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viernes, 19 abril, 2024

De cuándo y por qué Pascal y Gugliermo le dieron a Sportivo el nombre popular que lo acompaña / Por Pepe Pelosi (*)

Era un domingo frío el del 9 de Junio de 1985, cuando en cancha de Atlético jugaba el local, puntero e invicto, ante Sportivo.

Tarde fría pero con algo de sol que asomaba desde el sector de la pileta hacia calle Balcarce. El viento se hacía sentir también. No era un clásico más.

Sportivo fue a comerse una goleada. Sí, eso estaba instalado en la previa y se vio reflejado en el primer tiempo, dónde la Academia dominó de principio a fin.

Ya a los 12 minutos ganaba el local. Tiro libre desde la izquierda, una especie de córner corto, como decían los viejos relatores. Lo ejecuta Moussegne y vence a Jorge Mercado. 1 a 0.

Hasta ahí todo indicaba el presagio en la previa al encuentro. Ni hablar cuando la pelota rebota en la mano del Turco Baraquet y el árbitro cobra penal para el local. Lo ejecuta Dona de manera violenta y la Araña Mercado lo desvía en gran reacción.

La primera etapa 1 a 0, pero pudo haber 2, 3 y hasta 4 goles de diferencia. Erró mucho Atlético y atajó mucho Mercado.

Hubo tres cambios en el segundo tiempo que cambiaron el desarrollo del juego. En el local salió Mario Bitti lesionado e ingresó el Vasco Marcelo Zabala mientras que en la visita ingresaron Walter Watson y la Bruja Juan Verón.

Sportivo tuvo más juego, el viento lo favoreció en el complemento y se lanzó a buscar el empate. A los 12 minutos, centro desde la derecha del ataque aurinegro, José Panadeiro no llega y la pelota da en la mano de Zabala. Penal que ejecutó Dani Torres, fuerte y arriba. Estaban 1 a 1.

Pasaron 5 minutos y Zabala envió al córner lo que era gol de la Bruja Verón. Vino el córner, error de cálculo de Panadeiro y la pelota rebota en Zabala y se mete mansamente. Gol en contra. Sportivo daba vuelta el encuentro.

De ahí hasta el final fue una constante. Atlético con la pelota, buscando el empate. Salió De Eyto e ingresó «Gareca» Aguilar, que tuvo dos veces el empate y no pudo.

Jorge Mercado se hacía gigante en el arco. Expulsan a Halatino y la visita resistió con 10 hombres y terminó ganando un partido increíble, insólito, que no estaba en los cálculos ni de los más optimistas hinchas, esos hinchas que festejaron y pasaron a llamar al club con el nombre que aún hoy lo identifica.

Sportivo desde mediados de 1980 no tenía cancha propia, tras la venta de los terrenos donde la tuvo por años, en el bosque de eucaliptus de Destouches, Lavalle, Pérez Chacón y Matheu, que hoy surca la continuación de 9 de Julio. Hacía de local en Eclipse o Atlético pero por entonces ya trabajaba en su nuevo estadio, del otro lado de las vías, que inauguraría en marzo de 1986.

El partido del que hablamos se jugó en Atlético. Sobre calle Balcarce estaban las vigas y tablones en el piso, ya que estaban por armar las dos tribunas para tener la cancha en condiciones para el Torneo Regional que se iba a jugar ese año y un equipo de General Villegas iba a representar a la Liga por primera vez. Sobre el otro sector estaba la estructura de hormigón de las plateas.

¿Dónde nace el Pulpo Negro y por qué?

Del 2 de mayo al 25 de julio de ese año se emitió por Canal 9 Libertad la miniserie de 13 capítulos de El Pulpo Negro,  protagonizada por Narciso Ibáñez Menta.

Mucho suspenso y terror. Héctor De Rodas o Arturo Leblanc como se hacía llamar en la ficción, contrató a cuatro sicarios. Él decía que el crimen perfecto existía cuando no había ningún vínculo entre la víctima y el victimario. Para esto, él tomaba la guía telefónica y elegía a alguien al azar. El sicario además de consumar el crimen lo tenía que realizar con una historia. Tenía que ser un crimen planeado y ejecutarlo de manera artística, por así decirlo. Ibáñez Menta escribiría una novela de cada uno de esos crímenes, narrando la perfección que usaban sus sicarios en cada uno de los hechos. Se emitía los días jueves y fue furor en la TV argentina.

***

Esa noche voy a la sede del club Atlético y todo era desazón por el encuentro perdido. No pasé por la sede de Sportivo, pero sabía que al otro día iba a ir al taller de Chapa y Pintura de Arturo Pascal y Hugo Gugliermo, el «Linqueño», célebres barras del aurinegro, y me iba a encontrar con las repercusiones.

Tanto Arturo como Hugo eran el jugador número 12, 13 y 14 de Sportivo. Si ellos no estaban en la cancha nada era igual. ¿Quién iba a correr a un juez de línea desde la mitad de cancha hasta el banderín del corner y viceversa? ¡Nadie!

Era lunes 10. Me crucé al taller. Arturo con la pava de aluminio, calentándola al fuego debajo de una parrilla que se usaba para la peña de los viernes. Color aluminio arriba y negra abajo. por lógica. Se venían los mates y el fueguito para pasar el fresquete. El Linqueño lijaba el guardabarro de un Falcon.

Cuando me ven me gritan ambos: «Pepe! Se viene el Pulpo Negro!. Hugo me dice, siguiendo con su trabajo, de espaldas a mí, «de ahora en más somos como El Pulpo: vamos a meter miedo!»

Mientras Arturo empezaba los mates y aún eufórico, me dice: «No sólo miedo, vamos a ser el terror de todos».

Y seguimos entre mate y mate viene comentando el partido. Alguna interrupción había porque llegaba un cliente y yo seguía los mates, pero se cortaba la charla futbolera. Razón no le faltó a ninguno de los dos, ya que Sportivo ese campeonato hizo su mejor campaña después de muchos años.

El torneo continuó y Sportivo siguió ganando. ¡Y para que…! en la segunda rueda en cancha de Eclipse, dónde fue local, le vuelve a ganar a Atlético. En esta oportunidad fue 1 a 0.

No obstante, finalmente Atlético ganó ese torneo de 16 fechas. Sportivo finalizó tercero y se clasificó al Petit Torneo que también jugaron Santa Rita y Bunge. La historia sobre este torneo la escribí para este mismo medio el año pasado, en la cual finalmente Bunge, que ingresó por la ventana en una última fecha dramática, fue el campeón y representó a la Liga de Fútbol de General Villegas en el primer Regional.

Arturo y el Linqueño fueron los creadores del sobrenombre de Sportivo: El Pulpo Negro, apodo que continúa y continuará por siempre. El aurinegro es conocido ahora como «El Pulpo». Se retiró la palabra negro. En la actual cancha hay una pintura con un pulpo, por siempre será sinónimo de Sportivo Villegas.

Recordemos a Arturo Pascal. Hincha fanático de River Plate. Abrió su taller en 1978 en calle Destouches entre Saavedra y Matheu y falleció con 54 años el 30 de mayo de 1994. Con el Linqueño, enfermo de Boca, hicimos entre 1996 a 1999 en el programa de Edgardo Bonetto, «Las Voces del Tablón» junto a 2 hinchas de River, Luis Pruzzo y Beto Odetto. Uno hincha, muy hincha, de Sportivo y el otro muy hincha, pero de Atlético.

Arturo y Hugo eran almas gemelas, a punto tal que uno tenía una perra que era «la pitufa» y otro un perro que era «el pitufo». Cuando el taller se cerraba mi padre se hacía cargo de ambos canes cuidándolos y llevarlos a pasear.

¿Qué pasaba en el país en 1985?

Alfonsín era el presidente y Armendáriz gobernador de la provincia de Buenos Aires, en Junio de ese año, si, el mismo mes del partido que narre, se implementa el plan Austral para combatir la inflación.

En el plano futbolero se estaba jugando el último torneo Nacional de AFA, que se paró ya que la Selección Argentina iba a jugar las eliminatorias para México 86. Estas eliminatorias se jugaban distinto a las de ahora. Era todos contra todos, a dos ruedas. La selección comenzó su participación el 26 de mayo y terminó de jugar el 30 de junio en aquel histórico encuentro con Perú en cancha de River. Partidos recordados por la marca de Reyna a Maradona, dónde Passarella de guapo la paró con el pecho y remató, la pelota rebotó en el poste y Gareca la empujó sobre la línea cuando parecía que la pelota no iba a ingresar. Así, de manera agónica, Argentina se clasificó. Luego sería campeón del mundo.

Sportivo, Arturo, El Linqueño, El Pulpo. Historias que merecen ser contadas para refrescar la memoria colectiva y hacer que la conozcan los más jóvenes.

(*) José Luis Pelosi es una apasionado del fútbol y la historia local. Es miembro de la Subcomisión de Historia de Boca Juniors, del que atesora innumerables archivos en distintos formatos. De su inquietud y su pluma brotan escritos que reflejan el sentimiento deportivo, social y cultural de la comunidad.