La delantera oriunda de Villa Saboya convirtió el gol agónico que llevó la definición del Provincial cordobés a los penales. Además, completó un torneo brillante con seis tantos en cinco partidos, pese a la caída ante Estudiantes.
Atenas de Río Cuarto quedó a un paso de la gloria en el Torneo Provincial de Córdoba de fútbol femenino, pero terminó quedándose con el sabor amargo de la derrota en una final vibrante. El Albo empató 1 a 1 con Estudiantes en el tiempo reglamentario y cayó 5 a 4 en la tanda de penales, en un cierre dramático que dejó emociones mezcladas. Sin embargo, la gran noticia para el conjunto riocuartense volvió a ser la actuación sobresaliente de Vanesa Madruga, su goleadora histórica y una de las figuras indiscutidas del certamen.
Estudiantes había logrado golpear primero y manejar buena parte del encuentro, pero Atenas nunca dejó de insistir. Con empuje, carácter y decisión, el equipo buscó el empate hasta el final. Cuando parecía que no habría tiempo para más, apareció Madruga: la delantera oriunda de Villa Saboya conectó en el área una pelota clave y marcó el 1 a 1 en tiempo de descuento, desatando el festejo de un equipo que se negaba a rendirse.
El gol forzó la definición desde los doce pasos, donde la fortuna le sonrió al León del Imperio, que terminó consagrándose campeón. Para Atenas, la frustración convivió con el orgullo de haber competido al máximo nivel y haber contado con una Madruga en un momento excepcional: seis goles en cinco partidos la posicionaron como una de las grandes protagonistas del Provincial y ratificaron su peso ofensivo.
Con un torneo impecable en lo personal y un nuevo capítulo de liderazgo en Atenas, Madruga volvió a demostrar por qué es una de las delanteras más determinantes del fútbol femenino cordobés. Aunque el título no llegó, su actuación quedó como una de las imágenes más fuertes de la competencia.
