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martes, 23 abril, 2024

Darío «Torino» Labarthe: «En el atletismo encontré un cable a tierra»

Corrió una sola edición de la Maratón de los Barrios -la del 2015-, pero representa el espíritu de la carrera de todos: diariamente sale a trotar más de una hora y media porque quiere superar su propio tiempo. Este 2020 no se realizará la competencia que año a año organiza Actualidad, pero el 13 de diciembre los atletas tienen que decir PRESENTE enviando una foto para apoyar la Maratón y participar de sorteos. 

Darío «Torino» Labarthe tiene 59 años, pero empezó a correr recién a los 49 por consejo del Dr. Bilotta. De joven jugó al fútbol, pero por una cuestión cronológica y por una fractura de clavícula se vio obligado a colgar los botines. Allí fue cuando abrazó el atletismo. Primero empezó caminando y luego se animó a trotar.

Corrió una sola edición de la Maratón de los Barrios, la del 2015, y este año tenía pensado quebrar su registro de 42:04. La pandemia le jugó una mala pasada y «Torino» no podrá concretar su objetivo, pero sabe que en 2021 tendrá revancha. Por eso, Darío no deja de entrenar: todos los días corre entre una hora y media y una hora cuarenta y cinco minutos.

Ese espíritu de sacrificio y autosuperación es el que mejor define a la Maratón de los Barrios y a sus atletas.

Torino atiende todos los días su kiosco ubicado en calle Necochea, entre Alberti y Vieytes. Pero al mediodía corta su rutina laboral, se calza los cortos y sale a correr.

«Empecé de a poco por un problema de salud. Iba a caminar al parque. Daba una o dos vueltas. Después fui incrementando y, como me aburría, empecé a correr. Participé de la Maratón 2015 y el objetivo mío es mejorar el tiempo: tardé 42.04. Quiero mejorarlo. Me tengo fe. Me falta velocidad, no tengo el pique que tenía. Vengo de tres operaciones y empecé a correr a los 49 años», relata «Torino».

Darío Labarthe proviene del fútbol. A pesar de ser hincha de Eclipse jugó en Atlético hasta 1976, tras quedar libre dos años pasó a la Maquinita con el pase en su poder en 1979 y en 1981 regresó a la Academia donde se retiró.

«En el 81 no jugué ni un minuto. Me dieron la medalla de campeón porque estaba en el banco. Jugaba en reserva», cuenta.

«Gracias al Dr. Bilotta empecé a correr. Lo mío era el fútbol. Por una cuestión cronológica y porque me quebré la clavícula dejé de practicarlo. En el atletismo encontré un cable a tierra. En esa hora y media que salgo a entrenar cambio el chip y me desconecto del mundo. El día que no salgo a correr es como que me falta algo. A mi ritmo y sin exigencias, pero todos los días salgo a trotar», concluye «Torino».