El reconocido atleta villeguense celebró un nuevo aniversario en las pistas que marcaron su vida. Con 1539 carreras corridas, participación en un Mundial en Inglaterra y un Sudamericano en Brasil, prepara un libro sobre su historia. “Yo no me daba cuenta de lo que había hecho, pero hice cosas tremendas”, expresó en una emotiva entrevista con OVACIÓN.
El 5 de agosto no es una fecha más para Oscar Barreto. Ese día, en 1963, empezó a trotar por primera vez, y nunca más dejó de hacerlo. Este lunes, el referente histórico del atletismo de General Villegas cumplió 62 años de actividad ininterrumpida, y lo festejó como más le gusta: salió a trotar, a caminar, a moverse. «No podía con el genio», confesó entre risas en su paso por ACTUALIDAD.
La charla fue mucho más que una recorrida por estadísticas y podios. Fue un homenaje en palabras, donde el propio Oscar repasó parte de su historia, marcada por el esfuerzo, el sacrificio y el amor incondicional por el deporte. En sus más de seis décadas como atleta, Barreto corrió 1.539 carreras, participó en un Mundial de Atletismo en Inglaterra y en un Sudamericano en Brasil. También ganó campeonatos argentinos, compitió en toda Sudamérica y recibió el afecto de miles de personas que lo conocieron arriba o abajo de una pista.
«El atletismo es parte de mi vida. Si me falta el atletismo, me falta todo», resumió con emoción. Su testimonio también reflejó una vida que no estuvo exenta de desafíos: sufrió un ACV, superó el COVID-19 y atravesó una meningitis que lo dejó al borde de la muerte. Aun así, nunca se rindió. «Todas esas cosas las superé. Y por eso sigo superando», manifestó.

En la entrevista también hubo espacio para la familia. Su esposa, María del Carmen Páez, lo acompaña desde hace décadas y también se convirtió en atleta gracias a él. «Eso lo creé yo, pero porque ellos quisieron», contó con orgullo, destacando el rol fundamental de sus seres queridos y de la comunidad villeguense. «Muchísima gente me ayudó. No solo a mí, sino a mi familia», subrayó.
Barreto adelantó que está preparando un libro sobre su vida deportiva, donde recopila anécdotas, logros y recortes de medios como Clarín, La Razón y El Gráfico, entre otros. «Yo no me daba cuenta de lo que había hecho, pero hice cosas tremendas. Con sacrificio, con dolor. A veces descuidé mi físico, mi economía, pero el cariño de la gente siempre estuvo. Eso es lo que me dejó el atletismo», destacó.
A los 82 años, Óscar sigue acumulando trofeos y afecto. «Soy muy simple. No tengo muchas cosas materiales, pero tengo el cariño de toda Sudamérica». Con los nietos, los recuerdos y la escritura como nuevos compañeros de ruta, su historia continúa inspirando a generaciones enteras. Y como él mismo dice: «No quiero agrandarme, pero la realidad es tremenda», se sinceró.
Un verdadero símbolo del deporte villeguense. Un atleta de raza. Un ejemplo de vida.