Guillermo Tirone habló con ACTUALIDAD de su nuevo desafío profesional: desde hace apenas tres semanas es el flamante director de la Escuela Secundaria Nº 3 de Coronel Charlone, un establecimiento que celebró hace unos días su 50° aniversario y que, según él mismo expresó, siempre le generó un particular interés por su perfil activo y participativo.
Su historia personal y laboral lo encuentra hoy en un momento de transición, porque a la función directiva se suma -al menos hasta noviembre- su papel como secretario general de la Unión de Educadores Bonaerenses (UDEB), un cargo que le ha demandado compromiso y tiempo.
“Yo estaba merituado hace años como director, pero venía resignando estos cargos por mi función gremial”, explicó Tirone, dejando en claro que su reticencia previa a aceptar cargos jerárquicos dentro del sistema educativo respondía a una convicción ética: evitar la superposición entre su rol gremial y una posición jerárquica que, en muchos casos, puede entrar en conflicto.
Pero este año, el panorama cambió. Tras la jubilación de Yolanda Audicio, directora saliente de la Secundaria 3, el cargo quedó vacante y Tirone decidió dar un paso que venía postergando. “Lo hablé mucho con mi familia y también con mis compañeros del gremio, porque no estoy solo en esto. Me dieron el visto bueno para asumir esta dirección, que siempre me atrajo mucho. Yo quería tener la posibilidad de un ascenso escalafonario, la experiencia, porque lo único que había tenido hasta ahora había sido una vicedirección y apenas por tres meses”, comentó.
La decisión no es menor. Implica un giro en su rutina, viajes diarios a Coronel Charlone y la reorganización de su vida personal y familiar. “Salgo a las 8 de la mañana, voy al gremio, vuelvo a casa a preparar todo para que mis hijos almuercen y después tomo la ruta. Es una reforma total en mi vida. Pero es también revalorizar mi vocación docente y directiva”, reconoció.
Su vínculo con la Secundaria 3 no es nuevo: la conoció a fondo gracias a su rol gremial, recorriendo todas las escuelas del distrito. Para Tirone, se trata de una institución “muy pujante y participativa”, única en el distrito por involucrarse en proyectos como las Olimpiadas de Biología, ferias de ciencias, parlamentos juveniles y el programa Jóvenes y Voces. “Me sentí muy identificado con ese accionar. Además, en los pueblos las instituciones educativas son el corazón de la comunidad. No son solo un edificio: son parte de la vida misma del pueblo”, dijo.
Su desembarco como director ha sido bien recibido por la comunidad escolar. “Me recibieron de forma excelente. Es una escuela muy ordenada, tanto en lo administrativo como en lo pedagógico y comunicacional. Mi idea es mantener todo lo que está bien, pero también implementar mi impronta y mejorar lo que haga falta”, afirmó. No obstante, admitió que todavía está en pleno proceso de adaptación a las exigencias administrativas del cargo. “Mi secretaria me dijo con mucha honestidad: ‘Vos tenés mucha pedagogía, pero te tenés que hacer más amigo de los papeles’. Y tiene razón”, contó entre risas.
Pese a la nueva responsabilidad, Tirone no abandona su compromiso gremial. Hasta noviembre seguirá siendo secretario general de UDEB, un cargo que, según explicó, requiere una intensa labor diaria: “Pero mi mandato vence en noviembre, y a partir de ahí veré en qué lugar puedo seguir colaborando dentro del gremio, tal vez como congresal, llevando la voz de los afiliados a La Plata”.
Tirone insistió en que su paso por el gremio ha sido formativo y decisivo en su vida. “UDEB me dio mucho. Me permitió formarme con la diplomatura gremial, concursar en pruebas de selección. Pero también me impuso una ética: demostrar que no somos lo que muchas veces se dice de los gremialistas. Nosotros no estamos en esto para llenarnos de plata. Queremos salarios dignos, sí, pero lo nuestro es vocacional y honesto. Siempre quise cuidar la imagen del gremio y la mía propia”.
El futuro, para Guillermo Tirone, se presenta lleno de desafíos. Entre ellos, la designación de quien lo suceda en el gremio, mantener la calidad educativa en la Secundaria 3 y, sobre todo, seguir aprendiendo y aportando desde el lugar que le toque ocupar. “Cada director deja su impronta, su forma. Desde mi lugar, pretendo estar a la altura, hacer una gestión honesta y dejar mi huella. Para eso vine a Charlone”.
