El hogar de ancianos de Pueyrredón y Rivadavia sigue registrando víctimas fatales (el fin de semana falleció otro adulto mayor y se convirtió en la quinta muerte por COVID) mientras que se declaró un nuevo foco infeccioso en el hogar de Balcarce, con 8 positivos. Para el Dr. Raúl Sala, director del nosocomio, hubo fallas en el ámbito privado que permitieron el ingreso del virus.
Este fin de semana se produjo una auténtica explosión de casos positivos de coronavirus. El viernes había 57 casos activos y el sábado la cifra ascendió a 72. Ese mismo día se registró una nueva víctima fatal, número que ya asciende a 12 desde que comenzó la pandemia.
El director del Hospital, Dr. Raúl Sala, hizo referencia a la situación sanitaria que atraviesa el distrito.
«Tuvimos el fallecimiento de una persona que había sido COVID positivo y había estado de alta, pero dentro de esos 15 días de haber sido COVID positivo sufrió una complicación que es una coagulopatía y terminó falleciendo el fin de semana, así que estamos con 12 víctimas por COVID», detalló Sala.
En cuanto a los dos geriátricos afectados, el director del Hospital manifestó que «se está haciendo un control epidemiológico muy personalizado sobre los dos hogares. En el primero (Pueyrredón y Rivadavia) las fiestas y las visitas son las responsables directas. En el último geriátrico (Balcarce) el COVID no entró por familiares o personal, sí por aceptación de una abuela que había venido de Ameghino. Se comete el error de no pedir una PCR antes del ingreso. Aparentemente fue esta abuela que ingresó el virus. La abuela estaba en muy buen estado de salud y a las 48/72 horas empezó a tener sintomatología. El cuadro dominante no fue respiratorio, sino de gastroenterocolitis. Nos convocamos con el SAME e hicimos un examen físico a todos los abuelos. Los hisopé y el cuadro era gastrointestinal. Todos esos abuelos terminaron dando COVID positivo».
La medida tomada por el gobierno municipal fue instalar hospitales de campaña en los dos hogares. Así lo explicó el Dr. Sala: «A modo de prevención y mejor atención de esos abuelos, y para que no cambien su hábitat, hemos instalado dos hospitales de campaña. El Hospital municipal les brinda asistencia médica permanente y también se les brindan insumos como sueros, medicación, equipos de protección personal y oxígeno. Si el abuelo se complica dentro de ese hospital de campaña habilitado temporalmente para bloquear cualquier tipo de diseminación viral, es traído al Hospital municipal donde recibe la atención que necesita».
«Que ingrese el virus a los geriátricos era uno de los miedos, porque sabíamos que iban a aumentar la cantidad de víctimas por la vulnerabilidad de los abuelos. El hecho de ser una persona añosa, tener un organismo desgastado, más las patologías agregadas, eso aumentaba la probabilidad estadística de mayor cantidad de fallecidos por COVID. Es de destacar que en algún lado falla el control de los propietarios de esos hogares o del Estado: en uno de esos hogares entró por visitas de familiares y en otros de los hogares entró por la admisión de una abuela a la que no se le pidió PCR», agregó.
«Nosotros en el Hospital municipal no tenemos ningún personal de salud contagiado dentro del Hospital y tampoco tenemos abuelos que hayan tenido contacto directo o que sean positivos en el geriátrico o en el hogar de ancianos. Todo está totalmente controlado y somos terriblemente estrictos al momento de ejercer los protocolos. Pero con lo privado tenés una limitante: llegás hasta la vereda salvo que suceda algo. Por eso les pido a los propietarios de los hogares privados que extremen las medidas de prevención y que sean muy orgánicos al momento de ejercer los protocolos y de controlar a los abuelos», aclaró.
A modo de conclusión, Sala sostuvo que todavía estamos pagando las consecuencias de las fiestas de fin de año: «Diciembre fue el mes del destape, el mes de la rebeldía, el mes del cansancio, el mes de la necesidad de afecto. Hoy por hoy estamos hablando de las consecuencias de todo eso», finalizó.
