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jueves, octubre 9, 2025
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De Villegas a Esparta: la travesía de Marcelo Millán en la legendaria Spartathlon

El ultramaratonista villeguense de 55 años completó los 246 kilómetros que separan Atenas de Esparta, una carrera marcada por la historia y la resistencia. Fue uno de los pocos argentinos en llegar al final de la prueba y emocionó con su mensaje de gratitud.

Recién llegado a la Argentina y apenas unos minutos después de pisar General Villegas, Marcelo Millán se acercó a los estudios de ACTUALIDAD para compartir lo que fue una experiencia única: haber completado la Spartathlon de Grecia, la ultramaratón de 246 kilómetros que recrea el trayecto histórico entre Atenas y Esparta.

«Hace unos 15 minutos que llegué», contó con naturalidad, como si no viniera de correr una de las pruebas más duras del mundo. Pero detrás de esa sencillez se esconde una preparación de meses, un esfuerzo físico y mental extremo, y el orgullo de representar al país en una competencia legendaria.

«Para correr este tipo de carreras se necesita un apoyo impresionante —reconoció—. Yo digo lo logramos, porque si bien uno es el que corre, detrás hay un equipo que asiste, acompaña y empuja. Sin ellos, sería imposible». Millán contó que viajó junto a su esposa y a sus cuñados, Griselda González y Fabio «Bocha» Goedelmann, quienes fueron su asistencia durante todo el recorrido, cubriendo los puestos de control o checkpoints.

Un desafío extremo

El villeguense fue uno de los 14 argentinos que participaron en la edición 2025 de la Spartathlon, donde largaron 400 corredores seleccionados de entre 700 postulantes de todo el mundo. «Para estar ahí hay que estar rankeado entre los mejores. Yo estoy séptimo del mundo en la prueba de 12 horas», explicó, aunque el ingreso final se definió por sorteo: «Fue un poco el azar. Podía haberme quedado afuera, y hubiera sido muy injusto», enfatizó.

Durante la carrera, Millán implementó una estrategia precisa: «Sabía que la montaña me iba a complicar, porque no tengo cómo entrenar ese terreno. Así que salí fuerte en la parte llana para acumular tiempo. En la montaña me agarró lluvia, frío, viento, pero llegué con cuatro horas de ventaja», manifestó.

De los 400 participantes, solo 248 lograron completar la prueba, entre ellos el villeguense, quien llegó en el puesto 123, con un tiempo total de algo más de 33 horas. «Cuando crucé la meta me largué a llorar. Fue una emoción enorme. La mochila que llevo es la de los sentimientos: los amigos, la familia, la gente que te apoya y los que te mandan mensajes. Todo eso va conmigo cuando corro», subrayó.

Sin sponsors, solo con convicción

A diferencia de otros corredores de elite, Millán no contó con sponsors para cubrir los gastos de viaje, alojamiento y equipamiento. «Me tuve que pagar todo, hasta la camiseta que usé para la foto. Pero valió la pena. Fue una mezcla de turismo y deporte. Lo hice por pasión», sostuvo.

El ultramaratonista destacó la diferencia entre su realidad y la de muchos competidores europeos: «La mayoría son profesionales. Viven de esto. Yo trabajo todo el día y entreno porque me gusta. No me entienden cuando digo que no tengo sponsor», comentó.

El próximo objetivo

Lejos de pensar en un retiro, Millán ya tiene una nueva meta: buscar el récord mundial en la distancia de 12 horas, que actualmente pertenece a un corredor griego con 137 kilómetros. «No sé si lo voy a lograr, pero quiero intentarlo. Es mi próxima zanahoria», confesó entre risas.

Además, confirmó su participación en la tradicional Maratón de los Barrios de General Villegas, el 14 de diciembre: «Voy a estar ahí, claro que sí. Ya me comprometí», exclamó.

Orgullo villeguense

Con más de tres décadas radicado en Santa Rosa (La Pampa), Millán no olvida sus raíces. «Tengo toda mi familia en Villegas. Siempre que corro, menciono mi pueblo. No hay que olvidarse de dónde uno viene», remarcó.

Su nombre ya figura entre los grandes de la historia argentina en la Spartathlon: solo 40 argentinos lograron finalizarla en 43 ediciones. Y entre ellos, un villeguense dejó su huella.

«Después de esto, ya no hay nada. Todo lo que venga será un regalo», resumió Marcelo Millán, el hombre que llevó el nombre de General Villegas a los pies de Leónidas, en Esparta.