El volante central habló después de la nueva consagración del Lobo. Reconoció el sufrimiento en la revancha, valoró el oficio del equipo, y contó cómo vivió la final desde lo físico y lo emocional.
Santa Rita volvió a coronarse campeón y una de las voces más buscadas fue la de Guido Riscosa, referente del mediocampo y protagonista de otro año repleto de finales para el Lobo. Aún con la adrenalina del festejo, el volante valoró la victoria y el temple del equipo para sostener la ventaja obtenida en la ida.
“Otro campeonato más, gracias a Dios. Pudimos cerrar el año de la mejor manera, así que muy feliz por el triunfo y por otro año más de gloria para el Lobo”, comenzó, todavía con el eco de los aplausos que bajaban desde la tribuna.
El partido no fue sencillo. Ingeniero los exigió más de lo esperado y, por momentos, la final pareció complicarse. Riscosa lo explicó con claridad: “Sabíamos que ellos iban a venir a buscar el partido porque juegan bien y siempre intentan atacar. Por momentos lo pasamos mal y yo, en lo personal, sentí mucho el cansancio del partido del otro día”. Pese a la intensidad del rival y el desgaste acumulado, Santa Rita hizo pesar su experiencia en instancias decisivas. “Gracias a Dios nos alcanzó el resultado y la Copa se quedó en casa”, manifestó.
El festejo, aunque merecido, tenía un límite: el equipo debe seguir en competencia y el domingo se jugará otra final, esta vez por el Regional Amateur ante Ferrocarril Sud de Olavarría. “Hoy hay que festejar tranquilo, pero ya tenemos la cabeza puesta en lo que viene. Queremos seguir avanzando en ese torneo tan lindo”, señaló.
La noche dejó una imagen emotiva: la de Guido levantando a su hijo Octavio, quien ya empieza a conocer de cerca los colores que marcan la vida familiar. “Este es el campeonato más grande de mi vida. Encima le encanta la pelota. Estoy muy feliz de tenerlo acá”, dijo mientras sostenía a su hijo.
En el final del partido hubo tensión y algunos cruces que motivaron a la expulsión de Riscosa. Sin esquivar el tema, el volante central pidió disculpas: “Quiero pedirle perdón a mi familia, al grupo, al club y a la gente. Yo no soy así. Fue un momento en el que quise defender a mis compañeros y terminé reaccionando por la adrenalina”, se sinceró.
Con experiencia, oficio y un corazón cada vez más grande, Guido Riscosa volvió a ser pieza clave de un Santa Rita que sigue celebrando y que, lejos de conformarse, ya piensa en lo que viene.
