen.
“Yo rezo en mi casa”, dicen muchos, “yo creo en Dios, pero no creo en la Iglesia” dicen otros, o, “los que van a la iglesia se hacen los santos y son todos pecadores”. Y sí, los que vamos a la Iglesia tenemos muchos pecados, y estamos tratando de ser mejores cada día, intentamos dejar un mundo mejor a los más pequeños. Tratamos de corrernos del mundo individualista y pasamos a compartir en comunidad.
Tuve la gracia de que la Iglesia me regalara grandes amigos, me hace mantener un vínculo muy fuerte con mi familia y, sobre todo, me hace muy feliz poder contarlo para que muchas más personas lo puedan experimentar.
El Papa Benedicto XVI decía que no se puede vivir la Fe en solitario, que corremos el riesgo de seguir una imagen falsa de Jesús o que tal vez no lo encontremos nunca.
Banderaló festeja este sábado 17 de Mayo los 100 años de la Parroquia San Francisco de Asís. Y digo Banderaló porque no sólo es mi casa, es nuestra casa. Y esperamos que esta casa se llene de todos los que algún día se bautizaron, o tomaron la comunión ahí, o quizá se casaron o fueron en algún momento a rezar por algún familiar fallecido, o a pedir por la salud de un enfermo.
Recordaremos especialmente a los donantes de la misma, a todos los sacerdotes que celebraron Misa en la Parroquia, a todos los grupos misioneros que pasaron, a los que formaron parte de la comisión en algún momento, a los que con su aporte social sostienen el mantenimiento de un edificio centenario, a los que siempre compran los pollos, a los que colaboran en cada Misa, y al Municipio y la delegación por la gran ayuda que brindan siempre. Agradecemos especialmente al Padre Tomasz que nos acompaña, al Obispo Ariel, pedimos por el ministerio del Papa León XIV y por el eterno descanso del Papa Francisco.
La Iglesia está de fiesta, la Parroquia cumple 100 años, ojalá nos podamos encontrar todos para celebrar juntos.
