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sábado, mayo 31, 2025
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Herencia Viajera propone un nuevo amanecer, un viaje esencial por el corazón de Perú

Romina Domínguez, de Herencia Viajera, pasó por los micrófonos de Actualidad para compartir una nueva propuesta que invita a soñar y planear: un viaje a Perú. Con el entusiasmo de siempre, y apelando a la imaginación, Romina nos transportó a través de las palabras a un destino fascinante, cargado de historia, cultura y paisajes únicos.

«Imaginate una ciudad perdida entre montañas», comenzó diciendo, y así nos propuso iniciar un recorrido que tiene como puntos clave a Lima, Cusco y, por supuesto, Machu Picchu. Pero el viaje no es solo geográfico, sino también emocional y cultural: es un trayecto hacia nuestras raíces americanas, hacia lo esencial, hacia un nuevo amanecer.

Una experiencia para conectarse con lo profundo

La propuesta de Herencia Viajera lleva justamente ese nombre: Nuevo Amanecer. Se trata de un circuito cuidadosamente diseñado para descubrir Perú desde su capital hasta la ciudad sagrada de los incas, pasando por paisajes inolvidables y aprendiendo en el camino.

El itinerario arranca en Lima, una ciudad que –según Romina– vale la pena conocer aunque no sea un destino para quedarse muchos días. “Lima es la puerta de entrada a Perú y tiene una riqueza histórica impresionante. Fue la capital del Virreinato del Perú y todavía conserva un centro colonial con balcones de madera que invitan a caminar y dejarse sorprender”, explicó.

Pero además de su historia, Lima ofrece joyas como el Museo Larco, donde se puede conocer más sobre civilizaciones anteriores al Imperio Inca, como la Moche o la Nazca. “Es un museo imperdible, porque te abre la cabeza sobre la profundidad cultural del Perú. A veces creemos que todo empieza con los incas, pero hay mucho más”, afirmó.

Escena urbana representativa del Centro Histórico de Lima, capital de Perú
De Cusco al corazón de los Andes

Desde Lima, el itinerario continúa hacia Cusco, la antigua capital del Imperio Inca, enclavada en el corazón de los Andes. Romina detalló cómo la ciudad ofrece una combinación fascinante de arquitectura colonial y vestigios incas. “En la Catedral de Cusco, por ejemplo, uno puede ver imágenes religiosas cristianas con rasgos andinos. Hay santos con cara incaica, y eso habla del sincretismo cultural que se produjo tras la conquista”, explicó.

Cusco también invita a caminar por sus barrios históricos, como San Blas, donde aún puede sentirse el pulso de la vida andina tradicional. Y desde allí, la travesía se abre hacia otros puntos de interés cercanos, como los pueblos del Valle Sagrado, con su rica historia agrícola y sus famosas terrazas circulares, o lugares como Pisac y Ollantaytambo, que ayudan a entender mejor la magnitud del mundo incaico.

Catedral de Cusco, uno de los monumentos religiosos más emblemáticos de Perú y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
El impacto de Machu Picchu

El cierre del viaje es, por supuesto, Machu Picchu. “Es uno de esos lugares que todo el mundo ha visto en fotos, pero cuando uno está ahí, la experiencia es completamente distinta. Es emocionante”, aseguró Romina. Descubierta por el mundo occidental recién en 1911, la ciudadela se mantiene como uno de los grandes centros espirituales y arqueológicos del continente.

“Lo impresionante no es solo la vista desde la clásica postal –agregó–, sino todo lo que hay alrededor: la conexión con la naturaleza, con el pasado, con una forma de entender el mundo que aún tiene mucho que enseñarnos.”

Perú también se saborea

Romina también dedicó un espacio especial a la gastronomía peruana, considerada una de las más importantes del mundo. “Dicen que hay que ir a Perú aunque sea una vez en la vida, solo por la comida. Y es verdad. Desde los ceviches hasta platos más regionales como el ají de gallina o el lomo saltado, todo tiene un sabor que habla de identidad, de historia y de creatividad”, aseguró.

Uno de los datos curiosos que trajo Romina tiene que ver precisamente con esta mezcla cultural: en la Catedral de Cusco, una de las pinturas más famosas de la Última Cena muestra a Jesús y sus discípulos comiendo Cuy –el conejillo de indias típico de la región andina–, lo que refleja cómo lo europeo se fusionó con lo autóctono también en el arte sacro.

Un destino cercano y adaptable

Perú es un destino relativamente accesible desde Argentina, tanto en términos de distancia como de costos. “Se puede hacer en avión, pero también hay quienes lo han hecho en auto, combinando por ejemplo con Chile y el lago Titicaca. Todo depende de los tiempos y del estilo de viaje de cada persona”, destacó.

Lo importante, según Romina, es animarse a vivir la experiencia. “A veces estamos atados a lo cotidiano, a las obligaciones, a las tarjetas. Pero si hay que endeudarse por algo, que sea por una experiencia enriquecedora, por un viaje que te transforme”, concluyó.

Desde Herencia Viajera, la invitación queda abierta. Y como cada miércoles, nos recuerda que viajar –aunque sea con la imaginación– es una forma de abrir la mente, sanar el alma y redescubrir el mundo. Y Perú, sin dudas, es una puerta privilegiada para hacerlo.

Malecón de Miraflores, uno de los lugares más icónicos de Lima, con vistas espectaculares del Océano Pacífico