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jueves, octubre 30, 2025
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Family Circus en Villegas: una historia que viaja por generaciones y vuelve a despertar la infancia

La llegada de Family Circus a General Villegas no solo significa el armado de la carpa y la propuesta de un espectáculo familiar. En esta oportunidad, la visita permitió conocer una historia que viene de lejos y que se transmite de generación en generación. Su responsable, Walter Rutkus, compartió un relato que empieza a miles de kilómetros, en Lituania, y que llegó a la Argentina siguiendo un camino marcado por el azar, la supervivencia y el amor por el arte itinerante.

“Mi abuelo fue el primero que vino a Argentina”, contó Rutkus. “Era lituano. Desertó de la Primera Guerra Mundial a los 17 años. Se escapó caminando en medio de la nieve, sin comida. Era eso o morir ahí”. Buscando un destino desconocido, se embarcó como polizón convencido de que viajaba hacia Estados Unidos, pero terminó desembarcando en Cuba. Allí él y su primo no hablaban castellano, lo que dificultó todo, hasta que por casualidad se encontraron con la única persona que hablaba alemán. “Ese hombre terminó siendo su consuegro”, recordó, marcando el inicio de una cadena de encuentros que los llevó finalmente a la Argentina.

En el país, su abuelo conoció a quien sería su compañera de vida, una mujer de familia circense. Ese encuentro no solo definió una historia personal, sino el rumbo de varias generaciones. “Ella sí era de circo. Mi abuelo no. Pero se enamoró de ella y se enamoró del circo”, dijo Rutkus. Desde entonces, el circo se convirtió en la forma de vivir, trabajar y formar familia.

Una vida construida en movimiento

Walter nació en la carpa, como su hermano, sus primos y sus hijos. La vida nómade, que para muchos resulta lejana, para él es la normalidad. “Para nosotros es una vida normal. La diferencia es el viaje. Pero los vínculos se hacen igual. Nosotros en 15 días generamos amistades que otros tardan años”, señaló. La educación también fue parte de ese recorrido: sus hijos completaron la primaria y la secundaria mediante la ley golondrina, que reconoce la escolaridad de las familias itinerantes en cualquier punto del país.

Esa vida en tránsito no impidió la construcción de raíces afectivas. A lo largo de los años, la familia fue formando lazos en pueblos, ciudades y parajes rurales, vínculos que se sostienen en el tiempo. Rutkus explicó que muchas veces la relación con una comunidad se da de manera intensa y natural, porque la vida del circo, por su misma dinámica, exige un contacto constante con la gente.

Family Circus en General Villegas
Un circo que supo transformarse

Rutkus recordó también la época en que los circos trabajaban con animales, parte fundamental del espectáculo en décadas pasadas. Con el tiempo, esa práctica se abandonó y el circo tuvo que replantearse. “Yo viví el furor de los circos con animales. Comercialmente eran fuertes. Pero también era cierto que a la semana un león rugiendo a las tres de la mañana era un problema. Lo hermoso también tenía su complicación”. El cambio cultural obligó a transformarse. “Cuando cambiaron los tiempos, el circo se reinventó. No desapareció. Cambió la mirada del público y cambiamos nosotros. El Cirque du Soleil nos cambió la cabeza a todos”.

Hoy, Family Circus presenta un espectáculo guiado por una historia. El show comienza con un técnico que, sin querer, enciende las luces y se ve envuelto en la función, hasta convertirse en protagonista. Ese recurso permite un hilo narrativo que mantiene la atención y refuerza la participación del público.

El valor de lo vivo y la memoria compartida

Más allá de los cambios, hay elementos que sostienen al circo y le dan sentido. “No hay tecnología que supere la emoción del vivo. Nada reemplaza mirar algo sucediendo ahí, adelante. Eso te atraviesa”, afirmó Rutkus. Para muchas familias, el circo es también un regreso a la infancia. “Antes el chico llevaba al padre al circo. Ahora el padre lleva al chico. Va a buscar el recuerdo de su propia infancia. Eso sostiene al circo. La memoria familiar”.

En ese sentido, Rutkus recordó el fotovisor, aquel pequeño artefacto que registraba un instante del espectáculo para llevarse a casa. “Todo el mundo tiene uno guardado en algún cajón. La gente capaz que no se acuerda del espectáculo, pero se acuerda del fotovisor. Eso te dice algo”. Esa permanencia de la emoción en el recuerdo aparece como parte central de la experiencia circense.

Horarios de funciones en General Villegas

Family Circus se presenta en los siguientes días y horarios:

  • Viernes 20.30 horas.
  • Sábado 17.30 y 20.30.
  • Domingo 17.30 y 20.30.
  • Lunes 20.30 (última función).