El profesor de educación física Marcelo Millán representará a Argentina en la legendaria Spartathlon, una ultramaratón de 246 kilómetros entre Atenas y Esparta. A sus 55 años y con un riguroso entrenamiento, desafiará calor extremo, montaña y noches bajo cero en una de las pruebas más exigentes del planeta.
Desde Santa Rosa, La Pampa, donde reside, el villeguense Marcelo Millán se prepara para una verdadera hazaña deportiva: correr la Spartathlon, una ultramaratón de 246 kilómetros que une la Acrópolis de Atenas con la ciudad de Esparta. Se trata de una de las competencias más extremas del mundo, tanto por su distancia como por las exigencias físicas y mentales que impone.
«Está postulada como la más dura del mundo», explicó Marcelo en su paso por OVACIÓN. Y no exagera, ya que los corredores deben atravesar 76 puestos de control en tiempos estrictamente establecidos, soportando temperaturas que rozan los 40 grados durante el día y que caen bajo cero por la noche, especialmente cuando el recorrido ingresa a la montaña pasada la marca del kilómetro 160.
Con 55 años recién cumplidos —fecha que celebrará simbólicamente en tierras espartanas—, Millán integra la delegación argentina que participará de esta competencia histórica, inspirada en la hazaña del mensajero Filípides durante las guerras médicas. «Es mítico. En realidad uno recrea esa historia, porque todo parte de ahí, de la cuna de los Juegos Olímpicos», reflexionó.
A pesar de su impresionante nivel, Millán nunca corrió una maratón tradicional de 42 kilómetros. «Tengo muchas de 21, de 30, de 50, hasta de 150. Pero nunca una maratón. Es algo muy loco, pero es así. Lo mío fue siempre la ultradistancia», contó. En ese terreno, no sólo se destaca: es el número uno del ranking argentino y ocupa el sexto lugar a nivel mundial.
Su preparación es tan intensa como la carrera: sesiones diarias de entre 40 y 50 kilómetros, entrenamientos nocturnos en circuitos iluminados, y fines de semana con hasta ocho horas de carrera. «El entrenamiento es brutal. Y a eso sumale que trabajo todo el día como profe. Lo mío es entrenar de noche y correr sin parar», relató.
Detrás de ese esfuerzo hay un equipo que lo respalda: nutricionista, cardiólogo, kinesiólogo y un plan alimenticio estricto que incluye carbohidratos, aminoácidos y sales, claves para sostener el rendimiento durante semejante exigencia. «Esta carrera la ganamos entre todos. Tengo un gran equipo que me acompaña y me cuida», afirmó.
Sin embargo, reconoce que el mayor desafío no es físico, sino mental. «Lo más importante es la cabeza. A partir del kilómetro 100 ya empezás a sufrir. Dolor, agotamiento, sueño… pero hay que seguir. Si no tenés una cabeza fuerte, no llegás», destacó el villeguense.
La Spartathlon se correrá los días 27 y 28 de septiembre, con un cupo de 400 corredores seleccionados estrictamente por mérito. Argentina contará con una delegación de 8 o 9 atletas, entre ellos Marcelo, que a fuerza de pasión, constancia y locura bien entendida, volverá a representar al país y a General Villegas, en una aventura inolvidable.
«Siempre me preguntan por qué hago esto. Y la verdad es que cuando llegás a la meta, el dolor queda atrás. En ese instante todo cobra sentido. Y al poco tiempo, ya querés volver a empezar», concluyó.
