La comunidad educativa y los vecinos del paraje El Recao se prepararon con entusiasmo para celebrar los 75 años de la Escuela Primaria N° 25 “San José de Calasanz”. El acto central será el sábado 27 de setiembre a las 18 horas, tras haberse reprogramado por cuestiones climáticas, y representa no solo un homenaje a la institución sino también un reencuentro cargado de emociones para exalumnos, docentes y familias que pasaron por sus aulas.
La Escuela N° 25 abrió sus puertas el 1° de junio de 1949. Sus primeras clases se dictaron en el galpón de un vecino rural, hasta que entre 1950 y 1951 se concluyó el edificio actual, donde continúa funcionando. En sus inicios, la matrícula rondaba los 32 alumnos, lo que representaba un número significativo para la zona. Con el paso de las décadas, la cantidad de estudiantes fue disminuyendo, siguiendo una tendencia común en las escuelas rurales.
Hoy, la institución cuenta con un alumno en el nivel primario y seis en el JIRIMM (Jardines de Infantes Rurales y de Islas de Matrícula Mínima). “El año que viene se sumarán tres estudiantes que pasarán de inicial a primer grado”, explicó la directora y docente Marcela Fernández, quien lleva más de seis años al frente de la escuela.
Fernández destacó la importancia del acompañamiento constante de la comunidad: “La cooperadora escolar fue creada casi al mismo tiempo que la escuela y desde entonces trabajó de manera conjunta con las familias. Incluso hay vecinos que fueron alumnos y hoy siguen colaborando, aunque ya no tengan hijos en edad escolar”.
Ese compromiso comunitario se reflejó en cada etapa de la institución, desde la construcción y mantenimiento edilicio hasta los proyectos pedagógicos y viajes educativos. En la actualidad, la escuela también recibe el apoyo del municipio, del Consejo Escolar y de docentes itinerantes que se trasladan desde General Villegas para dictar materias como inglés y educación física.
Una escuela con identidad rural
El paraje El Recao está ubicado a unos 27 kilómetros de General Villegas, en una zona donde predomina el camino de tierra. Esta condición, sumada a la baja densidad poblacional, genera desafíos tanto para la matrícula como para los traslados de docentes y alumnos. Sin embargo, esas particularidades también fortalecen el vínculo cercano entre escuela y familias.
“La comunicación que se establece con los niños y con la comunidad es muy distinta a la de una escuela urbana. Es un contacto mucho más personalizado, donde todo se comparte de manera directa. También uno aprende de las familias, de sus saberes rurales, y los integra a los contenidos escolares”, expresó Fernández.
En este sentido, recordó el esfuerzo de muchas docentes de otras épocas que viajaban en moto desde Villegas hasta El Recao para dar clases. “Esos relatos son maravillosos y muestran cuánto compromiso hubo siempre con la educación en la zona rural”, señaló.
Un aniversario cargado de emociones
La preparación de los 75 años incluye la puesta en valor del edificio escolar y la recopilación de anécdotas, fotos y recuerdos enviados por exalumnos y familiares. “Fue emocionante reencontrarme con personas que asistieron a la escuela en sus primeros años, o con hijos y nietos de esos alumnos. También tuve la oportunidad de conversar con ex docentes, directoras e inspectoras que dejaron una huella importante en la institución”, relató la directora.
Muchos de esos contactos, realizados tanto de manera virtual como presencial, derivaron en la formación de grupos de ex alumnos que se entusiasmaron con la idea de volver a verse. “Algunos de ellos tienen la misma edad que la escuela, 75 años. Imaginate lo que significa volver al lugar donde aprendieron a leer y escribir”, agregó Fernández.
La celebración
La jornada conmemorativa incluye un acto protocolar con la participación de autoridades, ex alumnos, docentes y vecinos. Luego, se compartirá una cena a la canasta, fiel al espíritu de camaradería que caracteriza a las comunidades rurales.
“La invitación es abierta a toda la comunidad, porque esta escuela no es solo de los chicos que asisten hoy: es de todos los que pasaron y de quienes la siguen sosteniendo con su esfuerzo”, subrayó la directora.
Fernández también puso en valor el esfuerzo de quienes colaboraron en los preparativos: “Estamos con mucha expectativa. Es un encuentro de generaciones y de historias que se cruzan. Más allá de la celebración institucional, es un momento de reencuentro humano que quedará en la memoria de todos”.
Mirando al futuro
Aunque la matrícula es reducida, la escuela sigue siendo un faro educativo y social en El Recao. Su permanencia durante 75 años en una zona rural habla del valor que las familias y docentes le otorgaron a la educación como derecho y como oportunidad de desarrollo.
“Lo más lindo de trabajar en una escuela rural es ese vínculo cercano y genuino que se establece. Uno aprende tanto de los alumnos como de las familias, y todo eso enriquece el proceso educativo. Para mí es un orgullo estar acompañando a esta institución en un aniversario tan significativo”, concluyó Fernández.
Promoción que cumplió 75 años de su egreso
Avalos, Alberta Alicia.
Baleztena, Oscar Eduardo.
Balocco, José Horacio.
González, Luis Fermín.
González, Ricardo Hernán.
Guichonet, José Alejandro.
Guichonet, Amalia.
Guichonet, Margarita.
Devoto, Elba Susana.
Celio, Juan José.
Celio, Aurora Inés.
Celio, Ramón Esteban.
García, Esteban.
Osuna, Elisa Haydée.
Borges, María Ester.