La crítica situación que atraviesa el Hospital Garrahan, uno de los centros de salud infantil más importantes del país, ha despertado preocupación en distintos sectores del ámbito sanitario y de la comunidad en general. La falta de recursos, demoras en pagos y dificultades para sostener el nivel de excelencia que caracteriza a la institución han motivado pronunciamientos públicos, como el de la química villeguense Carolina Goedelmann, quien trabaja en el Hospital desde hace mucho tiempo.
Goedelmann, quien es jefa de clínica del laboratorio de Hematología y Hemostasia del Hospital, habló con preocupación sobre el panorama actual: “La situación del Garrahan es muy compleja. Las limitaciones presupuestarias están afectando no solo el funcionamiento diario, sino también la posibilidad de continuar innovando en tratamientos y sostener la atención integral a los pacientes que vienen de todo el país”.
El Garrahan, que funciona bajo una administración compartida entre el Estado nacional y la Ciudad de Buenos Aires, recibe a miles de niños y niñas de diferentes provincias que requieren atención de alta complejidad. Sin embargo, según indicaron fuentes del propio Hospital, el retraso en los aportes económicos correspondientes ha generado dificultades en la compra de insumos, el mantenimiento de equipos y la contratación de personal especializado.
“La gente muchas veces no dimensiona lo que implica sostener un Hospital con estas características”, explicó Goedelmann. “Estamos hablando de terapias intensivas pediátricas, de cirugías complejas, de tratamientos oncológicos, trasplantes, neonatología, investigación científica. Todo eso requiere insumos de altísimo costo y una logística permanente de actualización”.
Desde el equipo de trabajadores del Hospital se vienen realizando asambleas y reclamos para visibilizar la problemática. También surgieron numerosas campañas en redes sociales que buscan alertar a la sociedad sobre el riesgo que corre el sistema de salud público si no se toman medidas urgentes. «No es una cuestión política, es una cuestión sanitaria y de derechos humanos», remarcó la profesional villeguense.
Consultada sobre el impacto directo en los pacientes, Goedelmann fue categórica: “Ya se están viendo demoras en turnos, falta de medicamentos específicos y problemas para garantizar estudios de diagnóstico que antes eran rutina. Esto no es algo que pueda esperar. Acá hablamos de niños que necesitan respuestas inmediatas”.
“No es solo el Garrahan, es lo que representa”, sostuvo la bioquímica villeguense. “Es un emblema de salud pública, de formación, de investigación, de acceso gratuito a tratamientos que en otros países son inaccesibles para gran parte de la población. Dejar caer eso es retroceder décadas en derechos conquistados”.
El malestar dentro del Hospital crece y los trabajadores insisten en que no se trata de un reclamo salarial aislado. “Queremos que se entienda que lo que pedimos es que se garantice el presupuesto que corresponde, que se honren los convenios y que se invierta en lo que realmente importa: la salud de nuestros chicos y chicas”, concluyó Goedelmann.
Mientras tanto, profesionales, pacientes y familias siguen apostando a sostener el funcionamiento de un Hospital que durante muchos años ha sido sinónimo de excelencia médica, compromiso social y esperanza para miles de niños argentinos.

Abrazo simbólico y paro
Los trabajadores del Garrahan realizaron este miércoles un abrazo simbólico al edificio en defensa de sus condiciones laborales y en reclamo de una recomposición salarial. La medida forma parte de un plan de lucha que continuará el miércoles 25 de junio, con un paro total de actividades. Según los convocantes, la protesta busca visibilizar la profunda crisis que atraviesa el principal centro pediátrico del país, frente a lo que consideran una falta de respuestas concretas por parte del Gobierno nacional.
Además de los reclamos salariales, el personal denuncia una situación operativa crítica: más de 200 personas habrían presentado su renuncia en los últimos meses, sectores completos están cerrados y la capacidad de atención se encuentra fuertemente reducida.
El plan de lucha podría ampliarse si no hay respuestas oficiales. Desde ATE insisten en que no se trata solo de una mejora salarial sino de evitar el colapso del sistema público de atención pediátrica.
En ese marco, los trabajadores del Garrahan llamaron a la comunidad a acompañar y visibilizar el reclamo en redes sociales. El conflicto, sostienen, excede el ámbito gremial y se inscribe en la defensa de la salud pública frente al abandono estatal.