La noche del viernes fue testigo de la emotiva segunda presentación de Cuentacuentero, con una obra que volvió a conquistar al público con su narrativa y fuerza escénica.
El microcine del Teatro Español se llenó de energía desde el primer momento, con un público atento que respondió con calidez a cada pasaje de la función.
Las Cuentacuentero, impecables en sus interpretaciones, ofrecieron nuevamente una experiencia íntima donde la palabra y la emoción se entrelazaron con precisión. Y también hubo momentos de risa.
Vestidas de negro y con una puesta en escena minimalista, lograron transmitir el peso simbólico de cada relato con una intensidad que fue reconocida con un largo y merecido aplauso al final.
La escenografía, sobria pero elocuente, contribuyó a centrar la atención en las historias y en la fuerza de la interpretación colectiva. La iluminación tenue y los elementos escénicos -como las sillas, la cama y la lámpara de pie- reforzaron el carácter íntimo de la obra.
Esta segunda función de «Secretos de familia: lo que callamos», no solo reafirmó el éxito de Cuentacuentero, sino que también dejó en claro que el teatro tiene un lugar vivo en la comunidad, capaz de emocionar, reflexionar y reunirnos en torno a la palabra compartida.