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miércoles, 24 abril, 2024

Carlos Alberto «Beto» Bas: «La camiseta de Atlético está pegada en mi cuerpo y la voy a llevar siempre»

Carlos Alberto «Beto» Bas vistió las camisetas de Atlético Villegas, Sportivo y Sarmiento de Ameghino, pero su corazón siempre le perteneció a la Academia. Buen jugador, de gran pegada, muy inteligente dentro de la cancha, siempre parecía adelantarse a la jugada. Gritó campeón con el León y también con el Fortín (que en ese momento integraba la Liga de Ameghino).

Actualmente está radicado en Bella Vista, pero no olvida a General Villegas y sus orígenes.

Los inicios en la Cancha del Cura

«La Cancha del Cura fue el semillero de muchos jugadores que después pasaron por varios equipos de la Liga de Villegas. Fue un lugar de encuentro por la tarde, éramos todos de distintos clubes pero éramos todos amigos. Recuerdo al Padre Wesner y al Padre Godoy que nos prestaban la pelota», rememora Bas.

A la hora de hablar de la Academia, «Beto» no oculta su amor por el club: «Yo nací en Atlético. Mi familia es de Atlético, mi tío Carlos Insausti fue presidente. Nos criamos en la pileta. La camiseta de Atlético está pegada en mi cuerpo y la voy a llevar siempre», dice.

En 1968 fue su debut en primera división, con 17 años. El DT era el legendario José María De Eyto. Debutó junto a José Damiani, otro baluarte de la Academia, quien en ese momento tenía apenas 13 años. El rival fue el poderoso Ingeniero, en Banderaló. Fue derrota 3 a 2, pero el fútbol siempre tiene revancha.

«A la vuelta, ese mismo año, le sacamos el invicto a Ingeniero, ganándole 2 a 1 en nuestra cancha. Nosotros íbamos últimos, éramos muchos chicos aunque había algunos grandes. Nos tuvieron en un arco todo el partido. A la noche nos llevaron a todos a comer al hotel Americano porque le habíamos ganado al invicto. Ganarle a Ingeniero era como salir campeón del mundo», comenta Bas.

Los estudios antes que el fútbol

«Me fui a estudiar a La Plata y me fuia probar a Gimnasia. La prueba era dos días seguidos jugando contra la tercera de Gimnasia. El primer día el DT me separa y me dice ‘Usted va a jugar del lado de la tercera de Gimnasia’. Jugué dos días seguidos del lado de la tercera. El pasto de la cancha y el declive de la cancha para drenar el agua eran espectaculares. Cuando termina la prueba me preguntan si estaba afiliado a AFA si había problemas con el pase», señala.

Sin embargo, su entusiasmo se disipó cuando habló con su padre: «En ese momento el gran problema del fútbol eran las roturas. Un desgarro tardaba 4 meses, una rotura de ligamento cruzado era olvidarse de jugar al fútbol. Una herida grande y no podías volver a caminar. Ese fue el miedo que me transmitió mi padre y por eso seguí estudiando. Ese fue mi paso por Gimnasia», recuerda Bas

Vuelta a los pagos

Se recibió, hizo el servicio militar y en el año 77 pegó la vuelta a General Villegas, a su querida Academia.

«Me encontré con un equipo armado. Tuve la suerte de jugar los últimos partidos del tricampeonato. Jugué con el mejor jugador que tuve al lado que era Miguel Álvaro. Los hacía sufrir a los hinchas y también a nosotros como compañeros. Era tal la superioridad que tenía Miguel que cuando salía jugando era un sufrimiento. Pero no la perdía nunca. La paraba con el pecho en el área y salía jugando. Sigo siendo muy amigo de Miguel», comenta.

Luego de ser campeón con Atlético decidió que era momento de dejarle el lugar a la nueva camada que ya pedía un lugar y se va a Sportivo. Tenía 28 años.

«Con Mario Gómez teníamos el proyecto de armar un equipo en Sportivo con buenos jugadores. Estaban Daniel Provazza, ‘Titi’ Ochoa, el ‘Flaco’ Ledesma. No había mucha infraestructura y el proyecto duró un año. Peleamos la punta y ya en la segunda rueda nos caímos. Fue más un equipo de amigos que otra cosa», explica «Beto.

En la primera fecha le tocó jugar en la cancha de Atlético contra su querida Academia y enfrentando a sus ex compañeros. Fue victoria para el Pulpo.

Adiós al fútbol

Luego de Sportivo jugó en Sarmiento de Ameghino. En el 81 salió campeón con el Fortín después de 28 años que el club no ganaba un título. «Compartí esa alegría con la gente de Sarmiento y a final de ese año dije ‘Se acabó el fútbol para mí’. En ese momento Sarmiento jugaba en la liga de Ameghino, en la que entraban Pasteur, Germania, Pinto. Había equipos muy duros», señala el «Beto» Bas.

También jugó al tenis, al pádel y hace 20 años que practica golf. «Beto» es de esas personas que tienen un talento innato para el deporte: juegue a lo que juegue, lo hace bien.

«Lo importante del deporte es generar amigos. Y yo tengo amigos en Atlético Villegas y también en Sarmiento», concluye.