Con solo 18 años y una pasión inquebrantable por el fútbol, la piedritense fue convocada a una prueba por el club juninense y se ilusiona con dar el gran salto.
Celeste Uriarte tiene apenas 18 años, pero su recorrido en el fútbol ya habla de compromiso, esfuerzo y perseverancia. Nacida y criada en Piedritas, la joven jugadora de Santa Rita dio sus primeros pasos compartiendo canchas con varones, y con el tiempo fue construyendo una trayectoria que la llevó a vestir varias camisetas locales. Hoy, una llamada inesperada le abrió la puerta de un nuevo desafío: fue convocada a prueba por Sarmiento de Junín, club que milita en la élite del fútbol femenino nacional.
«Estaba sentada en casa un lunes cuando me llamaron. Era el profe de Sarmiento, me quería ver jugar. Viajé el miércoles y me dijo que tenía todas las posibilidades para estar allá. Es algo que quiero cumplir», contó Celeste en su paso por OVACIÓN.
Una vida con la pelota
Hincha de Boca, zurda y con una clara preferencia a ser defensora, Uriarte lleva el fútbol en la sangre. «Desde que nací tuve una pelota entre los pies. Me gustó el deporte y lo seguí haciendo», relató.
Su recorrido incluye pasos por Atlético Villegas y Atlético Charlone, donde jugó junto a algunos familiares. Sin embargo, fue en Santa Rita donde encontró mayor continuidad y hoy pelea los primeros puestos del torneo local con el equipo femenino del Lobo.
El salto a otro nivel
El cambio que se avecina no es solo futbolístico: implicará mudarse a Junín, cambiar de rutina y adaptarse a un ritmo más exigente. «Allá son tres horas y media de entrenamiento. Acá hacíamos una. Cambia todo», explicó Celeste, que además planea iniciar una carrera de estudios en paralelo para seguir formándose fuera de la cancha.
Sobre el fútbol femenino de AFA, comentó que suele ver partidos y que, al visitar Sarmiento, se sorprendió con el nivel: «Vi chicas que juegan muy bien. Es otro nivel, pero hay que acostumbrarse», subrayó.
Agradecimientos y sueños
Celeste no se olvida de quienes siempre la acompañaron: «Mi tío Juancho, mi tío Loli, toda mi familia y mi abuela, que está escuchando. Son los que siempre me apoyan en todo», contó emocionada.
Mientras espera novedades concretas sobre su incorporación al Verde, Uriarte disfruta de un presente prometedor y mantiene los pies en la tierra. Con humildad, pero con metas claras, se anima a soñar con dejar su huella en el fútbol femenino profesional.
