Poco a poco las rutas de la región comienzan a recuperar el tráfico vehicular pre pandemia con el consiguiente impacto económico.
En los últimos días, con la certeza de que al menos la primera ola de Covid-19 ya no golpea con tanta fuerza, los distintos gobiernos tomaron medidas de flexibilización y apertura.
A tono con lo dispuesto por Nación, La Pampa, una de la provincias más férreas al establecer y hacer cumplir cuarentenas extremas, dispuso el ingreso y egreso libre desde y hacia su territorio para un sinnúmero de localidades.
También Córdoba y otras provincias limítrofes con el partido de General Villegas iniciaron aperturas graduales, que se potenciarán en las próximas semanas.
Y en Buenos Aires el gobernador Axel Kicillof dio el aval para que la actividad turística, de cara a una temporada atípica en medio de la pandemia, goce de un respiro cuando ya estaba al borde de la asfixia.
Desde hace unos días no hay restricciones de tránsito ni las obligaciones de un hisopado para moverse. Kiciloff dispuso relajar los protocolos y que desde el 1° de noviembre puedan ingresar a los destinos turísticos propietarios no residentes de viviendas. Algunos destinos, más reticentes, estiraron esa veda hasta el viernes 20 inclusive.
Así, en la mañana de este sábado en la estación de servicio que YPF tiene en el cruce de las rutas 33, 188 y 226 el panorama era muy distinto al de los 8 meses anteriores: la playa, que lució desértica todo el invierno, presentaba colas de 3, 4 y por momentos 5 vehículos.
El dato no es menor para el sector, uno de los más afectados por la cuarentena dispuesta en la Argentina, a todas las luces la más extensa del mundo.
