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viernes, septiembre 5, 2025
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Un viaje desde Villegas a la Carretera Austral: naturaleza, aventura y paisajes únicos

La pasión por viajar no tiene fronteras ni límites de distancia. Así lo reflejó la columna de “Herencia Viajera” con Romina Domínguez, donde se planteó un itinerario posible para quienes sueñan con recorrer la Patagonia argentina y chilena en auto, combinando rutas nacionales, pueblos pintorescos, montañas, lagos y una de las maravillas naturales más icónicas de Chile: las Catedrales de Mármol en la Carretera Austral.

La propuesta parte desde General Villegas y se extiende hasta el sur de Chile, en un recorrido de aproximadamente 3.800 a 4.000 kilómetros ida y vuelta, ideal para hacerlo en unos diez días. Según explicó Domínguez, “es un viaje que se puede realizar tranquilamente en auto, a nuestro ritmo, con las paradas que cada uno elija”.

El trayecto comienza rumbo a Neuquén o Bariloche, dependiendo de la resistencia y el plan de cada viajero. Desde Villegas hasta Bariloche son unos 1.200 kilómetros, por lo que muchos eligen hacer una parada intermedia en Neuquén.

Atravesar La Pampa significa internarse en la estepa, un paisaje monótono a primera vista pero que revela la inmensidad de la Argentina. Una vez en Neuquén, los álamos anuncian la cercanía de la cordillera y un relieve completamente distinto.

En Bariloche, la combinación de montañas, lagos y bosques hace inevitable una pausa para descansar y disfrutar de sus paisajes. Desde allí, la propuesta es continuar hacia Esquel, ciudad ubicada a unos 300 kilómetros, donde la tradición galesa deja su huella en casas de estilo europeo y en la posibilidad de disfrutar de un auténtico té galés con tortas negras y scones.

Muy cerca de Esquel se encuentra Trevelin, otro pueblo de herencia galesa, famoso por sus campos de tulipanes que florecen hasta mediados de octubre, ofreciendo un espectáculo de colores difícil de encontrar en otras partes del país.

El cruce hacia Chile y el inicio de la Carretera Austral

El viaje cruza la cordillera por el paso de Futaleufú para ingresar a Chile. Allí comienza la travesía por la Carretera Austral, una ruta escénica que atraviesa la Patagonia chilena. Domínguez destacó que esta zona es “más selvática que nuestra Patagonia, con bosques frondosos, ríos, montañas y fauna distinta, además de un clima más húmedo”.

La primera parada recomendada es La Junta, ubicada a 350 kilómetros de Bariloche, considerada el inicio de la Carretera Austral. Desde allí, el camino se abre a experiencias únicas como el Ventisquero Colgante, un glaciar suspendido en la montaña que se puede admirar a través de distintos senderos de trekking. “Hay que ser honestos con uno mismo sobre qué nivel de caminata puede hacer cada viajero, porque se trata de zonas de montaña inhóspitas”, advirtió Romina.

Un aspecto clave a tener en cuenta es la escasa señal de teléfono en gran parte del recorrido y la falta de pueblos cercanos. Por eso, se recomienda planificar bien las paradas y viajar siempre con el tanque de combustible lleno.

Puerto Río Tranquilo y las Catedrales de Mármol

Uno de los puntos más esperados del viaje es Puerto Río Tranquilo, a orillas de uno de los lagos más grandes de Chile. Allí se encuentran las famosas Catedrales de Mármol, formaciones rocosas esculpidas por el agua en tonos blancos y azules, que se pueden recorrer en navegación.

En la zona también se ubica un pequeño pueblo de raíces alemanas fundado en la década de 1930, con casas de madera, calles ordenadas y una calma particular. Este rincón recuerda la inmigración europea que se asentó tanto en la Patagonia argentina como en la chilena durante el siglo pasado.

Naturaleza, aventura y descanso

La Carretera Austral combina paisajes para todos los gustos: desde trekking y turismo aventura hasta la posibilidad de descansar en cabañas rodeadas de montañas y bosques. Para quienes buscan compras o actividades urbanas, también existen ciudades intermedias con propuestas comerciales, favorecidas por los precios más convenientes en Chile respecto de Argentina.

Domínguez remarcó que se trata de un destino ideal para quienes desean desconectarse de la rutina: “Está muy de moda esta tendencia de estar en contacto con la naturaleza para desconectar de este mundo loco en el que vivimos”.

Un recorrido posible y cercano

Si bien el viaje implica varios días de ruta, no resulta inalcanzable para los argentinos acostumbrados a manejar largas distancias. Con una planificación adecuada, se convierte en una experiencia que combina lo mejor de dos países vecinos, uniendo la inmensidad de la Patagonia argentina con la exuberancia selvática de la Patagonia chilena.

La propuesta de “Herencia Viajera” invita a imaginarse en ese recorrido, con el mate a mano y el paisaje cordillerano de fondo. Una aventura que, sin dudas, muchos lectores podrán considerar para sus próximas vacaciones.