Bajo el nombre “Un Sueño con Historia”, el programa Envión y la Casa del Niño de General Villegas impulsan un proyecto que trasciende lo meramente educativo: es una experiencia donde los chicos aprenden un oficio, fortalecen vínculos y trabajan por un sueño colectivo. Todo, mientras se preparan para un viaje a la Ciudad de Buenos Aires, y para muchos será su primera vez en la capital del país.
El frío de la mañana villeguense no detiene a Laura Sotelo, coordinadora general de instituciones, ni a Celeste Fábregues, coordinadora de Envión, quienes con entusiasmo cuentan cómo surgió esta iniciativa. “Un Sueño con Historia es mucho más que un proyecto. Es la posibilidad de brindarles una herramienta a niños, niñas y adolescentes para que descubran el oficio de la panificación, con el fin de que aprendan haciendo y se conviertan en protagonistas de sus propios sueños”, aseguró Sotelo en ACTUALIDAD.
La Casa del Niño, que recibe diariamente a chicos de 6 a 12 años, comparte sede con Envión. Allí se lleva adelante un taller de cocina a cargo de Gisella Rovassio. “Los integrantes producen con sus propias manos y con el corazón”, expresó Laura, destacando el valor afectivo que tiene cada budín, masita o pizzeta que elaboran. La producción no sólo es un medio para aprender, sino también una forma concreta de recaudar fondos para lograr el objetivo de viajar.
“Trabajamos con amor y estamos amasando sueños. Queremos que este viaje sea realidad”, dijo Sotelo. Y es que el objetivo de esta cruzada solidaria es permitir que 45 chicos y chicas, acompañados por adultos, puedan visitar Buenos Aires el próximo 25 de julio. Si bien el municipio garantiza el viaje, la idea es que los propios concurrentes de Envión y la Casa del Niño puedan aportar, a través de su trabajo, a financiar parte de esta experiencia única.
Las exquisiteces que producen incluyen budines de naranja y de banana, masitas y pizzetas, que se venden tanto en la sede de Envión, en el acceso a Ruta 33, como en distintos puntos de la ciudad mediante ventas ambulantes. “Hay días en los que los chicos de Envión, que son más grandes, salen a realizar ventas, también de escarapelas”, explicó Celeste Fábregues.
Los precios son accesibles, pensados no sólo para incentivar la compra, sino también para enseñar a los jóvenes que el esfuerzo puede traducirse en ingresos concretos. “Los budines están a 3.000 pesos y las pizzetas a 2.500 la docena. Buscamos comprendan que si trabajamos, podemos alcanzar cualquier sueño que nos propongamos”, dijo Fábregues.
Pero el proyecto tiene un trasfondo aún más profundo. No se trata sólo de reunir dinero, sino de brindar herramientas para la vida. “Desde Envión hicimos cursos de bromatología, y algunas chicas van a rendir para contar con un carnet de manipulación de alimentos”, explicó Celeste, convencida de que estas capacitaciones “les servirán el día de mañana, por ejemplo, para trabajar como auxiliares, en la cocina de un club o, incluso, para iniciar un microemprendimiento familiar”.
El viaje a Buenos Aires, en tanto, no será meramente recreativo. También tendrá una dimensión educativa. “Vamos a tener una clase de historia para que los niños puedan ir con conocimiento previo de los lugares que vamos a visitar. Tenemos programada la visita al Congreso de la Nación Argentina, y eso nos emociona muchísimo”, anticipó Laura Sotelo.
Con los días contados hasta el viaje, la emoción y la expectativa crecen. Mientras tanto, Laura y Celeste aprovechan cada oportunidad para invitar a la comunidad a acercarse a la sede de Envión o a estar atentos a las redes sociales, donde se publican las fechas y lugares de venta de los productos. “Concentramos la venta en Envión, pero muchas veces salimos a la calle con los chicos”, manifestó Fábregues.
Así, entre harina, budines y algo más, además de sueños compartidos, los concurrentes de Envión y la Casa del Niño trabajan día a día para que el próximo 25 de julio se convierta en un viaje inolvidable, cargado de historia, aprendizajes y, sobre todo, de la certeza de que con esfuerzo y comunidad, cualquier sueño es posible.