El intendente de General Villegas, Gilberto Alegre, repasó en detalle la actualidad política del distrito, las demandas de los pueblos y el proceso electoral que se avecina. También planteó que la política cambió mucho desde sus primeras campañas en 1983 hasta la actualidad, aunque destacó que la cercanía con la gente sigue siendo la clave para sostener la confianza y construir vínculos duraderos.
Alegre recordó que, en sus inicios, las campañas políticas se hacían con recursos muy limitados, donde la tecnología apenas ofrecía herramientas como el mimeógrafo para reproducir volantes. Hoy, en contraste, el escenario está atravesado por la velocidad de las redes sociales y la necesidad de condensar mensajes en pocos segundos para captar la atención. Pese a ello, el jefe comunal sostuvo que la política de proximidad, el contacto cuerpo a cuerpo y la empatía siguen siendo insustituibles.
De los mimeógrafos a las selfies: la transformación de la campaña política
El intendente explicó que una de las principales diferencias que encontró a lo largo de su trayectoria es la forma en que se transmite el mensaje político. En los 80 predominaban los discursos en las unidades básicas y los debates ideológicos extensos. Hoy, la lógica de la comunicación cambió: un video de pocos segundos, una imagen o un eslogan pueden ser decisivos para instalar una idea. “El zapping que antes se veía en la televisión ahora se da en las redes. Si no se capta la atención en instantes, se pierde al receptor”, señaló.
A pesar de esa transformación, Alegre subrayó que el vínculo directo con los vecinos es lo que le permitió mantener vigencia. Recordó anécdotas en las que jóvenes le pidieron fotos en la calle, algo que le generó sorpresa y satisfacción. “Esas manifestaciones de respeto y cercanía son valiosas, sobre todo porque la juventud muchas veces es apática con la política. No quiere decir que estén conmigo, pero sí que reconocen el lugar institucional”, expresó.
El intendente describió también cómo las reuniones en pueblos pequeños, como Saboya o Santa Eleodora, se transforman en espacios de encuentro donde la comunidad se siente escuchada. Allí aparecen planteos cotidianos sobre caminos, médicos, escuelas y alumbrado, cuestiones que, aunque sencillas, representan la vida diaria de cada localidad.
Demandas en los pueblos y el desafío de la gestión
Alegre reconoció que los reclamos que más escucha en sus recorridas tienen que ver con servicios básicos: médicos que atiendan en los pueblos, mejoras en la red vial y mantenimiento de los edificios escolares. Señaló que desde su gestión se avanzó en resolver esos puntos, pero que el deterioro acumulado durante años sin inversiones generó un cuello de botella en áreas como los nichos en cementerios y el acceso a servicios esenciales.
Uno de los problemas que marcó con preocupación fue el avance de la droga, que, según dijo, golpea a las familias y afecta la movilidad social. “La escuela sigue siendo para muchos el lugar de superación, pero el consumo de drogas erosiona esa posibilidad. Es un tema difícil de abordar, porque pocas veces se plantea públicamente”, indicó.
El debate por los recursos municipales
En relación con la situación económica del municipio, Alegre aclaró que los 3.000 millones de pesos señalados como superávit en el último ejercicio no correspondieron a un excedente genuino, sino al pago atrasado de deudas que la provincia mantenía con el distrito por servicios de salud. Explicó que, al inicio de su gestión, se encontró con habilitaciones caídas en geriátricos y salas médicas que impedían cobrar coparticipación. Una vez regularizados esos trámites, la provincia abonó lo adeudado, lo que infló los ingresos de un año en particular.
El jefe comunal explicó que esos recursos se destinaron a recomponer áreas críticas, especialmente la recuperación del Parque Vial, tanto urbano como rural, lo que permitió mejorar el mantenimiento de caminos y servicios de limpieza. “No fue que sobró dinero, sino que se recuperó lo que correspondía y se utilizó para poner en funcionamiento áreas que estaban devastadas”, remarcó.
Obras, terrenos y futuro crecimiento
La gestión de obras públicas fue otro de los puntos destacados. Alegre afirmó que se reanudará la obra de Bunge, paralizada en el pasado, y que ya están dadas las condiciones para avanzar en su terminación. También mencionó la creciente demanda habitacional en el distrito, donde para 85 terrenos disponibles hubo casi 300 inscriptos, muchos de ellos dispuestos a pagar al contado.
El intendente sostuvo que la adjudicación de lotes generará un fuerte movimiento económico, impulsando la construcción, los corralones y el empleo en la zona. Sin embargo, advirtió sobre las dificultades que plantea la empresa EDEN al no garantizar el alumbrado sin que los costos sean afrontados por usuarios o municipio. “Es un problema que se repite en la Argentina: los empresarios no invierten y esperan que otros pongan el dinero”, cuestionó.
La elección y el rol del Concejo Deliberante
Alegre aclaró que en esta elección no es candidato y que los vecinos deberán elegir concejales. La lista oficialista está encabezada por Eugenio Leporati e integrada por vecinos jóvenes, muchos de los cuales participan por primera vez en política. “La gente tiene que entender que en esta elección no se vota intendente ni presidente, se votan concejales que representen los intereses locales”, subrayó.
El intendente remarcó que, en este tiempo de gestión con un Concejo en minoría, enfrentó demoras en proyectos que consideró importantes para la comunidad. Sin embargo, afirmó que las negociaciones políticas forman parte del proceso democrático y que las dificultades no lo desalientan. “Algunos creen que me perjudican a mí, pero en realidad perjudican a la gente”, advirtió.
Recuerdos de campaña y balance político
En el tramo final de su reflexión, Alegre repasó sus primeras campañas y las derrotas que sufrió en 1983 y 1987, cuando pensaba que podía ganar. Con 32 años, inició un camino que lo llevó a recorrer distintas funciones públicas y a consolidar un liderazgo que todavía conserva. Recordó a quienes lo acompañaron en aquellos inicios, como «Rapa» Nevares y Raúl Martínez, con quienes compartió trabajo profesional y político.
Señaló que la política argentina atravesó siempre etapas interrumpidas, con períodos de democracia y dictaduras, lo que dificultó la consolidación de una dirigencia confiable. “Seguimos careciendo de una dirigencia estable en la que se pueda confiar plenamente. Esa es una deuda pendiente que se refleja en la realidad actual del país”, sostuvo.
Expectativas hacia adelante
De cara a los comicios, Alegre se mostró confiado pero cauto. “Creo que vamos a ganar, pero no me siento ganador. Estamos trabajando con intensidad para lograr un resultado favorable”, expresó. Aseguró que la campaña se desarrolla en un clima tranquilo y sin grandes conflictos, y que continuará recorriendo los pueblos junto a los candidatos de su lista.
El intendente concluyó que su mayor motivación sigue siendo la cercanía con los vecinos y la posibilidad de seguir transformando la realidad local. Con más de cuatro décadas en la política, reafirmó que la clave de toda gestión pasa por escuchar, dialogar y dar respuestas concretas a los problemas cotidianos de la comunidad.